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Cambiando sus citas para jugar golf por citas divinas


SAN JOSÉ DE QUERO, Perú (BP)— Durante los momentos de silencio en su oficina, el banquero Larry Jackson miraba las paredes y decía, “Dios, tiene que haber algo más en esta vida.”

Jackson asumió que pasaría sus años de jubilación en un campo de golf en Greensboro, C. N. Pero sus planes cambiaron hace ocho años cuando él y su esposa Nancy se convirtieron en plantadores de iglesias en Bolivia. Luego sirvieron como coordinadores de oración y capacitadores para Xtreme Team, un ministerio donde los jóvenes llevan el evangelio a áreas de difícil acceso en Sudamérica.

Mientras viajaba en bote por el Río Amazonas, se dio cuenta, “Esto es lo que tenía en mente sería el ‘algo más en la vida.’ Este es el lugar donde debo estar.”

Los Jackson se unieron al Programa Maestro de la Junta Internacional de Misiones en el cual los individuos de 50 años o más se comprometen a servir en el extrajeron por un mínimo de 2 a 3 años. Los Jackson están ya en su tercer periodo.

A través de un programa llamado REAP (Plan Avanzado de Entrada Rápida), los Jackson ahora están reclutando iglesias [estadounidenses] para que adopten grupos étnicos localizados en áreas remotas en los Andes peruanos, con el objetivo de compartirles el evangelio.

REAP invita a socios a nivel estatal –conocidos como iglesias de coordinación estratégica- a plantar cuerpos de creyentes nativos y autosuficientes entre un grupo específico de personas. Hasta hoy, más de 25 iglesias se han comprometido a alcanzar a aproximadamente 15 diferentes grupos que los Jackson han investigado en el norte de Perú.

“Mi trabajo es presentarles a la gente, y en ese punto es donde lo retoma Dios,” dijo Jackson. Usando mapas rudimentarios y guiados por conversaciones breves a través de la ventada del auto para lograr contactar a grupos como los yaguas, los jeberos y los quechuas, los Jackson logran hacer con ensayo y error lo que una búsqueda en Google no puede hacer por ellos. Caminando por las calles polvorientas de una poco conocida aldea montañosa, saludan a los pastores con una sonrisa muda. Hacen algunas preguntas en una clínica rudimentaria para colectar algo de información sobre la comunidad. Cargados de información –desde el número y tipo de iglesias locales hasta el acceso a agua potable para los equipos de voluntarios- pintan un lienzo imaginario sobre la gente y las posibilidades de involucrarse con ellos. Los Jackson comparten esto con las iglesias que conocen en conferencias estatales y con otras personas que han expresado interés en un compromiso misionero más profundo.

El primer paso para los Jackson es guiar a la iglesia a través de un viaje de visión. Un “equipo Caleb” proveniente de la iglesia visita al grupo étnico para así llevar un reporte y recomendaciones de vuelta a su iglesia. Si la iglesia vota a favor de adoptar a ese grupo étnico, los Jackson continúan trabajando a su lado mientras comienzan a poner en práctica su estrategia y haciendo viajes misioneros como parte de su compromiso de varios años.

Aproximadamente un 90 por ciento de las iglesias que los Jackson han guiado en viajes de visión han decidido hacer un compromiso –algunas por hasta cuatro años- para adoptar a un grupo étnico.

Dicha estadística es la que da esperanzas a los Jackson. Incluso en las largas noches, investigando hasta que la mente se entumece y batallando con los elementos de la naturaleza, el Sr. Jackson está agradecido de haber cambiado sus citas con el campo de golf por una aventura de servicio a Dios en Sudamérica.

“He indagado en las Escrituras, y nunca he visto la palabra ‘jubilación,'” dijo Jackson. “Es que hay esta cosita interna que hace que uno quiera lograr que su vida cuente para algo. Yo creo que quiero parecerme más a [el Apóstol] Pablo y terminar [mi vida] fuerte.”
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Dea Davidson es una de las corresponsales en el extranjero de la Junta de Misiones Internacionales.

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  • Por Dea Davidson