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Candidato a trasplante facial le da el crédito a Dios

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FORT WORTH, Texas (BP)–Dallas Wiens tiene poca de su antigua imagen — por lo menos no arriba de los hombros. Pero sin lugar a dudas, la imagen de Dios en él brilla más que antes. Pronto, con la ayuda de la vanguardia de la ciencia médica, una nueva cara adornará a la quemada víctima de 25 años.

En octubre Wiens supo que está en línea de espera para llegar a ser la tercera persona en EE. UU. en someterse a una cirugía de trasplante facial y así cambiar radicalmente su dañada imagen física y darle una ventaja cosmética impensable hace solo algunos años.

Los dos trasplantes previos de este tipo — primero en la Clínica Cleveland en el 2008 y en Brigham y Women’s Hospital en Boston el año pasado — fueron trasplantes faciales parciales. El suyo sería el primer trasplante facial completo en EE. UU. y solamente el tercero a nivel mundial.

Un trasplante facial es necesario cuando la cirugía facial reconstructiva no ha sido satisfactoria. La reconstrucción usa piel e injertos de tejido tomados de otra parte del propio cuerpo del paciente y generalmente resulta en serias cicatrices y muchas operaciones.

El trasplante facial incluye la transferencia de tejido suave, con o sin hueso facial, de un donador humano fallecido a un paciente con severa deformidad facial. La sobrevivencia del tejido transferido depende del restablecimiento de la circulación sanguínea. Usando un microscopio, los cirujanos conectan los vasos sanguíneos en el receptor; también se conectan los nervios para permitir el regreso de la sensación y la movilidad de la cara.

El contacto de Wiens con un cable eléctrico de alto voltaje mientras pintaba una iglesia en noviembre del 2008 pudo haberlo matado. Lo dejó ciego y muy desfigurado, pero lúcido y notablemente funcional.

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Si un donador adecuado es identificado, Wiens volaría a Boston en cuestión de horas para someterse al extraño procedimiento en Brigham y Women’s Hospital seguido de semanas y meses de cuidado postoperatorio en Boston y en el Hospital Parkland Memorial en Dallas.

En una declaración conjunta divulgada en ambos hospitales el 13 de octubre, Wiens dio la noticia que había estado esperando: Estaba oficialmente en la lista de trasplantes del Banco de Órganos de New England.

La cobertura de las noticias del caso de Wiens se ha enfocado en la innovación de las técnicas médicas que parecieran más apropiadas para una novela futurista que para la medicina de la vida real. Pero su declaración noticiosa fue más profunda.

“Mi fe en Cristo me ha guiado a través de las pruebas que he enfrentado. No ha sido por mi propia fuerza que he llegado al punto en el que estoy hoy. Firmemente creo que él me verá a través de cualquier cosa que esté por venir. No hay razón para permitir que pocos obstáculos me impidan finalizar ‘La Carrera.'”

VENCIENDO LAS ADVERSIDADES

El 13 de noviembre del 2008, Wiens, su hermano mayor y un tío estaban terminado un trabajo de pintura en la iglesia a la que asistió de niño, Ridglea Baptist en Fort Worth, a una pocas cuadras de la casa en la que creció, cuando la plataforma hidráulica desde la que estaba pintando hizo contacto con un cable de alto voltaje.

Luego de ser llevado a prisa en helicóptero a 56 kilómetros a Parkland, centro para quemados de renombre mundial, los cirujanos pasaron 36 extenuantes horas durante dos días trabajando para salvar la vida de Wiens y su devastada estructura facial. Fue el peor caso de quemadura que Parkland ha visto en 30 años, le dijeron los doctores a la familia.

Cuarenta y ocho horas después, los doctores le dieron a la familia una pequeña esperanza, dijo su abuela, Sue Peterson. Las horas pasaron, luego los días y las semanas. Preparados para lo peor, los doctores le dijeron a la familia que probablemente Wiens estaría paralizado del cuello para abajo y nunca volvería a hablar o producir suficiente saliva para comer comida sólida.

No solamente Wiens sí sobrevivió, sino una vez que despertó tres meses después de un coma médicamente inducido, tuvo un progreso sin precedente.

Wiens dejó el hospital en la primavera del 2009, guardó la silla de ruedas en un cobertizo ese junio, y hoy en día camina seis cuadras seguidas con un bastón para ayudarse a emplazar linderos en su vecindario de Fort Worth, donde vive con sus abuelos.

Hace hasta 27 lagartijas y es cliente frecuente de Starbucks, donde una capucha y lentes de sol camuflan parcialmente su desfiguración. También está tomando clases online de nivel superior, estudia las Escrituras en audio y un software online de la Biblia, y sigue a su amado equipo de futbol americano los Oklahoma Sooners con los oídos y los ojos de la mente.

Pero lo más significativo para Wiens son las bendiciones espirituales ganadas en detrimento de su visión, su cara como la conocía, y la sensación de un abrazo o un beso de Scarlette, su hija de tres años.

“Cuando no puedes sentir los besos de tu hija, es duro,” dijo Wiens.

Anteriormente lejos de Dios, en sus palabras, el accidente lo llevó a la orilla de la eternidad y de regreso. Wiens se arrepintió delante del Cristo que antes había sido enseñado y profesado cuando niño. También se unió a la Iglesia Bautista Ridglea, donde sus abuelos son miembros, y tiene sesiones semanales con su pastor para hablar sobre la fe y otros temas.

“En medio de mi desprecio hacia Dios, él estaba detrás de mí, preparándome para su trabajo,” dijo Wiens.

Por ahora, la cara de Wiens está cubierta de piel y músculos cuidadosamente trasplantados de su pantorrilla, muslo y parte posterior. Estos músculos cuelgan, como se le dice, lo que les provee a los cirujanos la habilidad de restaurar alguna estructura y piel a su cara. Además su habla es relativamente clara en comparación con sus lesiones.

Con el trasplante facial, los cirujanos tienen confianza de que Wiens tendrá la mayoría de la sensación y funcionalidad restauradas, aunque quedará ciego. Un ojo fue completamente destruido; el otro permanece intacto y el nervio ocular está “vivo,” pero Wiens dijo que la tecnología para restaurar la vista en ese ojo está a años de distancia.

Los doctores le han dicho que no hay chance de que él se parezca al donador y que hay más de un 60 por ciento de que puedan reconstruir algunas características reconocibles de su cara anterior.

De acuerdo con la información provista por Brigham y Women’s Hospital, hay algunos parámetros críticos que deben cumplirse para mejorar la probabilidad de éxito de un trasplante facial:

— La edad es un factor, y el donador no puede ser 10 años mayor o más de 20 años menor que el receptor.

— El color de la piel y la textura deben ser similares entre el donador y el receptor, y los tipos de sangre deben ser compatibles.

— El donador debe estar en un radio de viaje de cuatro horas del hospital donde se va llevar a cabo la cirugía; el receptor debe poder llegar dentro de las 12 horas después de haber sido notificado.

Su cirugía en Boston a manos de Bohdan Pomahac, cirujano plástico de Brigham y Women’s Hospital y director de su centro de quemados, y subsiguiente cuidado mientras esté allí involucrará un equipo de trasplante de más de tres docenas de médicos, incluyendo ocho cirujanos, además de otros doctores y enfermeras de múltiples disciplinas, desde cardiología hasta enfermedades infecciosas, dijo Pomahac.

Su recuperación en Boston llevará semanas, seguida de meses de cuidado postoperatorio a manos de Jeffrey Janis, jefe de cirujanos plásticos en Parkland quien lo ha cuidado desde el accidente y del equipo de especialistas del hospital de Dallas.

Wiens finalmente tendrá implantes dentales y ojos protésicos también.

Él requerirá cerca de $2.000 al mes en drogas inmunodepresoras para el futuro visible, algo por lo que su cobertura de salud pagará. La cirugía en sí es pagada por una subvención del Departamento de Defensa y es parte de un caso práctico que beneficia a miembros del servicio desfigurados y quemados — algo que a Wiens, veterano del ejército, lo tiene emocionado.

“No se trata todo de mí y de mi historia. Estoy preparando el terreno para otros,” dijo.

Wiens dijo que supo de su ubicación en la lista de espera varios días antes del anuncio público y que está listo para viajar a Boston con su abuelo, Del Peterson, cuando llegue la llamada telefónica.

American Airlines trasladó a Wiens a Boston en su última visita para su proceso de evaluación y estuvo de acuerdo en trasladar a Wiens allí de nuevo en el primer vuelo disponible desde Dallas.

“No puedo comenzar a expresar mi gratitud a los equipos del Parkland Memorial Hospital que me han traído hasta acá,” dijo él en la declaración que anunciaba su colocación en la lista de espera. “He estado haciendo historia médica desde el primer día y a medida que varios capítulos se han cerrado otros nuevos se están escribiendo. Me alegro de estar entrando a este nuevo capítulo con fe y esperanza.

“Estoy supremamente confiado en las habilidades de cada uno de los miembros del equipo de trasplante facial de Brigham. Su deseo de llegar más allá del límite calza con el mío. Tengo la mirada clavada en el inicio de una nueva vida, hasta donde puedo ver, esta nueva vida está llena de esperanza y de gozo y así es como completamente intento enfrentarla.”
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Jerry Pierce es editor jefe de Southern Baptist TEXAN, revista de noticias de la Convención Bautista de Texas, en la Web en texanonline.net. Un video corto que presenta a Wiens está accesible en youtube.com/sbtcweb or youtube.com/watch?v=EpO03xsEwhc/. Dallas Wiens ha establecido un fondo para cubrir gastos no cubiertos por el seguro y para ayudar a futuras víctimas quemadas con cuidado médico: “Dallas About Face Fund,” c/o Ridglea Baptist Church, 6037 Calmont Ave., Fort Worth, TX 76116.