FARMVILLE, Va. (BP) — Una discusión de nueve minutos sobre fe personal y asuntos sociales completó el debate vicepresidencial entre el demócrata Tim Kaine y el republicano Mike Pence que además incluyó una discusión sobre el prejuicio racial en el sistema de justicia criminal, inmigración y ayuda humanitaria en Siria.
El debate de 90 minutos en la Universidad Longwood en Virginia el 4 de octubre adicionalmente presentó altercados sobre el carácter de los nominados presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump.
Kaine, senador de EE.UU. de Virginia, criticó a Trump por no divulgar su declaración federal del impuesto sobre la renta y presuntamente hacer mal uso de los fondos donados a la fundación benéfica de su familia. Pence, gobernador de Indiana, criticó a Clinton por usar un servidor privado de correo electrónico cuando era secretaria de estado y presuntamente hacer mal uso de la fundación benéfica de su familia.
Cuando la discusión trató sobre asuntos religiosos y sociales, ambos candidatos profesaron una profunda fe personal pero aplicada a la política pública de maneras contrastantes.
Kaine, católico romano quien sirvió como misionero en Honduras hace 35 años, dijo que él trata de “practicar [su] religión de una manera devota.” Añadió, sin embargo: “Se debe vivir plenamente y con entusiasmo los mandatos de la fe. Pero no es el papel del servidor público ordenarles eso a todos los demás.”
Ese principio debe aplicarse, dijo Kaine, en la política pública relacionado a la pena capital y al aborto entre otros asuntos.
Señalando que él personalmente se opone a la pena de muerte, Kaine dijo que permitió que procedieran las ejecuciones cuando fue gobernador de Virginia porque “les dije a los votantes de Virginia que yo respaldaría la ley.”
Sobre el aborto, Kaine — quien ha proclamado su oposición personal a la práctica — dijo que él y Clinton “apoyan Roe v. Wade. Apoyamos el derecho constitucional de las mujeres estadounidenses de consultar sus propias conciencias, sus propios compañeros que las apoyan, su propio ministro, para entonces tomar su propia decisión sobre el aborto. Eso es algo que les confiamos a las mujeres estadounidenses que hagan.”
Pence, quien fue criado como católico romano, dijo que “la fe cristiana se volvió real para mí cuando hice mi propia decisión por Cristo mientras estaba en mi primer año de universidad. Y desde ese momento he tratado de hacer realidad eso cada día de mi vida, aunque imperfectamente.” Reportes de los medios indican que Pence ha alegado tanto la identidad evangélica como la católica durante su carrera política.
Pence se refirió a Jeremías 1:5 — en donde Dios declara: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido” — como base de su creencia en “la santidad de la vida humana.” Él tocó las políticas a favor de la adopción en Indiana además de sus esfuerzos “para asegurar que expandimos alternativas en la consejería del cuidado de la salud a las mujeres, alternativas al aborto.”
El apoyo de Clinton al aborto por nacimiento parcial atrajo la crítica de Pence cuando ella expresó el deseo de revocar la enmienda Hyde, a la cual Pence se refirió como “la provisión de larga tradición en la ley donde decimos que no usaríamos los dólares de los contribuyentes para financiar abortos.”
“Una sociedad puede ser juzgada,” dijo Pence, “por cómo trata a los más vulnerables: los ancianos, los enfermos, los incapacitados y los nonatos. Lo creo con todo el corazón. Y no podría estar más orgulloso de respaldar a un candidato pro-vida como Donald Trump.”
Los candidatos vicepresidenciales altercaron por las declaraciones de Trump en marzo de que las mujeres que tienen abortos deberían enfrentar “alguna forma de castigo.” A las pocas horas de haber hecho la declaración, Trump expresó en un comunicado de prensa que él solamente castigaría a los proveedores del cuidado de la salud que realizan abortos, no a las mujeres que los tienen.
Kaine dijo: “la última cosa que el gobierno debiera hacer es tener leyes que castiguen a las mujeres que hacen elecciones reproductivas. Y esa es la diferencia fundamental entre la papeleta Clinton-Kaine y la papeleta Trump-Pence que quiere castigar a las mujeres que hacen esa elección.”
Pence rebatió que “las cosas no emergen exactamente de la manera que [Trump] las denota” y les aseguró a los votantes que “la política de nuestra administración” sería la de “nunca apoyar una legislación que castiga a las mujeres que hicieron la dolorosa elección de terminar un embarazo.”
Entre otros temas discutidos:
— Ambos candidatos hablaron de los prejuicios raciales en el sistema de justicia criminal y abogaron por la reforma a la justicia criminal además de la colaboración ciudadana. Pence acusó a la campaña de Clinton de equivocadamente usar “una generalización para acusar a las fuerzas policiales de prejuicio implícito o racismo institucional.” Kaine pareció sugerir que Pence tenía “miedo de mencionar asuntos de prejuicio en las fuerzas policiales.”
— En inmigración, Pence pidió enfocarse en la deportación de “extranjeros criminales,” “la inspección extrema para las personas que llegan a este país” y la suspensión “del programa de refugiados sirios y…la inmigración de áreas del mundo que han hecho concesiones con el terrorismo.”
Kaine criticó la propuesta de Trump de diciembre de 2015 de temporalmente detener la inmigración de musulmanes, la cual desde entonces ha revisado. “Debemos enfocarnos en el peligro,” dijo Kaine, “no en la discriminación.” Las propuestas de Kaine incluyeron “mantener a las familias unidas como la meta principal” de la política de inmigración y proveer “un camino a la ciudadanía” para los inmigrantes “que trabajan fuerte, pagan impuestos, respetan las reglas y tienen chequeado el récord de antecedentes criminales.”
— Ambos candidatos propusieron establecer zonas seguras en el norte de Siria donde las familias y otros residentes vulnerables provenientes de las naciones destrozadas por la guerra puedan ir en busca de ayuda humanitaria.
El siguiente debate de la campaña es un debate presidencial que presenta a Clinton y a Trump el 9 de octubre.