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ANÁLISIS: Datos de Pew confirman remanente fiel


NASHVILLE (BP) — La última información divulgada en el Estudio del Panorama Religioso Pew 2014 es significativo pero no sorprendente. Para los estudiantes de las Escrituras y de la historia de la iglesia, esto confirma con datos empíricos lo que el pueblo de Dios ha sabido que es verdad durante milenios: el modus operandi del Señor es preservar un remanente fiel en medio de un mundo pecador. Fue cierto en los tiempos de Noé, Elías y el apóstol Pablo, y las encuestas telefónicas a 35.071 estadounidenses adultos confirman que todavía es verdad hoy en día.

El título y el subtítulo de la divulgación del 3 de noviembre del Centro de Investigaciones Pew apropiadamente resumen todas las 265 páginas de la información: “El público de EE.UU. se ha vuelto menos religioso. Un descenso modesto en todos los índices de creencias y prácticas, pero los estadounidenses religiosamente afiliados son tan practicantes como siempre.”

Entre los encuestados, 23 por ciento se describieron como “sin afiliación religiosa,” más de 7 puntos por ciento en relación a una encuesta similar en 2007. Entre los sin afiliación religiosa — que se estiman como “nonos” para describir su respuesta a la pregunta de afiliación religiosa — menos de dos tercios (61 por ciento) dijeron que creían en Dios. Eso representó una caída de 9 puntos por ciento desde 2007.

El resultado neto es una población adulta que “se ha vuelto ligeramente menos religiosa,” de acuerdo a Pew. Esa realidad se refleja en todo el declive en la oración diaria, la asistencia a los servicios religiosos y la creencia en Dios.

Una significativa causa del declive en la religiosidad es que la generación milenio es “mucho menos religiosa que sus mayores” y ha empezado a reemplazar a la generación silenciosa y a la de la postguerra en la población estadounidense.

Al mismo tiempo, Pew encontró que, “la gente religiosamente afiliada parece haber crecido más religiosamente en la práctica en años recientes.” La lectura de las Escrituras, compartir su fe con otros y la participación en los grupos de estudio bíblico y oración han todos modestamente aumentado entre los religiosamente afiliados.

Por supuesto, los “religiosamente afiliados” no son todos cristianos. Cerca del 69 por ciento de ellos se identifican con denominaciones y grupos tradicionalmente identificados como de creencias ortodoxas cristianas, con el resto que pertenecen a religiones no cristianas y a grupos de ramas cristianas con creencias que divergen del cristianismo histórico. Y no todos los que se identifican como cristianos están comprometidos. Aun así, el panorama que emerge es el de una población estable en sus disciplinas espirituales y devocionales en medio de una cultura cristiana que se desvía de la fe en Dios.

Los hallazgos, aunque significativos para el ámbito de la investigación de Pew, no son nuevos. Así es como Dios le ha permitido operar a la humanidad desde la caída en Génesis 3. Él permite que el mundo pecador decline en su devoción a él al tiempo que preserva un remanente fiel.
Dios preservó a la familia de Noé de entre un mundo inundado por el pecado. Escogió al clan de Abraham de entre el paisaje cananeo que incluía Sodoma y Gomorra. Preservó a Israel de entre los pueblos perversos y violentos que rodeaban la Tierra Prometida, a Rut y a Boaz de entre la población judía que “que hizo lo correcto ante sus ojos” y a los profetas Elías y Eliseo de entre un reino guiado a la idolatría por monarcas malvados.

A continuación del exilio a Babilonia, el remanente fiel se constituyó de aquellos que esperaban al Mesías en medio de una cultura que el profeta Malaquías dijo “… profanamos el pacto de nuestros antepasados” (Malaquías 2:10). Este remanente luego incluyó a una virgen llamada María que le creyó a Dios cuando le dijo que concebiría un Hijo por medio del Espíritu Santo.

En los tiempos del Nuevo Testamento y más allá, la iglesia fue un remanente perseguido en la cultura romana pagana. Para el siglo IV, el cristianismo se había vuelto una religión oficialmente reconocida, pero la fidelidad declinó y llevó a un remanente comprometido a fundar un movimiento monástico, el cual con todos sus defectos fue devoto a Cristo en contraste con el cristianismo cultural que lo rodeaba.

Más de mil años después, la Reforma Protestante representó el esfuerzo de un remanente comprometido a preservar la doctrina de la justificación por medio de la fe en medio de un declive europeo moral y religioso. Más adelante, los puritanos de Inglaterra y Nueva Inglaterra se vieron como el remanente fiel a Dios, al igual que los movimientos misioneros activados por William Carey en el siglo 19, el movimiento estudiantil voluntario del siglo 20 y la reciente ola de misiones dirigida por la juventud evangélica del siglo 21.

En cada una de estas coyunturas, el pueblo de Dios tuvo la oportunidad de retorcerse las manos en el declive a su alrededor. No obstante, Dios consistentemente los animó así como animó a Elías en el monte Horeb: No estás solo. No todos “se han arrodillado ante Baal.” Continúa siguiéndome (1 Reyes 19:18).

Esa es la razón por la que los hallazgos de Pew no debieran ni sorprender a los cristianos ni causarnos pánico. Empoderados por el Espíritu Santo, tenemos la oportunidad de permanecer firmes sabiendo que Dios desde hace mucho tiempo ha logrado su propósito a través de un remanente. Y Jesús prometió que ni las puertas del infierno ni el aumento de los “nonos” prevalecerían en contra de su iglesia.

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  • Por David Roach