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ANÁLISIS: Ni Dios ni el cristianismo han muerto en los EE UU

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NOTA DEL EDITOR: El artículo siguiente es el primero de cuatro que abordarán la investigación que ha sido publicada durante el año pasado acerca de las personas creyentes en los EE UU. La serie examina el cristianismo en los Estados Unidos, lo que significan los números para la Convención Bautista del Sur y la huella de los electores evangélicos en la arena pública.

NASHVILLE, Tenn. (BP)–La Biblia advierte que “Justo parece el primero que aboga por su causa; Pero viene su adversario, y le descubre.” [Prov. 18:17]

Desafortunadamente, este proverbio ha aumentado su relevancia en los años recientes ya que los cristianos y sus creencias han estado siendo presentadas de manera desfavorable — ya sea como un bloque monolítico y luego como fragmentados y disminuyendo en número — por los medios de comunicación masiva que a veces no son tan sofisticados y otras veces aparentemente son sólo maliciosos. Incluso algunos evangélicos han mostrado una triste falta de discernimiento al declarar conocer a los evangélicos (con la credencial del tipo “Yo soy uno de ellos”), pero luego defienden puntos de vista que parecen contradecir lo que es obvio o está establecido acerca de los evangélicos.

Probablemente el ejemplo célebre más reciente fue la presentación que dieron los medios de comunicación masiva del American Religious Identity Survey 2008 (centrado en adultos) dado a conocer en marzo del 2009 por el Trinity College de Hartford, Conn.

La portada de Newsweek proclamó “El declive y caída del EE UU cristiano” y la revista reportó que de acuerdo con el sondeo, “el porcentaje de [adultos] autodenominados cristianos ha caído 10 por ciento desde 1990, del 86 al 76 por ciento.”

El editor, Jon Meacham, opinó, “Esto no quiere decir que el Dios cristiano ha muerto,” dijo, “sino que es una fuerza menor en la política y cultura estadounidense que en otros tiempos recientes.”

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Reconoció que EE UU está “decisivamente formado por la fe religiosa,” pero planteó que “nuestras políticas y nuestra cultura están, principalmente, menos influenciadas por movimientos y argumentos de un carácter explícitamente cristiano que lo que estaban hace cinco años,” añadiendo que pensaba que esto era “algo bueno” para ambos, para la cultura política y para el cristianismo. Desde su punto de vista, “el declive y caída de la noción de la derecha religiosa de un país cristiano crea un ambiente político más tranquilo” y en su opinión este cambio percibido “pudiera abrir el camino para una vida religiosa más seria teológicamente.”

Al examinar los datos del A.R.I.S., el diario Washington Post simplemente declaró “el 15 por ciento de los estadounidenses no tienen una religión” pero ofreció la misma información que Newsweek diciendo que “el porcentaje de [adultos] autodenominados cristianos ha bajado del 86 al 76 por ciento, comparado con 1990.”

“Según el sondeo, el aumento en el número de personas que se etiquetan a sí mismos en términos más genéricos como cristianos corresponde fuertemente con el declive en las personas que se identifican a sí mismas como protestantes,” según escribió Michele Boorstein.

Ella ofreció una observación que ayudaría a explicar el cambio, pero se quedó corta de alcanzar un análisis significativo. “La gente que se denomina a sí mismos como protestantes de denominaciones históricas, incluyendo a los metodistas y luteranos, ha bajado al 13 por ciento de la población [adulta], cuando en 1990 eran el 19 por ciento. El número de personas que se describen a sí mismos como ‘protestantes’ de forma genérica disminuyó de aproximadamente 17 millones en 1990 a 5 millones.”

El encabezado en el diario USA Today decía, “La mayoría de los grupos religiosos en EE UU han perdido terreno, muestra un sondeo” añadiendo al coro que el “porcentaje de personas que de alguna manera se hacen llamar cristianos ha bajado más del 11 por ciento [de adultos] en una generación.

“Estos cambios dramáticos en tan sólo 18 años se expresan en detalle en el nuevo American Religious Identification Survey (ARIS). … Éste reveló que, a pesar del crecimiento e inmigración que han añadido casi 50 millones de adultos a la población de EE UU, casi todas las denominaciones religiosas han perdido terreno desde el primer sondeo ARIS en 1990.”

La escritora, Cathy Grossman, ofreció algo de contextualización al reconocer el cambio en nuestra población por la inmigración, pero se quedó corta al desarrollar lo que este cambio significa en cuanto a las permutas reportadas por el estudio ARIS 2008. Más adelante también observó que el abuso sexual infantil por parte de los clérigos católicos pudiera haber contribuido a algunos cambios en los números de aquellos que se llaman a sí mismos católicos, pero no dijo nada acerca de otras influencias similares que pudieran haber formado las respuestas de los entrevistados en el sondeo.

Incluso Ed Stetzer, director de LifeWay Research, de la Convención Bautista del Sur, meditó sobre esto.

Aplaudió el recuento de USA Today acerca de los hallazgos del estudio ARIS 2008 y alabó la metodología de ARIS. También añadió una observación personal, “las denominaciones y el denominacionalismo están en declive, la influencia cultural del cristianismo continua bajando, más personas están describiéndose a sí mismas como no religiosas (ahora es el 15 %) y las religiones minoritarias están aumentando en popularidad (como el Islam y la wicca).

“Se muestra que los bautistas son un grupo que va envejeciendo y que continua perdiendo a las generaciones más jóvenes y a sus líderes,” añadió.

Lo que cada una de estas declaraciones está pasando por alto es lo que la investigación dijo exactamente, e incluso lo que concluyeron los principales investigadores en el estudio acerca de sus hallazgos.

En la primera página del reporte, los investigadores Barry Kosmin y Ariela Keysar ofrecieron esta conclusión en la sección de hallazgos dignos de ser enfatizados en su estudio:

“En general la serie ARIS 1990-2008 muestra que los cambios en la autoidentificación religiosa en la primera década del siglo XXI han sido moderados en comparación con 1990, el cual fue un periodo de cambios significativos en la composición religiosa de Estados Unidos.”

Y así fue.

Los investigadores pudieran haber sido muy pasivos en su evaluación de que los cambios entre el 2001 y el 2008 fueron “moderados” en comparación con los “cambios significativos” que hubo entre 1990 y el 2000.

Eche un vistazo, por ejemplo, a la información común subrayada por los medios de comunicación masivos que favorecen a la cultura dominante que dice que “el porcentaje de [adultos] estadounidenses que se identifican a sí mismos como cristianos ha bajado al 76 por ciento de la población, comparado con el 86 pro ciento en 1990.”

Los puntos de la información son acertados, pero no así la manera en que la información se presentó.

La realidad es que el porcentaje de adultos estadounidenses que dicen ser cristianos bajó del 86 por ciento en 1990 al 77.7 por ciento en el 2001 y LUEGO al 76 por ciento en el 2008. En otras palabras, casi ningún cambio ocurrió en los últimos 8 años del estudio. Incluso Kosmin y Keysar declararon que “el cambio más dramático en el balance de los sentimientos religiosos parece haber ocurrido en la década de 1990.”

Más aún, estos porcentajes no reflejan el éxodo del cristianismo o la falta de efectividad de la fe.

La información de ARIS muestra que el número absoluto de adultos cristianos de hecho aumentó de 151,225 en 1990 a 159,514 en el 2001 (una ganancia de casi 8.3 millones) y creció a 173,402 en el 2008 (aumentado casi 14 millones). Durante este mismo tiempo la población general de los adultos en los EE UU creció 32.5 millones en la década de 1990 y 20 millones del 2001 al 2008.

Qué diferencia en la perspectiva que los números presentan en la realidad.

En el lapso entre el 2001 y el 2008, la población adulta en los EE UU creció 20 millones ¡y 14 millones de ellos eran cristianos!

Considerados como un todo, Newsweek malinterpretó la historia. La interpretación correcta no es “una caída y declive de la América cristiana” sino que la caída o declive se han detenido substancialmente (o por lo menos desacelerado dramáticamente). Siendo franco, una interpretación objetiva muestra que no nos hemos convertido en un país post cristiano, pero sí sugiere que quizás no nos estamos moviendo hacia convertirnos en un país secular.

Tal conclusión es aún más plausible cuando se echa un vistazo a los grupos no religiosos. La mayoría de los medios de comunicación masiva que favorecen a la cultura dominante proclamaron que los números en esta categoría casi se habían duplicado en 18 años, con un salto del 8.2 por ciento en 1990 al 15 por ciento en el 2008.

Pero la verdad es que casi todas las ganancias ocurrieron en la década de 1990 (del 8.2 por ciento al 14.1 por ciento) y menos del uno por ciento del cambio sucedió entre el 2001 y el 2008 (0.8 por ciento para ser exacto).

Hay otros elementos del estudio que casi ni se mencionaron.

Al discutir algunos de estos puntos, no quiero sugerir que el estudio fue pobremente diseñado o que la metodología falló en algún respecto. Sin embargo, cada estudio tiene límites en cuanto a lo que se puede inferir a partir de la información que presenta dados los límites en el diseño o en otros aspectos del estudio.

Por ejemplo, los tres sondeos de ARIS que componen todo el trabajo fueron basados en respuestas provistas por los entrevistados; la información no se obtuvo a través de observación formal hecha por investigadores capacitados para usar una serie de criterios para categorizar el comportamiento de los participantes.

De la misma manera, el proyecto ARIS no es un estudio longitudinal de una sola muestra de personas, sino una serie de tres sondeos que reunieron información de diferentes muestras en diferentes periodos, cada uno contextualizado por circunstancias diferentes que deben ser examinadas en cuanto a su influencia en las respuestas de los participantes. En cualquier punto durante los largos periodos entre los dos sondeos, dadas unas cadenas diferentes de influencias, los mismos participantes pudieran haber respondido dramáticamente diferente que lo que dijeron en el momento exacto en que dieron sus respuestas en el 2001 y en 2008, respectivamente. Esencialmente, hay tres puntos de información dentro de un periodo de 18 años y hacer una gráfica de la tendencia usando sólo estas tres coordenadas equivale a hacer una adivinanza, cuando mucho.

Considere que el sondeo del 2008 hubiera sido hecho de febrero a noviembre, durante una campaña presidencial altamente contenciosa en la cual los electores creyentes eran un elemento muy buscado. Irónicamente, durante esta misma temporada, la religión fue retratada muy negativamente, y esto hubiera podido ser un factor de interacción.

Por ejemplo, observe la información reportada acerca de los números absolutos y los porcentajes de la población de adultos que se identificaron con las Iglesias Unidas de Cristo. En 1990, 0.2 por ciento (o 438,000) declararon su afiliación, subiendo dramáticamente al 0.7 por ciento (o 1,378,000) en el 2001, y bajando casi tan dramáticamente al 0.3 por ciento (o 736,000) en el 2008.

¿Qué pudiera explicar este cambio tan dramático en los números relacionados con esta denominación?

Durante el mismo tiempo en que se condujo el sondeo en el 2008, el pastor del Senador Obama, el Rev. Jeremiah Wright, fue sujeto a reportajes nocturnos casi diarios en la televisión, artículos diarios en los periódicos de los EE UU y comentarios en la radio casi cada hora. Aunque se ofrecieron algunas defensas a nombre de Obama por su relación con tal figura controversial, no había prensa positiva para Wright. De hecho, luego de los ataques de sus rivales demócratas así como los candidatos republicanos citando diatribas en contra de los blancos y retórica en contra de los EE UU, en mayo del 2008, Obama suspendió su membresía de 20 años con su iglesia local, una congregación de la Iglesia Unida de Cristo en Chicago. La afiliación denominacional de Wright fue mencionada en casi todos los reportajes.

No se puede asegurar que este fue un factor definitivo, pero ciertamente parece haber sido una influencia mayor en la manera en que los participantes respondieron cuando se les contactó por teléfono.

Pero Wright no era la única persona de fe que fue atacada. Durante los dos meses justo antes de que iniciara el estudio en febrero del 2008, el candidato presidencial republicano Mitt Romney, un mormón, fue un objeto popular en los medios de comunicación masiva de la cultura dominante y muchos de los noticieros repitieron las críticas que se le hicieron por los aspectos más controversiales de su tradición de fe. De igual manera, el bautista del sur, Mike Huckabee, fue retratado más como un ex ministro bautista con puntos de vista conservadores sobre el matrimonio y los bebés nonatos (algunas veces favorablemente y otras no tanto), y menos como un gobernador con 10 años de experiencia ejecutiva. Y luego está el retrato casi totalmente negativo presentado por los medios de comunicación de la cultura dominante de la candidata presidencial y evangélica Sarah Palin.

Dados estos retratos constantes y negativos justo antes y también durante el periodo del sondeo del 2008, uno se pregunta si la información obtenida no muestra más que tan sólo un pequeño cambio negativo entre los que se auto identifican como cristianos.

Los número son importantes pero sólo en el contexto y circunstancias que los formaron.

Esto es verdadero cuando se evalúa al cristianismo en los EE UU y también cuando estamos viendo lo que muestra la investigación acerca del estado de la Convención Bautista del Sur.

PRÓXIMAMENTE: ¿Qué significan los números? ¿Va cuesta abajo la CBS?
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Will Hall es el director ejecutivo de Baptist Press.