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Atletas uruguayos comparten el evangelio en Chile y los Estados Unidos

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SANTIAGO, Chile (BP)–Los misioneros Lyle y Claren Dease vieron cómo su ministerio dio un giro completo cuando 11 jóvenes atletas de la iglesia que habían establecido en Uruguay se unieron a un proyecto deportivo de visiones en Chile.

Los voluntarios bautistas uruguayos — un equipo de jóvenes dirigidos por los Deases — pasaron una semana en Chile participando en juegos de fútbol y baloncesto para relacionarse con niños y estudiantes universitarios. Durante cada medio tiempo, uno de los voluntarios compartió su testimonio. Y después de cada actividad, se pusieron a la disposición de los participantes para dialogar acerca de asuntos espirituales con cualquiera que tuviera interés en hacerlo.

“Es reconfortante observar a jóvenes apasionados por las misiones; verlos ministrando y compartiendo su fe de esa manera,” dijo Claren quien ha servido junto con su esposo por 16 años como misioneros en Uruguay con la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés).

La edad de los voluntarios variaba entre los 17 y 24 años e incluía estudiantes de la preparatoria y la universidad, un profesor y un oficial de la policía. Todos ellos son miembros de la Iglesia Evangélica Bautista Nuevo Pacto la cual fue establecida por los Deases en la ciudad rural de San José, Uruguay. Nuevo Pacto es una iglesia con una congregación muy joven, la mayoría adolescentes y jóvenes adultos. El pastor Germán Isnaldi, quien también participó en el proyecto, solamente tiene 29 años.

“Ésta fue la primera vez que nuestra iglesia patrocinó algo totalmente,” dijo Claren. “Ellos cubrieron totalmente sus gastos para venir acá.”

Una noche, a la mitad de su viaje a Chile, los uruguayos tenían programado jugar baloncesto en el parque con los niños del vecindario, pero solamente había seis niños. Los niños, de unos 12 años de edad, habían jugado con los voluntarios a principios de la semana.

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Sin preocuparse por la poca asistencia, los uruguayos jugaron baloncesto y compartieron su testimonio al medio tiempo. Después del juego, y por separado, tres de los uruguayos les preguntaron a tres de los niños si tenían alguna pregunta acerca del mensaje del medio tiempo. Cada uno de los uruguayos compartió el plan de salvación con los niños.

Mientras seguía progresando la situación, “no podíamos mantenerle el ritmo,” Claren recuerda. “Uno de los voluntarios regresaba con nosotros (los Dease) y nos decía, “el niño con el que estaba hizo una profesión de fe.” Y el siguiente decía, “Un niño hizo profesión de fe”. No estábamos seguros si estábamos escuchando la misma historia repetida, pero la realidad fue que ¡los tres hicieron profesiones de fe!.”

El equipo les dio a los bautistas chilenos la información personal de los niños para darles seguimiento. Y Cliff Case, un misionero bautista del sur en Chile, quien fue el anfitrión de los voluntarios, descubrió que uno de los niños ya había estado asistiendo a su iglesia en Santiago, la capital del país.

“Me siento honrado que Dios me usó de esta manera,” comentó el voluntario Sebastián Lema de 23 años, un estudiante de matemáticas quien guió a Cristo a uno de los niños. “Ahora me doy cuenta que compartir mi testimonio no es tan difícil como antes pensaba. Pienso ser más valiente para compartir mi fe en el futuro.”

Además de los eventos atléticos, los voluntarios uruguayos visitaron dos iglesias, repararon el área de juegos de una escuela para niños con necesidades especiales e hicieron evangelismo personas en la universidad, en cooperación con Campus Crusade for Christ.

“Son jóvenes, así que tienen mucha energía,” dijo Case. “Están dispuestos a ser flexibles y hacer muchas cosas que nunca antes habían hecho.”

La idea de que los creyentes nacionales pueden convertirse en misioneros internacionales todavía es nueva en la mayor parte de Latinoamérica, según la opinión de los Dease. Muchos nacionales están más acostumbrados a recibir misioneros que a enviarlos, pero la pareja ve evidencia de que más iglesias nacionales están comenzando a adoptar la visión de las misiones mundiales.

Nuevo Pacto es una de esas iglesias.

El año pasado los Dease llevaron a siete jóvenes de Nuevo Pacto a Forney, Texas, donde trabajaron en evangelismo a través de los deportes con la First Baptist Church de Forney. Anteriormente la iglesia americana había enviado voluntarios a Uruguay para hacer ministerio a través del baloncesto, con la Junta de Misiones Internacionales.

“Un día Scott Lyle, el ministro de misiones [de First Baptist en Forney] dijo, ‘Ustedes tienen que venir a Forney y hacer con el futbol lo que hemos venido a hacer en Uruguay con el baloncesto,'” recuerda Claren. “Cuando él lo dijo, se encendió la luz del bombillo, y todos se dieron cuenta que realmente era algo que Dios iba a hacer por nosotros.”

En Texas, los miembros de First Baptist en Forney, presentaron a los uruguayos ante los ministerios de deportes de la iglesia. Los voluntarios uruguayos aprendieron a construir relaciones a través de las actividades atléticas y a usarlas en los eventos para crear oportunidades para compartir el evangelio.

Cuando los uruguayos regresaron a casa, Case, quien había servido en Uruguay antes de mudarse a Chile, estaba muy interesado en escuchar lo que pasó en su viaje a Texas.

“Cliff [Case] dijo, ‘Parece que tuvieron un gran viaje a los Estados Unidos. Tienen que venir a Chile a hacer eso mismo,'” dijo Claren. “Y de nuevo, era una situación donde las luces de los bombillos comenzaron a encenderse, y ahora nos damos cuenta que era la guía del Señor.”

Mientras se preparaban para el viaje a Chile, los Dease seleccionaron muy bien a quienes habrían de ir. Los voluntarios escogidos tenían que tener una fe visible, estar dispuestos a salir de su área de confort y no apenarse al compartir su testimonio. La mitad de aquellos que fueron a Chile también sirvieron en el equipo que viajó a Texas.

“Este viaje [a Chile], en comparación con el que hicimos a los Estados Unidos,… fue más intenso,” dijo Claren. “Hicieron más en un tiempo más corto. Y creo que lograron mucho más.”

Dos de los miembros de Nuevo Pacto — los hermanos Nicolás y Cristina Almada — estarán involucrados en proyectos misioneros a corto plazo en los Estados Unidos durante el verano. Su primer proyecto será servir como consejeros en los campamentos de Royal Ambassadors en Alabama, luegom — junto con Lyle Dease- dirigirán una Escuela Bíblica de Vacaciones en Maryland.

La joven congregación de Nuevo Pacto claramente tiene una visión para servir a Cristo en otras partes del mundo, dijeron los misioneros.

“Creo que este [viaje a Chile] fue la puerta de entrada que le abrirá el paso a otros,” dijo Case. “Y ver que pueden trabajar en otros países de Latinoamérica avivará el fuego para que también vayan a otros lugares.”
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Tristan Taylor es un escritor de la Junta de Misiones Internacionales asignado a América Latina.