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Confrontando el ‘horrendo movimiento #MeToo’ en la CBS


NOTA DEL EDITOR: El 23 de mayo, R. Albert Mohler Jr. publicó la declaración siguiente: “Se derrama la ira de Dios: La humillación de la Convención Bautista del Sur.”

LOUISVILLE, Ky. (BP) — Las últimas semanas han sido intensamente dolorosas para la Convención Bautista del Sur y para el movimiento evangélico en general. Pareciera que están cayendo bombas y solamente Dios sabe cuantas caerán y en dónde.

La denominación más grande de los Estados Unidos ha estado presente en los encabezados de los periódicos diariamente. La CBS está pasando por su propio movimiento #MeToo [#YoTambién].

En uno de nuestros seminarios, la controversia se ha centrado en un presidente (ahora expresidente) cuya ilustración para el sermón hace años incluyó un consejo para una esposa maltratada que seguía viviendo en el mismo hogar y seguía casada con la esperanza de la conversión de su esposo abusivo. Otros comentarios representaron la deshumanización de una joven adolescente. Los asuntos se fueron haciendo más urgentes cuando las declaraciones anteriores representaban los consejos y sugerencias que se administraban regularmente.

Pero estos asuntos son aún más profundos y más amplios.

La conducta sexual inapropiada es un pecado antiguo, pero la avalancha de conducta sexual inapropiada que ha salido a la luz en las últimas semanas raya en lo insoportable. Estas dolorosas revelaciones de pecado han ocurrido en las iglesias, en los ministerios denominacionales e incluso en nuestros seminarios.

Pensábamos que ese era un problema de los católicos romanos. El requisito no bíblico del celibato y la conspiración organizada del silencio entre la jerarquía ayudó a explicar el pozo negro del abuso sexual de niños que le robó mucha de su autoridad moral a la Iglesia Católica Romana. Cuando la gente dijo que los evangélicos enfrentarían una crisis similar, no parecía posible — incluso para mí. He sido el presidente del Southern Baptist Theological Seminary por veinte años. Jamás me lo hubiera imaginado.

Me equivoqué. Ha llegado el juicio de Dios.

El juicio ahora ha llegado a la casa de la Convención Bautista del Sur. La terrible espada veloz de la humillación pública ha llegado con una venganza. No cabe duda de que esta historia aún no ha terminado.

No podemos culpar a los requisitos del celibato de los sacerdotes. Ni siquiera podemos señalar una conspiración de silencio organizada dentro de la jerarquía de la denominación. No, nuestra humillación viene como resultado de una conspiración de silencio desorganizada. Tristemente, la naturaleza desorganizada de nuestro problema puede hacer que nuestra recuperación y corrección sean aún más difíciles y que el silencio sea aún más peligroso.

¿Se trata de un problema teológico? ¿A esto ha llegado la Resurgencia Conservadora en la Convención Bautista del Sur? ¿Es esto lo que miles de bautistas del sur estaban esperando cuando trabajaron tanto para ver que esta denominación regresara a sus convicciones teológicas, que sus seminarios regresaran a la enseñanza de la inerrancia de las Sagradas Escrituras, sus ministerios estuvieran establecidos firmemente en el Evangelio de Jesucristo? ¿Ganamos la integridad confesional solamente para sacrificar nuestra integridad moral?

Esto es exactamente lo que nos advirtieron que iba a pasar quienes estaban en contra de la Resurgencia Conservadora. Ellos clamaban que el esfuerzo por recuperar teológicamente a la denominación solamente era un movimiento disfrazado para capturar a la denominación y dársela al nuevo grupo de líderes hambrientos de poder. Yo sé que eso no es verdad. Debo insistir que esto no fue verdad. Pero, parece que sus profecías tienen algún mérito después de todo. Como lo dije recientemente, con lamento, a uno de los líderes entre la facción más liberal que abandonó la Convención Bautista del Sur, cada lado se ha convertido en el cumplimiento de lo que el otro le advirtió. Los liberales que se fueron han seguido marchando hacia la izquierda, en la teológica y la enseñanza moral. La CBS, sólida y teológicamente conservadora, ha sido expuesta en sus fallas morales.

Entre los asuntos más candentes del debate teológico estaba el papel de las mujeres en el hogar y en la iglesia. La CBS ha afirmado el complementarianismo — la creencia que la Biblia revela que los hombres y las mujeres están hechos a la imagen de Dios de igual manera, pero que los hombres y las mujeres también fueron creados para complementarse uno al otro, los hombres y las mujeres ejercen papeles distintivos y diferentes. Esto significa que se deben obedecer las muy claras enseñanzas bíblicas sobre el liderazgo masculino en el hogar y en la iglesia. Al llegar el año 2000, las enseñanzas complementarias se incluyeron formalmente en el Mensaje y Fe Bautistas, la confesión doctrinal de la denominación.

¿Acaso el problema es el complementarianismo? ¿Se trata de un camuflaje para los hombres abusivos y otorgar permiso para practicar el abuso y maltrato de las mujeres? Podemos ver que este argumento es plausible para muchos que están observando a los evangélicos conservadores y se preguntan si nos hemos vuelto locos.

Pero la misma Biblia revela que el patrón del complementarianismo del liderazgo masculino en el hogar y en la iglesia también revela la firme e inquebrantable preocupación de Dios por los abusados, los maltratados, los sufrientes, y los temerosos. No hay excusa alguna para el abuso de cualquier tipo: verbal, emocional, físico, espiritual o sexual. La Biblia advierte claramente a quienes abusen del poder y utilicen la autoridad como un arma. Cada iglesia cristiana y cada pastor y cada miembro de la iglesia deben estar listos para proteger a cualquiera de los hijos de Dios amenazados por el abuso y deben responsabilizar completamente a todo abusador. La iglesia y cualquier institución o ministerio que sirve a la iglesia debe estar lista para asegurar la protección y apoyar a cualquier mujer o niño o persona vulnerable que esté bajo la amenaza del abuso.

La iglesia debe tomar cualquier decisión apropiada para llamar a las autoridades y reconocer la autoridad otorgada por Dios al gobierno civil para proteger, investigar y castigar.

Una iglesia, una denominación, o ministerio cristiano debe ver fuera de sí mismo cuando sean confrontados con un patrón de malos manejos de tales responsabilidades, o incluso cuando se les acusa de tal patrón. No podemos justificarnos a nosotros mismos. Este es el consejo que yo he dado consistentemente por muchos años. Ahora tengo que convertir este consejo en un asunto de compromiso público. Yo creo que cualquier acusación pública relacionada con tal patrón de conducta exige una investigación independiente, hecha por un tercero. Al hacer este juicio, hago público que yo mismo debo de someterme a tal investigación — que Dios me guarde — si se da la responsabilidad.

Yo creo que el patrón del placer de Dios y su diseño para la familia y en la iglesia es esencial para el florecimiento humano. Creo que la Biblia es la inerrante e infalible Palabra de Dios. Creo que el Evangelio de Jesucristo es las buenas noticias que cualquier pecador que cree en el Señor Jesucristo será salvo. Creo que la teología enraizada completamente en la Escritura es el único cimiento seguro para el hogar, la iglesia y la vida cristiana. Y también creo que el fruto del Espíritu “es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23 RVR1960). Donde no esté presente y visible este fruto, Cristo no está presente.

El movimiento #MeToo ha alcanzado a los evangélicos estadounidenses. Este momento alcanzó a algunos de mis amigos y hermanos en Cristo. Este momento me ha alcanzado a mí, y yo tengo el llamado de manejarlo como cristiano, como ministro del Evangelio, como presidente de una universidad y seminario y como líder público. Es mi oración que lo dirija correctamente.

Se nos dice en Romanos 1:18 “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.” (RVR1960)

Esto es sólo una muestra del derramamiento de la ira de Dios. Este momento requiere lo mejor de nosotros. La Convención Bautista del Sur está bajo juicio y está en juego nuestra credibilidad pública. Que Dios tenga misericordia de todos nosotros.

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  • Por R. Albert Mohler Jr.