[1]NASHVILLE, Tenn. (BP)–Semana Santa es un tiempo provechoso y significativo para celebrar la resurrección de Cristo. Esta época en que conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret puede ser un tiempo muy especial en la vida de la iglesia. Tiene el potencial de ser un tiempo de celebración, renovación y consagración a Aquél que es el centro de la historia y la cabeza de la iglesia.
En estos días muchos buscan respuestas y están abiertos a hablar de cosas espirituales. Otros se sumergen en actividades litúrgicas que han prácticado por años. Algunos practican o cuestionan mitos o creencias populares tales como no bañarse porque se pueden convertir en pez o no subirse a un árbol, porque se corre el riesgo de convertirse en mono. La realidad es que este tiempo es muy propicio y oportuno para hablar de nuestra fe y el valor de la resurrección de Cristo. Hablar de su significado y propósito es tremendamente relevante y provechoso. Estos días están llenos de oportunidades para establecer y construir puentes de comunicación con nuestros familiares , amigos y vecinos no creyentes sobre asuntos espirituales. En esta búsqueda, muchos están inquietos y sensibles a la voz de Dios. Como iglesias, debemos estar listas para aprovechar este tiempo y buscar maneras de “ir” y “conectar” con la gente en esta celebración.
Para los creyentes, Semana Santa también puede ser un tiempo especial de renovación. Particularmente, los bautistas poseemeos un rico contexto de renovación espiritual. La apatía, la complacencia y la carnalidad son elementos de lucha para el cristiano hoy. Porque consideramos la Biblia como la autoridad final en cuanto a la fe y la práctica, y creemos en que El Espíritu Santo nos ayuda a discernir la verdad y la voluntad de Dios, la renovación espritual es necesaria y pertinente. Desde los días de los profetas del Antiguo Testamento, hasta el sermón de Pedro en Pentecostés, los tiempos de renovación espiritual están marcados por una verdad constante: el arrepentimiento. No hay duda que cuando el pueblo de Dios se humilla, confiesa sus pecados, sus necesidades y se vuelve hacia Dios para que los salve y los guíe, Dios responde con avivamiento. Y con este avivamiento vienen sus bendiciones (2 Crónicas 7:14). ¿Qué podremos hacer esta Semana Santa para que nuestras congregaciones experimenten una renovación de este tipo? Medite. Hable con otros. Deje que Dios le guie. Cuando el pueblo de Dios ansía y ora por la plenitud del Espíritu Santo, Dios nos da el generoso regalo de una vida renovada. ¡Padre, renueva mi vida y las vidas de nuestras congregaciones!
Finalmente, Semana Santa puede convertirse en un tiempo especial de consagración. Tengo que confesar que este tiempo es mi época favorita del año. Tengo en mi mente preciosos recuerdos de tiempos como estos en donde Dios ha hecho cosas hermosas en la vida de otros y en mi propia vida. Los guardo porque sirven como marcadores espirituales en mi propio peregrinaje. Me fascina refrescar mi alma recordando los últimos días de la vida y el ministerio terrenal de Cristo. Profundizar en este mensaje de amor, esperanza y perdón es parte de lo que necesitamos como cuerpo de Cristo para vivir vidas consagradas. Las palabras del himno “Bellas Palabras de Vida” (Words of Life) resuenan en mi mente y hacen palpitar mi corazón más rápidamente durante estos días. “¡Oh, cantádmelas otra vez! Bellas palabras de vida; Hallo en ellas mi gozo y luz, Belllas palabras de vida. Sí, de luz y vida. Son sostén y guía. ¡Qué bellas son, qué bellas son! Bellas palabras de vida.” La historia de amor de Dios por este mundo necesita ser repetida hoy más que nunca. Hay esperanza para nuestras almas gracias a Su resurrección. Esta esperanza se renueva cada año cuando hacemos de este tiempo un tiempo de consagración. El perdón que Cristo ofrece no tiene igual. ¡Celébralo!
Porque Él vive,
Luis R. López
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. http://www.LifeWay.com/espanol.
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