- Baptist Press - https://www.baptistpress.com -

‘Clínica Jesús’ ofrece sanidad para el cuerpo y el alma

[1]

SOUTHEAST ASIA (BP) — Un coro de gallos le da la bienvenida al sol naciente mientras los pacientes enrollan los mosquiteros y las cobijas y se alistan para sus citas de seguimiento. Lentamente, los pacientes nuevos entran, y doctores, enfermeras y otros miembros del personal terminan sus desayunos de sopa con fideos o carne en salsa y arroz.

Los pacientes llegan a la clínica desde todas partes del país del sudeste asiático. Los más pobres entre los pobres, la mayoría de ellos no puede pagar para ir a los hospitales del gobierno. Pero al cabo de pocos minutos, los pacientes pueden ver que esta clínica es diferente. Aunque los médicos y el personal trabajan para proveer una atmósfera cortés y respetuosa, lo que realmente hace a la clínica sobresalir es su misión de compartir el evangelio de Cristo con cada paciente que pasa por la puerta. Este es un rasgo que lleva a los lugareños a llamarla la “Clínica Jesús.”

“Si ustedes miran el Nuevo Testamento, el ministerio de Jesús era predicar y sanar,” dijo William Bailey* misionero de IMB y miembro de la junta de la clínica. “La medicina es una manera de mostrar compasión y llenar las necesidades reales [al tiempo de ser] una plataforma para el evangelismo y la plantación de iglesias.”

La clínica Jesús, un centro médico multinacional e interinstitucional que abarca a los creyentes del sudeste asiático, misioneros de IMB y de otras organizaciones de todo el mundo, no solamente está preocupada por proveer cuidado médico.

“Vemos de 100 a 200 personas al año llegar a Cristo,” dijo Bailey. “Al dar cuidado compasivo al pobre, ellos se abren al evangelio.”

A la fecha, la clínica está involucrada en 13 iglesias planta, sea liderando, ayudando o entrenando a los lugareños. Un empleado calculó que alrededor de cuatro personas cada semana hacen la decisión de seguir a Jesús.

[2]

“Un gran cuidado médico es un gran testimonio,” dijo Margaret Bricker,* misionera de la Junta de Misiones Internacionales y especialista en salud pública. “La gente llega a nosotros sin esperanza y nosotros usamos el cuidado de la salud para compartir la esperanza de Jesús.”

Margaret y su esposo Joseph,* misionero de IMB y doctor en medicina, sirven juntos en el personal de la clínica. Muchas veces se pueden consultar el uno al otro cuando tratan pacientes.

Saturados con el evangelio

Durante todo el día, un equipo de creyentes que trabaja en el equipo de impacto espiritual de la clínica tiene el papel exclusivo de compartir el evangelio con los pacientes mientras esperan ver a un doctor. Comienzan el día ofreciendo consejos de salud — Buena higiene, dieta apropiada y ejercicio. Pero cada lección lleva a un aspecto del evangelio, lo que le da al equipo la oportunidad de hablarles a los pacientes de Jesús.

Los creyentes locales comparten sus testimonios y les muestran filmes cristianos a los pacientes. El testimonio de creyentes locales parece tener un mayor impacto. “El plantador fundamental de iglesias es su propia gente,” dijo Joseph. “Ellos vienen del mismo contexto y sus opiniones tienen más peso.”

En otras áreas del hospital, los miembros del equipo de impacto espiritual, recepcionistas y enfermeros se sientan y hablan con los pacientes en forma personal mientras esperan.

“Lo que más me gusta hacer es hablar en forma personal con los pacientes,” dijo Mako Mao,* miembro del equipo de impacto espiritual. “Puedo contestar preguntas fáciles.”

“Disfruto ayudar a los pacientes llevándoles sillas de ruedas,” dijo Theary On,* asistente dental. “Los pacientes se sienten cercanos a mí, y yo pregunto ‘¿Has escuchado alguna vez sobre Jesús?'”

Hablar de Jesús no termina en la sala de espera ni en los salones. En cada paso durante la cita del paciente, alguien está hablando o mostrando el amor de Cristo.

Desde temprano en la mañana hasta tarde en la tarde, los doctores se mueven vigorosamente en los cuartos de examen de los seis departamentos de pacientes ambulatorios y las tres unidades de atención urgente dándole su máxima atención a cada paciente.

“Cuando los pacientes llegan a verme, los saludo y hablo con ellos de sus condiciones médicas y su vida,” dijo Joseph. “Después de tratarlos y tomar tiempo para contestar todas sus preguntas, comparto el evangelio con ellos y oro por ellos.”

Cuando Margaret Bricker de IMB entra al cuarto de examen, le sonríe entusiastamente al paciente que regresa. Le da a la pequeña anciana una gentil palmadita en el brazo. Debido a que Margaret habla una lengua minoritaria, instantáneamente se conecta con muchos de sus pacientes que llegan una vez a la semana.

“En el cuidado médico, se puede tener conversaciones íntimas en un corto tiempo,” dijo. “El cuidado médico provee…oportunidades. No se puede obtener eso cuando simplemente se camina por la calle.”

Los médicos de otras organizaciones y los empleados del sudeste asiático de la misma manera proveen consultas amables y tratamiento médico en el nombre de Jesús, frecuentemente en visitas a las familias y compartiendo el evangelio. El núcleo común que une a todos estos grupos es simple — compartir a Jesús y plantar iglesias.

Llegar lejos pero quedarse en un lugar

Podría ser difícil para algunos creer que una clínica médica pudiera sostener una afluencia estable de pacientes y un ministerio activo de plantación de iglesias. Es por eso que la clínica Jesús no hace todo el trabajo sino que colabora con compañeros que refieren desde todas partes del país

“Cerca del 90 por ciento de nuestros pacientes llegan referidos por colaboradores, dijo,” Bailey, misionero de IMB y miembro de la junta de la clínica. “Ellos alcanzan a llegar a provincias donde otras organizaciones no llegan.”

Colaboradores que refieren pueden ser organizaciones misioneras locales, iglesias nacionales o individuos que se dedican a ayudar al paciente que refieren con el costo de su cuidado médico. Más importante, estos colaboradores les dan seguimiento espiritual a los pacientes. Esto con frecuencia lleva a iglesias plantas en lugares donde el evangelio fue una vez mal recibido.

En las manos de creyentes locales

Los misioneros de IMB y otros misioneros internacionales que trabajan en la clínica Jesús han visto el valor de tener colaboradores nacionales en propiedad del ministerio. La clínica está llena de doctores, enfermeros, recepcionistas y técnicos nacionales.

Aunque los misioneros instruyen y entrenan a los compañeros nacionales — llenando los vacíos que su educación les dejó — cada departamento es operado por un asiático del sudeste, lo que les da la habilidad de tomar decisiones y ser los propietarios.

“Los creyentes locales tienen mucho que añadir a la obra,” dijo Joseph. “Sus opiniones son de mucho valor.”

Margaret dijo: “Nuestra meta es ver a los creyentes [asiáticos del sudeste] compartiendo el evangelio y plantando iglesias — y a nosotros caminando junto a ellos. Ellos tienen pasión por el cuidado de la salud y por compartir el evangelio.”

Para obtener más información en cómo poder involucrarse en misiones de cuidado de la salud, contacte [email protected] o visite http://www.imb.org/healthcare.
–30–
*Nombre cambiado. Harper McKay escribe para AsiaStories y vive en Asia del Sudeste.