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ECUADOR: Los miembros de International World Changers comparten el evangelio en las montañas andinas

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AMBATO, Ecuador (BP)–Este verano, el bautismo de once creyentes ecuatorianos y la conversión de por lo menos 30 quechuas fueron evidencias del impacto eterno que dejaron los más de 100 voluntarios de International World Changers (IWC) en Ambato, Ecuador, una ciudad localizada entre cinco volcanes de las montañas andinas.

Los nuevos creyentes fueron bautizados en frente de 100 voluntarios de IWC y los ecuatorianos reunidos para celebrar tal ocasión. Los voluntarios de IWC -– un programa de la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés) que conecta a estudiantes de preparatoria y universidad con oportunidades misioneras internacionales — pasaron una semana ministrando al grupo indígena quechua, el mayor de Ecuador.

“Casi 20,000 quechuas en más de 82 campos ministeriales recibieron una sencilla presentación del evangelio,” dijo David Butts, misionero para este grupo indígena.

Los equipos de ministerio –- formados por estudiantes de cinco iglesias en Georgia, Carolina del Norte, Tennessee y Texas — anduvieron por los mercados locales y cinco villas en las montañas para así abrir nuevas comunidades quechua ante el evangelio.

Los grupos visitaron mercados que ofrecían de todo, desde mandarinas hasta hierbas medicinales en una ciudad conocida por sus frutas y flores. Utilizando brazaletes de colores –- cada color representa un aspecto del evangelio — los voluntarios testificaron a los quechuas sobre el amor de Cristo, frecuentemente con la ayuda de un traductor ecuatoriano.

Durante la semana repartieron más de 5,000 brazaletes para testificar y 17,000 folletos evangelísticos.

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Sus testimonios tocaron a jóvenes y ancianos –por lo menos 30 quechuas aceptaron a Cristo, incluyendo a varios ecuatorianos que trabajaban con el grupo.

COMPARTIENDO A CRISTO

A la sombra del Chimborazo –- el volcán inactivo más grande de Ecuador — mujeres y niños escalaron por los caminos montañosos cubiertos de cenizas para presenciar un drama musical llamado Redentor donde se muestra la relación de un hombre con Dios desde la creación hasta la resurrección de Cristo. Se repitió una presentación similar en cinco pueblos quechuas donde los voluntarios de IWC hicieron brazaletes de colores para testificar y actuaron un drama mudo para compartir de Cristo. Los ávidos niños imitaban los movimientos de los actores mientras narraban la historia.

En algunas comunidades, al sólo ver un autobús lleno de voluntarios los niños venían corriendo desde sus pobres casas. En una comunidad, una bocina amarrada a una torre de la iglesia anunció la llegada del grupo.

Durante el viaje, el miércoles y el domingo hubieron trasmisiones en vivo por internet desde Ecuador hacia las iglesias de los participantes — Primera Iglesia Bautista en Augusta, Georgia; Primera Iglesia Bautista en Clayton, Carolina del Norte; Iglesia Bautista Salem en Apex, Carolina del Norte; Primera Iglesia Bautista en Madisonville, Tennessee y la Primera Iglesia Bautista en Salado, Texas. Además, los empleados, voluntarios, miembros de la iglesia y amigos publicaron mensajes de actualización, comentarios y preguntas a través de una sección de una bitácora por internet en iwcstories.com, un portal establecido para esta ocasión.

En los próximos meses, el misionero y los creyentes locales entrenarán a nuevos líderes para comenzar casas-culto en esas comunidades.

Usando guías de enseñanzas simples e interactivas, “todos pueden participar,” dijo el misionero. “La gente no tiene que conocerme. Pueden enseñar y entrenar a otros en lugares que yo nunca he estado.”

El grupo de IWC viajó a algunos de esos lugares y ayudó a conectar a su gente con creyentes nacionales. Alfredo Chicaiza, un quechua que planta iglesias, a menudo usa a los grupos de IWC para expandir su ministerio en Ambato.

Camma Booth, una de las voluntarias de la Iglesia Salem, dijo que Dios usó la semana para ofrecer claridad para su futuro.

“Este viaje realmente ha afirmado mi llamado para pasar por lo menos una porción de mi vida en misiones internacionales,” dijo. “A pesar del rechazo [de algunos], yo sé que se plantaron semillas en los corazones de muchos quechuas.”

Jim Snyder, coordinador del proyecto en este viaje, dijo que resultados como éstos hacen que valgan la pena los seis meses de planeación.

“Aunque es sólo una semana de trabajo, los efectos duran mucho más,” comentó. “Descubrir las necesidades de la gente es algo que los estudiantes llevaran consigo por el resto de sus vidas.”

Para ver los lugares, escuchar testimonios y aprender más sobre esta experiencia, visite www.iwcstories.com.
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Lydia DeGozo es una escritora con la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés) de los bautistas del sur.

Dea Davidson contribuyó en esta historia.