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Carta abierta a todos los bautistas del sur

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Estimados administradores del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur (SBC) y de las iglesias y organismos bautistas de nuestra familia de la Convención:

Cuando llegué a Nashville para servir al Señor y a nuestra familia bautista el lunes 20 de mayo de 2019, lo hice con una fuerte visión y pasión para inspirar un renovado sentido de cooperación, todo por el bien de alcanzar un mundo que estaba, y está ahora, en desesperada necesidad de conocer a Jesucristo.

El día que se me extendió este llamado, declaré lo siguiente a los miembros del Comité Ejecutivo:

Somos una red de iglesias impulsada por la misión que coopera voluntariamente para alcanzar el mundo para Cristo. No podemos regirnos por la política, sino que nos impulsa nuestra misión… ¡la Gran Comisión de Jesucristo! La política es una de nuestras tareas importantes en este comité, pero la política sirve a nuestra misión; la misión no sirve a nuestra política.

Lo dije entonces y lo repito ahora: Filtraré toda toma de decisiones y el liderazgo del Comité Ejecutivo con esta visión convincente y la obsesión apasionada de alcanzar el mundo para Cristo.

Cuando llegué al Comité Ejecutivo en 2019, había una nube de preocupación relacionada con el abuso sexual en toda la Convención Bautista del Sur. Incluso antes de llegar, dediqué muchas horas a trabajar con otros sobre cómo abordar estos asuntos a través de nuestra Constitución y Estatutos de la SBC. Una vez que estuve aquí, estas cosas pudieron ser completadas y luego adoptadas por nuestra SBC 2019 en Birmingham y reafirmadas en nuestra SBC 2021 en Nashville. Aunque la decisión relacionada con la creación de un comité permanente adicional de la SBC, llamado Comité de Credenciales, se llevó a cabo en 2019, las enmiendas constitucionales se votaron y afirmaron en 2021. Creo que, si hubiéramos podido reunirnos en 2020, habríamos seguido avanzando juntos.

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Aunque supe que este era solo el inicio de nuestra respuesta a la crisis de abuso sexual, cada acción era significativa. Sin lugar a dudas, nuestra Convención estaba decidida a abordar estas cuestiones y a hacerlo con eficacia.

En junio de 2021, en la Reunión Anual de la SBC en Nashville, Tennessee, los mensajeros hablaron alto y claro al pedirle al recién elegido presidente que nombrara un grupo de trabajo que contratara una firma independiente de terceros para hacer una investigación y revisión exhaustiva de las acciones y deliberaciones de los miembros y el personal del Comité Ejecutivo de la SBC desde el año 2000.

El Comité Ejecutivo de la SBC acoge con plena satisfacción esta revisión. El debate no ha sido sobre la realización de esta revisión. Queremos que esta revisión sea exhaustiva, justa y que revele la verdad. No tenemos nada que esconder, y si algo se descubre de lo que no seamos ya conscientes, ya es hora de que se descubra y de que se maneje de manera más apropiada. Cualquier cosa que se descubra necesita ser revelada, arrepentida, y tratada de cada manera posible. Nuestro equipo está listo para trabajar con esta firma y ha estado haciendo los preparativos desde la semana siguiente a la Reunión Anual de la SBC de 2021.

Desde el 9 de septiembre de 2021, cuando el Grupo de Trabajo sobre Abuso Sexual dio a conocer sus deseos a través de esta firma, Guidepost Solutions, hemos estado evaluando todo lo relacionado con las responsabilidades fiduciarias que también nos ha dado la Convención Bautista del Sur. De nuevo, el debate no ha sido sobre la necesidad de la investigación. La acogemos con satisfacción. La moción adoptada por nuestra Convención nos ha colocado en una tensión desconocida para cualquiera en la historia moderna de la SBC debido a las responsabilidades adicionales que ya se nos han encomendado.

Como presidente del Comité Ejecutivo de la SBC, no tengo voto en estos asuntos. Los ochenta y seis directivos del Comité Ejecutivo de la SBC sí lo tienen, y han deliberado y tratado de llegar a un acuerdo sobre el mejor camino a seguir.

La solicitud del Grupo de Trabajo se entregó el 9 de septiembre, y la Junta de Directivos recibió un contrato complejo que requería mucha revisión unos días antes de nuestra reunión. A través de nuestras reuniones del Comité Ejecutivo de la SBC los días 20 y 21 de septiembre y una reunión virtual de cinco horas el pasado martes 28 de septiembre, todavía no se ha llegado a la decisión final sobre el mejor camino a seguir. Se decidió resolver esto al final del día del martes 5 de octubre, y salí de la reunión con un rayo de esperanza de que podamos encontrar una manera de unirnos.

Que yo sepa, nadie está tratando de desafiar la voluntad de los mensajeros, sino de cumplir con oración y cuidado la voluntad de los mensajeros.

Ver cómo se desarrolla todo esto, ha sido difícil y desafiante, por decir lo menos. Mi llamamiento a todos los bautistas del sur es que vean el verdadero dilema que tiene nuestro comité. Ellos están tratando de luchar con la realización de este proceso de la manera correcta, ya que sopesan su deber como directivos para llevar a cabo el negocio de una manera que no traiga daño a la entidad que sirven o a la SBC que sirven.

Sin embargo, no lo hacen en el vacío. Cada uno de ellos tiene una verdadera pasión por ser sensible a los supervivientes de abusos sexuales y proporcionar a cada uno de ellos la seguridad, la confianza y la atención que merecen de parte nuestra. Además, cada uno de nuestros miembros quiere hacer todo lo posible para evitar cualquier otro incidente de abuso sexual.

Ayer, el doctor Morris Chapman, ex presidente y director ejecutivo del Comité Ejecutivo de la SBC durante dieciocho años, publicó una carta de apelación a todos nosotros. Sus palabras de apelación me cautivaron cuando las volví a leer esta mañana temprano. Decían:

Durante casi 100 años, la Convención ha confiado a su Comité Ejecutivo la autoridad para actuar a nombre de los mensajeros ad interim. Si el Programa Cooperativo y la Convención han de sobrevivir a los desafíos actuales, el Comité Ejecutivo debe priorizar todo esfuerzo que mantenga la sagrada confianza de las iglesias y sus mensajeros.”

Yo digo: Amén

¿Cuál es el camino a seguir? Apelo a cada uno de ustedes:

  1. A los miembros del Comité Ejecutivo, es hora de terminar este debate y dar a esta Convención la confianza y la seguridad que necesita en relación con estos asuntos.
  2. A los miembros del Grupo de Trabajo y a Guidepost, por favor ayúdennos no sólo a cumplir los deseos de nuestra familia de la SBC, sino a cumplir estos deseos de la manera más prudente para toda nuestra Convención, uniéndonos todos al compartir el futuro que tenemos ante nosotros.
  3. Al Grupo de Trabajo, a Guidepost y a los miembros del Comité Ejecutivo, por el bien de nuestra Convención y de su misión en todo el mundo, los insto a cooperar y a encontrar juntos un camino para avanzar.
  4. A toda la Familia de la SBC, por el bien de nuestro trabajo de la Gran Comisión, apelo a todos nosotros de la siguiente manera, tal como lo declaró el Apóstol Pablo bajo la inspiración del Espíritu de Dios en Efesios 4:3: “Haciendo todo esfuerzo por mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.”

La meta final de todo esto es llevar a cabo la Gran Comisión de Jesucristo nuestro Señor. No tenemos elección. Esta es nuestra misión. La Gran Comisión de Jesús y el Gran Mandamiento de Jesús no compiten el uno con el otro. Cada uno es la voluntad de Dios. Es tiempo de avanzar viviéndolos diariamente.

Una de las duras lecciones que he aprendido en los últimos días es que no puedo hacer que la gente me crea. Pero Dios conoce mi corazón, el corazón de nuestros directivos, del Grupo de Trabajo, de Guidepost y de nuestra Convención Bautista del Sur. Desde mi punto de vista, todos, independientemente de lo que hayan votado o de lo que crean, se esfuerzan por hacer lo correcto.

Durante estos días me he quebrantado ante el Señor en arrepentimiento, clamando a Él por un logro. He compartido mi quebrantamiento con otros acerca de dónde nos encontramos como familia espiritual. Somos hermanos y hermanas en Cristo. Estos días han estado llenos de grandes emociones y creencias apasionadas. Por favor, resuelvan conmigo para avanzar juntos, “Y sean bondadosos y compasivos unos con otros, perdonándose mutuamente, así como Dios también los perdonó en Cristo.” Efesios 4:32.

El líder bautista, el doctor Paul Chitwood, que también es nuestro presidente de la Junta de Misiones Internacionales, declaró ayer a su junta de directivos estas palabras en su discurso: “No podemos detenernos. No podemos distraernos. No podemos dividirnos. No podemos desanimarnos. La visión del cielo aún no se ha cumplido. Las naciones están esperando. Todavía tenemos trabajo que hacer.”

De nuevo, yo digo: Amén.

Como casi todos ustedes, no tengo voto en la junta de directivos, pero tengo un voto en el cielo desde mis rodillas. Estoy orando al Dios del cielo para que haga un milagro que nos una a todos.

El momento es ahora. Avancemos juntos.