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Clínicas bautistas en Paraguay, dan tratamiento, ministran a los pobres


ASUNCIÓN, Paraguay (BP) — Cuando Edith Cáceres de González dice que ama al pueblo indígena paraguayo maká, lo dice en serio.

La enfermera paraguaya ha pasado su carrera trabajando tiempo completo entre los maká, quienes habitan cerca de las orillas de Asunción, proveyendo cuidado médico a este pueblo, cuando la mayoría de los hospitales en su país se niegan a darles tratamiento.

“Hay mucha pobreza; hay mucha necesidad,” dice Cáceres. “Muy poca gente puede vender sus artesanías ahora, y las artesanías son su única fuente de ingresos.”

Los misioneros se esfuerzan por dejar una herencia ministerial que sea propagada por los creyentes locales como Cáceres. Pero pocos se han percatado de esta meta en el nivel que lo han hecho quienes trabajaron en el Centro Médico Bautista en Asunción, Paraguay.

En un periodo de 12 años, la Junta de Misiones Internacionales, IMB, hizo la transición de posesión y administración de su hospital misionero en Paraguay hacia los bautistas paraguayos nacionales. En el proceso, el hospital se convirtió en un centro médico que cuenta con un instituto para cardiología y una universidad médica, aunque nunca perdió su enfoque en las misiones.

Cáceres trabaja en la colonia de los maká en una clínica construida por el centro médico. Ella ha ayudado a los maká a enfrentar el gozo de un embarazo y las pruebas como las adicciones, el cáncer y últimamente la sarna y la tuberculosis.

“Los amo tanto. Los amo,” dijo Cáceres. “Dependen de mí totalmente, y tenemos que seguir ayudándolos.”

Cáceres pide apoyo en oración para manejar los muchos retos que enfrenta con los maká. Puede ser difícil convencer a la gente que tome los medicamentos que les ayudarán, y cuando regresan de haber vendido sus artesanías, a menudo traen nuevas enfermedades a la comunidad, dijo Cáceres.

Pero si los maká van a otros centros de tratamiento, los prejuiciados doctores no los atenderán.

“Estamos muy agradecidos por el hospital bautista, porque la enfermera siempre nos ayuda mucho,” dijo el jefe de los maká, Andrés Chemhei. “El Señor usa el hospital para atendernos, porque no hay otro hospital en el país que nos ayude. Si no fuera por el hospital bautista, nuestra tribu ya no existiría hoy en día. Ellos no hacen distinción entre los indios y los paraguayos.”

En una clínica auxiliar comunitaria, los médicos familiares proveen exámenes y medicamentos a un precio reducido para quienes estén en duras condiciones financieras.

La clínica atiende a unos 20,000 pacientes por año, incluyendo a la mujer de 83 años que sufrió un ataque de asma, tenía bronquitis y ahora está recibiendo sus medicamentos a través de la farmacia de la clínica comunitaria, dijo Alicia Lezcano, directora del Departamento de Salud Comunitaria en el centro médico.

El centro médico también provee grupos de apoyo semanales para las personas con desórdenes alimenticios y adicciones a las drogas. Los grupos para madres embarazadas promueven la salud durante el embarazo y dar leche materna al bebé.

Tal como en las misiones, el centro médico expande su alcance geográfico a través de clínicas sobre ruedas que comenzaron hace 60 años cuando se construyó el hospital, dijo Marlin Harris, antiguo director del centro médico.

“Comenzaron a hacer las clínicas sobre ruedas, y no se quedaron por aquí en Asunción,” dijo Harris. “Así que pudieras decir la frase ‘hospital bautista’ en las partes más remotas del país y la gente sabría de qué estás hablando.”

Las clínicas sobre ruedas, llamadas El Centro Médico Bautista en Tu Comunidad, viajan a los barrios de escasos recursos a través de Paraguay y a algunos de los pueblos colindantes en Argentina. Las clínicas temporales se establecen en iglesias locales. El centro médico provee medicamentos para ser distribuidos, y doctores, enfermeras, administradores y capellanes voluntarios para servir en las clínicas.

“A través de nuestras clínicas hemos impactado a esas comunidades. Las iglesias, luego de haber sido anfitrionas de una clínica, siempre crecen,” dijo Lezcano. “Es una método de apoyo para la iglesia local.”

Se requiere una inversión poco común para proveer cuidados médicos con descuento o gratuitos para aquellos que nunca pudieran pagarlos. Como una institución bautista nacional, continua el legado de servicio que comenzaron los misioneros fundadores del hospital, y por lo tanto, ministran a través de la medicina.

“Es duro; es cansado; es estresante. Hay muchas limitaciones,” dijo Lezcano. “Pero yo sé que estamos haciendo todo lo que podemos.”
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Tristan Taylor sirvió como escritor de la Junta de Misiones Internacionales, IMB, en Latinoamérica. Lea más historias sobre la obra de Dios entre los pueblos de América Latina.

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  • Por Tristan Taylor