[1]Henar buscaba la verdad donde creía que podía encontrarla: en su formación católica, a través de amigos testigos de Jehová e incluso en la religión de la Nueva Era. Probó los cristales, la meditación, la energía y la sanación.
La búsqueda la dejó abrumada y sin paz.
Fue entonces cuando conoció a Emilio y Hannah Marrero, misioneros de la Junta de Misiones Internacionales en la región vasca de España, a través de un estudio bíblico en línea. Conectó profundamente con ellos y con el mensaje que enseñaban utilizando el arte.
Los Marrero utilizan una perspectiva única del arte para compartir el Evangelio. El enfoque funciona en una región como la vasca, donde se enorgullecen de su historia. El arte y la religión forman parte de la cultura histórica de la zona y de la cultura popular actual.
“Estudié historia del arte y lo único que hicimos fue ver imágenes de Jesús a lo largo de las historias de los países europeos. El arte siempre ha estado unido a una perspectiva religiosa”, afirma Emilo. “Un artista posmoderno ya está creando arte religioso. Pero es una obra relativista y caótica”.
Dondequiera que fuera, la pareja veía carteles de colores brillantes de la cultura pop, desde el feminismo hasta el nacionalismo, pegados en paredes, postes y ventanas. También había folletos por todas partes. Los mensajes eran contradictorios y confusos. La pareja se preguntó cómo podrían tener un impacto evangélico a través de este medio que los vascos ya entendían.
[2]Así que los misioneros decidieron entrar en ese espacio artístico con la esperanza del Evangelio.
Diseñaron algunos carteles y folletos que hacían hincapié en diferentes verdades del Evangelio. El arte callejero está diseñado no sólo para dar un mensaje rápido sobre Jesús, sino para iniciar conversaciones más profundas, como la que tuvieron con Henar. En cada cartel y folleto hay un código QR que lleva a un sitio web llamado Atejejo y una oportunidad para compartir el evangelio de una manera clara y basada en la narración.
“Intentamos intencionadamente volver a poner en primer plano la narrativa evangélica”, dijo Emilio. “Todo el mundo es ya religioso en el arte, y nosotros sólo queremos mostrar el evangelio”.
El primer encuentro de Henar con la familia misionera se produjo a raíz de una publicación en una comunidad en línea sobre el estudio bíblico de los Marrero. Cuando se unió a la comunidad de estudio de la Biblia, su trabajo despertó aún más su interés. Henar leyó su folleto “Todas Las Cosas”, en el que explicaban su fe a través de ilustraciones, y conectó de corazón con el arte y los mensajes como nunca lo había hecho con otros folletos informativos. Quería saber más sobre el Dios de los Marrero. Al acercarse a ellos, vio su amor por la gente y su comunidad. Fue entonces cuando todo cambió.
Cuando repasaron la narrativa y hablaron de las verdades evangélicas proclamadas en su arte, Henar supo que no podía mantener un pie en el cristianismo y otro en la Nueva Era. Había llegado el momento de dar un paso al frente y poner su fe en Dios.
“Lo que hace que el cristianismo sea tan diferente de todo lo demás que he probado es la sencillez”, dijo Henar, refiriéndose a las horas y horas que pasaba cada día meditando y participando en curaciones con cristales practicando las creencias de la Nueva Era. “Con el cristianismo, sólo tienes que poner tu fe en Dios. No significa que mi vida sea perfecta, pero mi salud mental es mucho mejor, y siento mucha paz sabiendo que Dios, Yahvé, me sostiene de la mano”.
Con tantas creencias diferentes representadas en un mundo posmoderno, a Emilio no le sorprende cuánta energía se dedica a intentar encontrar esta paz. Sabe que el mayor problema del mundo es la pérdida espiritual. Por eso, los misioneros de la IMB encontraron una forma de presentar la solución evangélica en un foro que la mayoría en euskera entiende. La combinación de carteles artísticos, folletos y su página web les permite mantener conversaciones profundas en un espacio donde la gente ya está dando ideas.
“El arte es fundamental para el Evangelio, define o redefine todo lo que está sangrando en esta cultura: la esperanza de tener paz, Shalom y armonía y entender quiénes somos como humanos”, añadió Hannah. “Empieza a apuntar en una dirección diferente”.
Para Henar, esa diferencia es estar “totalmente con Jesús”. Ella está siendo discipulada. Se deleita en Su Palabra. La Biblia es su mejor amiga. Y está muy agradecida por el apoyo de la comunidad cristiana que la rodea, un resultado directo del ministerio de los Marerro.