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Barrett es confirmada; líderes de la SBC se centran en orar

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WASHINGTON (BP) – El senado de EE.UU. confirmó a Amy Coney Barrett a la Corte Suprema en una votación casi partidaria el lunes por la noche (26 de octubre), y los líderes bautistas del sur se centraron en orar por la nueva jueza.

El Senado votó 52-48 por la confirmación de la jueza de la corte federal de apelaciones. Solamente la senadora Susan Collins, republicana de Maine, se separó de su partido y se unió a los demócratas para oponerse a la confirmación.

El juez Clarence Thomas le tomó el juramento a Barrett el lunes por la noche en una ceremonia en el exterior de la Casa Blanca. El presidente de la Corte Suprema, John Roberts administrará el juramento a Barrett el martes (27 de octubre), anunció la oficina de información de la Corte Suprema el lunes por la noche.

“Un juez declara independencia no solamente del Congreso y del presidente, sino también de la creencia privada que de otra manera podría moverla”, dijo Barrett durante un discurso en la ceremonia del lunes en la noche. “…el estado de derecho siempre debe controlar…

“El juramente que solemnemente he prestado esta noche significa en su esencia que haré mi trabajo sin ningún miedo ni favoritismo, y que lo haré independiente de los poderes políticos y de mis propias preferencias. Amo la Constitución y la república democrática que establece, y me consagraré a preservarla”.

Sus comentarios hicieron eco de los del presidente Trump, quien la presentó en la ceremonia. Trump llamó la Constitución la “última defensa de la libertad estadounidense”, y añadió: “La aplicación fiel de la ley es la piedra angular de nuestra república. Por eso como presidente no tengo una obligación más solemne ni un honor mayor que nominar a los jueces de la Corte Suprema”.

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Dirigiéndose a los niños de la nación, Trump dijo: “Debido a nuestra Constitución y a nuestra cultura de libertad, ustedes viven en una tierra donde cualquier cosa es posible y cualquier sueño puede volverse en realidad. No importa quiénes sean ustedes, no importa su origen, en Estados Unidos, todos tienen derecho a la misma protección bajo nuestras leyes, y sus derechos sagrados nunca jamás podrán ser quitados”.

J.D. Greear, presidente de la Convención Bautista del Sur (SBC), abrió el Senado en oración el lunes por invitación de Barry Black, capellán de la cámara.

En un tuit antes del voto de confirmación, Greear expresó su gratitud por la oportunidad y dijo que estaba orando para que Barrett, en caso de ser aprobada, “juzgue con rectitud, imparcialidad y justicia. Oró por la continua libertad de predicar el evangelio y para que nosotros la iglesia administremos eso bien.”

El líder de libertad religiosa y ética bautista del sur Russell Moore, que elogió las cualificaciones de ella cuando fue nominada, alentó a los cristianos a orar por Barrett ahora que ha sido confirmada.

“No llegan asuntos fáciles ante” la corte alta, dijo Moore, presidente de la Comisión de Libertad Religiosa y Ética, en una declaración escrita. “Por lo tanto, todos debemos orar por la jueza Barrett, y por los ocho ahora colegas en el estrado, para que tengan sabiduría y prudencia y convicciones cuando tomen decisiones sobre asuntos grandes que frecuentemente afectan la vida de generaciones de estadounidenses por venir.

“Además, debemos orar por la familia Barrett, y especialmente por sus siete hijos, que los años por venir sean años de prosperidad y alegría”, dijo Moore.

Ronnie Floyd, presidente del Comité Ejecutivo de la SBC, describió a Barrett como “una de las mentes legales más dotadas en Estados Unidos hoy en día” y dijo que se siente “alentado al verla confirmada por el Senado”.

“Como jurista consumada y sensible originalista, ella demostró en sus audiencias de confirmación que merece un escaño en la Corte Suprema”, dijo Floyd.

Mientras los republicanos elogiaron a Barrett, los demócratas la criticaron a ella y su nominación.

En un discurso pronunciado poco antes de la votación, el líder de la mayoría en el senado Mitch McConnell, republicano de Kentucky, la describió como “de las más brillantes, admiradas y bien cualificadas entre los nominados en nuestro tiempo”.

El líder de la minoría en el senado Charles Schumer, demócrata de New York, dijo desde el plenario que Barrett tiene “posturas de extrema derecha y fuera de la línea central”.

La confirmación de Barrett significa que un tercio de los nueve miembros de la corte alta consiste de nominados del presidente Trump. El presidente previamente nominó, y el senado confirmó a los jueces de las cortes federales de apelaciones Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.

La votación cerró otra batalla contenciosa por un nominado de Trump. Esas peleas de confirmación también han ocurrido con otros nominados republicanos durante las últimas tres décadas.

Barrett, de 48 años, jueza de la Corte de Apelaciones del Séptimo Distrito de Chicago, es considerada la sexta conservadora entre los jueces, aunque esa etiqueta no siempre ha resultado en fallos que pudieran esperarse en asuntos tales como el aborto y la libertad religiosa. Abraza el originalismo, una filosofía judicial que defiende la interpretación de la Constitución con base en su significado original y leyes según su texto.

Además de las preocupaciones por el récord conservador de Barrett, gran parte del enfoque de los demócratas en esta lucha de confirmación fue el tiempo. Los demócratas fuertemente objetaron la decisión de Trump después de la muerte el 18 de septiembre de la jueza Ruth Bader Ginsburg de presentar una nominación a la corte alta antes de la elección del 3 de noviembre.

También criticaron la decisión de los republicanos del senado de celebrar una votación de confirmación, y sostuvieron que tal acción debería haber esperado a que los votantes eligieran quién será el nuevo presidente a partir de enero. Ellos acusaron a los republicanos de hipocresía o inconsistencia. El liderazgo republicano rehusó actuar en la nominación del presidente Obama del juez de la corte federal de apelaciones Merrick Garland después de la muerte del juez Antonin Scalia casi nueve meses antes de la elección de 2016.

El Comité Judicial remitió la nominación de Barrett al Senado el 22 de octubre en una sesión que demostró la división partidista sobre su adición a la Corte Suprema. Los 12 miembros de la mayoría republicana del comité votaron unánimemente para llevar adelante la nominación, mientras que los 10 demócratas en el panel boicotearon la reunión en protesta de lo que llamaron un “proceso falso.”

El Senado había votado 51-48 el domingo (25 de octubre) para cerrar el debate, un acto que limitó el debate y previno que los demócratas obstruyeran el voto de confirmación. Dos republicanas – las senadoras Lisa Murkowski de Alaska y Collins – se unieron a los demócratas en oposición a la mayoría republicana.

Durante la audiencia del Comité Judicial en su nominación, Barrett desvió los intentos de coaccionarla a decir cómo emitiría un fallo en asuntos tales como el aborto y la ley del cuidado de la salud de 2010 conocida como Ley de Cuidado de Salud Asequible. Los estadounidenses “de todas las procedencias merecen una Corte Suprema independiente que interprete nuestra Constitución y las leyes como están escritas”, dijo Barrett. “Y creo que puedo servir a mi país desempeñando esa función”.

Barrett trabajó en 1998-99 para Scalia, quien abogó por el originalismo durante sus 30 años en la corte alta.

Cuando ella fue nominada por Trump al Séptimo Circuito en 2017, Barrett enfrentó el cuestionamiento de los demócratas en el Comité Judicial en relación con su fe católica. Esta vez, los miembros republicanos del comité preventivamente criticaron cualquier intento de aplicarle una prueba religiosa.

Barrett se convirtió en la primera madre con hijos en edad escolar de ocupar un escaño en la Corte Suprema. Graduada de University of Notre Dame Law School y exprofesora de esa institución, también es ahora la única juez que no estudió en la Harvard University o Yale University.