En los últimos diez días, he estado ministrando, hablando, predicando y liderando con los bautistas del sur en múltiples entornos en Texas, California, Tennessee, Alabama, Ohio y Mississippi. Después de estar en cada uno de estos lugares, quiero asegurarles que Dios está trabajando, moviéndose y participando activamente en todos los sentidos en todo lo que hacemos. A pesar de todo, Dios todavía está haciendo grandes cosas.
A través de todo el ruido
Incluso a través de todo el ruido relacionado con los bautistas del sur y acerca de ellos, el Señor todavía está haciendo grandes cosas. Cuando escuchamos más la voz del Señor a través de Su Palabra, pone todo el ruido en la perspectiva correcta.
A veces podemos pensar que todo esto es nuevo, pero no lo es. Cuando el Señor obra a través de Su pueblo, el ruido siempre ocurre. A veces, el ruido se vuelve aún más fuerte cuando Dios se mueve entre Su pueblo.
No hay nada nuevo bajo el sol. Cuando escuchas solo el ruido, es como perseguir el viento.
Escuche la voz de Dios en Su Palabra. Es confiable. Es digno de confianza. Es final. Nunca persigue al viento.
A través de todo el dolor
En el último mes, ha habido un aumento de profundo dolor en toda nuestra nación. El aumento de muertes entre los estadounidenses más jóvenes debido a COVID-19 se está haciendo evidente. El dolor y la agonía de los miembros de la familia que pierden a sus cónyuges, padres e hijos están más allá de las palabras que puedan describir su dolor.
El mes pasado, en no menos de cinco situaciones, he interactuado con aquellos que han perdido a su cónyuge en sus cuarentas y con los padres que han perdido a su hijo en sus treintas. Algunos de ellos han sido ex miembros del personal y miembros de la iglesia que sirvieron junto a mí en Cross Church. Ha sido cercano y profundamente personal.
El domingo, mientras manejaba de Ohio donde predicaba, llamé y oré con una mamá y un papá que habían perdido a su hijo de 31 años el día anterior a causa del COVID-19.
Esta es una pequeña representación de lo que está sucediendo en nuestra nación. El dolor es real y lo experimentan un gran número de personas. Perder a alguien que amamos es difícil de expresar con palabras.
Al interactuar con estas personas afligidas, lo que me queda claro es la gracia extravagante de Dios que se eleva cada vez que lo necesita. Diariamente y paso a paso, Dios les da la gracia para caminar a través de días oscuros de profundo dolor y dolor que es inimaginable.
Incluso a través de todo el dolor, Dios está ayudando a la gente a salir adelante.
A través de todas las preocupaciones en todo el mundo
Los continuos acontecimientos de Afganistán nos tienen a todos preocupados en todos los sentidos. Más de 2.400 militares estadounidenses dieron voluntariamente el mayor sacrificio de sus vidas luchando contra los terroristas en Afganistán, para que los estadounidenses pudieran vivir libres sin las amenazas del terrorismo en curso.
Ahora estamos en alerta y profundamente preocupados, no solo por lo que está sucediendo entre el pueblo afgano, sino también, posiblemente enfrentando la posibilidad de que ocurra una tragedia mayor en suelo estadounidense.
Ninguno de los que estábamos vivos y tenemos la edad suficiente para recordar, jamás olvidaremos el 11 de septiembre de 2001. Al acercarnos a este 20º aniversario del 9-11, recordamos nuevamente las continuas amenazas a la libertad en todo el mundo y en nuestros Estados Unidos de América.
Mientras ora por el pueblo afgano, también concentre sus oraciones en los queridos hermanos y hermanas en Jesucristo nuestro Señor, que potencialmente se enfrentan a una severa persecución contra ellos por parte de los que han llegado al poder hoy, los talibanes. Incluso antes de este reciente cambio de poder, Open Doors incluyó a Afganistán como el número 2 en su Lista mundial de vigilancia. Esta lista informa de los 50 países más peligrosos donde es más difícil seguir a Jesucristo.
En todo el mundo, las preocupaciones profundas son reales. Algunos están lejos en lugares como Afganistán, y otros están mucho más cerca de nosotros, como las crisis profundas y en curso en las fronteras de nuestra nación.
Sin embargo, a pesar de todo, nuestro Dios obra de manera providencial, soberana y compasiva.
A través de todo, Dios todavía está trabajando hoy.
Ahora es el momento de liderar.
