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Disminuye la membresía, la ansiedad evidencia la necesidad del Evangelio

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NASHVILLE (BP) — Mientras los sondeos más recientes ponen la membresía de la iglesia en Estados Unidos en una baja sin precedentes y la ansiedad en un alta sin precedentes, algunos líderes bautistas del sur dicen que las cifras son una alarma para despertar a los cristianos ante la profunda necesidad de adoptar personalmente la Gran Comisión.

Un sondeo Gallup publicado a mediados de abril reveló que cerca del 50 por ciento de los estadounidenses se declararon miembros de una iglesia, sinagoga o mezquita en el 2018. Esto es un descenso brusco comparado con el 70 por ciento en 1999, un porcentaje que se había mantenido muy estable en décadas pasadas.

El descenso encaja con el “brusco aumento” de los “desafiliados,” es decir, personas que no se identifican con alguna religión, según Gallup.

Scott McConnell, director ejecutivo de LifeWay Research, dice creer que es posible que algunos de los nuevos “desafiliados” lo han sido desde un principio. En generaciones pasadas, cuando se le preguntaba a la gente sobre su religión, respondían diciendo que tenían la religión de su familia, incluso si en la realidad no la practicaban, dijo.

“Hay un nivel de honestidad al admitir ser no religioso dado que las expectativas culturales no lo permitían hace apenas un par de generaciones,” dijo McConnell.

Hoy en día, la gente espera transparencia, así que quizás esto sea en parte la razón de la frecuencia de la respuesta de los “desafiliados,” dijo.

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Pero se apresura para agregar que no solamente los “desafiliados” están abandonando la membresía en la iglesia — es también la gente que todavía se declara como religiosa.

“El estudio de Gallup muestra que la baja en la membresía de la iglesia también ha ocurrido entre aquellos con alguna preferencia religiosa,” dijo McConnell. “Esta es la evidencia que prueba que el valor de la membresía de la iglesia ha declinado. En algunos casos, se debe a que las iglesias ponen menos énfasis en convertirse en miembro, y en otros casos, los que asisten a la iglesia no ven el valor de tal práctica.”

Ronnie Floyd, presidente electo del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur dijo que es una tragedia — y se evidencia en las vidas de los estadounidenses.

Hoy en día, mientras disminuye la membresía de la iglesia, algo diferente se está elevando en su lugar: la preocupación, el estrés y la ira. Según otro estudio reciente de Gallup, estas cifras están en un alta sin precedentes desde el 2018, con el Índice de Experiencia Negativa entre los estadounidenses en un 35 — tres puntos porcentuales más de lo que anteriormente habían sido. Los estadounidenses jóvenes tienen más probabilidad de mostrar ansiedad.

Floyd dijo que, en su opinión, los resultados de los sondeos sobre la religión y sobre las emociones muestran una correlación.

“A mí no me sorprende que mientras baja la membresía y la asistencia a la iglesia, se eleven los niveles de estrés, preocupación e ira en nuestro país,” dijo. “De hecho, un vistazo más de cerca a las cifras nos dice que la gente con niveles más altos de estrés, preocupación e ira son los mismos en la generación más joven que está yéndose de la iglesia.”

Los datos estadísticos que muestran que las generaciones más jóvenes están saliendo poco a poco de una preferencia religiosa no es una realidad exclusiva de los Estados Unidos — es una realidad mundial, según un reporte de Pew Research publicado a finales de abril. Veintisiete países contribuyeron en este análisis, pero en general, los norteamericanos y europeos encuestados eran “especialmente probable que vieran a la religión jugar un papel menor en tiempos recientes,” reportó Pew.

Floyd dijo que esta realidad se está mostrando en la cultura estadounidense en el aumento de las emociones negativas porque se nota de más la ausencia de la esperanza y el amor.

“Como seguidores de Jesús, estamos llamados a ser sal y luz — a ser el tipo de pueblo que demuestra el poder del Evangelio por el amor de unos a otros,” dijo. “Jesús y Su glorioso Evangelio son la esperanza para los Estados Unidos y para el mundo.”

Kevin Ezell, presidente de la Junta de Misiones Norteamericanas (NAMB), dijo que a pesar de que los datos estadísticos sobre la membresía en la iglesia pudieran ser simplemente una imagen más clara de lo que ha estado pasando por años, sigue pensando que las cifras “tienen un mensaje para las iglesias.”

“Estos sondeos nos deben preocupar porque la métrica de la medida espiritual en los Estados Unidos no camina en una dirección positiva,” dijo.

“Estas noticias deben causar que nosotros como pastores, iglesias y creyentes veamos de cerca lo que estamos haciendo para asegurarnos que estamos dedicándonos a declarar el Evangelio de Jesús y haciéndolo con amor y compasión,” señaló.

Cada semana, señaló Ezell, habla con los misioneros de NAMB que encabezan el intento de alcanzar a la cultura que describen las estadísticas.

“Ellos ven los retos,” dijo. “Conocen la confusión espiritual y la apatía que existe. Pero a la vez, ven que Dios obra en las vidas de las personas, y están viendo una apertura al Evangelio.”

Estas noticias desde el campo misionero combinadas con las noticias de los sondeos, dijo, le recuerdan dos cosas. Primero, está agradecido por el compromiso de los bautistas del sur de enviar plantadores de iglesias. Segundo, cada creyente tiene una responsabilidad de llevar el Evangelio a la casa contigua.

“Como individuos, espero que estas noticias nos recuerden que la Gran Comisión es un mandato muy personal para cada uno de nosotros,” dijo Ezell. “No es algo que puedes delegar o pagarle a otro para que lo haga a tu nombre. Veremos un cambio cultural hacia Jesús cuando veamos creyentes individualmente compartiendo la verdad del Evangelio con sus amigos y familiares.”