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Dios todavía está en su trono a pesar del COVID-19

Clara Molina


FORT WORTH, Texas (BP) — Como muchos de ustedes, escucho las noticias, leo artículos en el internet, escucho la radio y presto atención a las actualizaciones y pautas de los funcionarios del gobierno, quienes están tomando medidas para mantener la comunidad informada y fuera de peligro. Al observar estos medios de comunicación, siento pena por las familias que perdieron a seres queridos, y quiero ayudar a otros a no sufrir; alabo a Dios por su gracia y misericordia y, como la mayoría de la gente, tiendo a sentir ansiedad y miedo por el futuro de mi familia y su salud.

En este momento de desesperación e incertidumbre, me recuerdo que Dios todavía está en su trono a pesar de este virus y que Él no creo este virus. Él todavía tiene control de todo y no nos ha abandonado ni olvidado. Encuentro aliento al centrarme en lo siguiente y espero que también pueda ofrecer aliento a ustedes:

–Encuentro ánimo por medio de la palabra de Dios. Dios le dijo a Josué: “Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas” (Josué 1:9-RVC). Leer la palabra de Dios a diario es como un ancla que se mantiene en el fondo del mar para que impida el derribamiento.

–¡Orar todavía funciona para el cristiano! La oración es un recurso celestial interminable. Jesús oró por nosotros y por Él mismo (Juan 17). Al orar, solo recuerde que Dios sabe lo que es mejor para nosotros, y sus respuestas, a largo plazo, siempre nos van a beneficiar: para que “seamos conformados a la imagen de su Hijo” (Romanos. 8: 28-29).

–Como cristianos, Dios no nos ha abandonado: el ya abandonó a su Hijo para salvar al mundo de pecado (Mateo 27:46). Ningún virus puede remplazar el sacrificio que hizo Cristo en la cruz y su regalo de vida eterna.

–¡Aprovecha el día! Anime a otros y aproveche la oportunidad de compartir el evangelio. Asegúrese de demostrarle a otros que Dios los a ama. ¡Comparta el evangelio porque es cuestión de vida eterna o muerte! Vivimos en un mundo pecaminoso donde la muerte es inevitable, pero no para el cristiano porque, para el cristiano, el cielo es su destino final (1 Tesalonicenses 4:17) lo cual también puede ser también para otros que todavía no creen (2 Corintios 8:1-3).

–Manténgase enfocado(a) en lo celestial. Orando por la misericordia y la gracia de Dios por nuestra nación también puede convertir su desesperación a un fructífero tiempo de esperanza. “… si mi pueblo, sobre el cual se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14-RVC)

–Encargarle mis ansiedades a Dios por qué Él se preocupa por mi (Efesios 4:6-7) y porque Dios nunca me abandonará (Mateo 13:5c, Deuteronomio 31:8).

Alabar y adorar a Dios siempre me provee mucho ánimo. Dios nos dice, “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios” (Salmo 46:10-NVI) y entender esto conmueve mi corazón a dejárselo todo en sus manos.

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  • Por Clara Molina

    Clara Molina, miembro de la Red Nacional Bautista Hispana, es conferencista y autora de ¡Oh no! ¡Mi esposo es el pastor!, y en inglés, Oh no! I Married the Pastor! y A Legacy of WisdomTiene una maestría de Educación Escolar Cristiana del Seminario Teológico Bautista Southwestern (SWBTS) y un doctorado del Seminario Teológico Bautista Midwestern (MBTS)

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