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EDITORIAL: Cuando la guardia falla

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NASHVILLE, Tenn. (BP)–El pasado mes de Noviembre, una pareja burló la seguridad del Servicio Secreto en la Casa Blanca, ingresando sin invitación a una cena en honor al Primer Ministro de la India. La pareja saltó a la fama y dejó en entredicho el trabajo del Servicio Secreto de nuestro país, luego de que durante una cena para recibir a Manmohan Singh, Primer Ministro de la India, entraran sin invitación, prácticamente como “colados”.

Muy bien vestidos, el matrimonio de apellido Salahi, entró al salón donde el Presidente Barack Obama, su esposa Michelle Obama y demás funcionarios del gobierno, agasajarían al mandatario de la India; e incluso este par de desconocidos se tomaron fotografías con el vicepresidente Joe Biden y con Rahm Emmanuel, jefe de gabinete.

A pesar de que los encargados de la vigilancia, no se explican la manera en que estos dos sujetos lograron ingresar a una cena de 300 invitados, un portavoz dijo que “los colados” así como los demás asistentes fueron sometidos a revisiones de seguridad con magnetómetros y otras herramientas para detectar instrumentos peligrosos. Lo cierto es que la guardia o la seguridad del presidente más poderoso del mundo falló.

Esto me hace preguntarme si verdaderamente como cristianos permanecemos alerta como centinelas espirituales. Isaías 62:6-7 dice “Jerusalén, sobre tus muros he puesto centinelas que nunca callarán, ni de día ni de noche. Ustedes, los que invocan al Señor, no se den descanso; ni tampoco lo dejen descansar, hasta que establezca a Jerusalén y la convierta en la alabanza de la tierra.” Estos centinelas a los que se refiere Isaías eran vigilantes. ¿Estaremos dispuestos a ajustar nuestro estilo de vida lo suficientemente para ser este tipo de centinelas o vigilantes espirituales que Dios use para cambiar nuestra familia, nuestra iglesia, nuestra ciudad, nuestra denominación y nuestra nación?

Dios está buscando hombres y mujeres centinelas, personas de oración quienes intercedan por aquellos a su alrededor. Los vigilantes de una ciudad tenían un trabajo crítico. Cada uno dentro de los muros de la ciudad colocaba sus vidas en las manos de aquellos quienes se mantenían en alerta, mirando si había peligro, cuidando a los suyos. Aquellos quienes se dormían y simplemente descuidaban sus puestos de trabajo ponían en peligro la vida de hombres, mujeres y niños.

El trabajo de ser un vigilante espiritual no es uno que es voluntario. Este es una posición establecida y designada. Dios mira nuestros corazones para ver si puede encargarnos tan gran responsabilidad. El busca a aquellos quienes permanezcan espiritualmente alertas. El quiere que estos centinelas colocados estratégicamente sobre los muros alrededor de la familia, iglesia y nación no desmayen o se desalienten al vigilar. Más bien desea encontrarlos fieles guardando, cuidando en sus puestos de vigilancia. Ser un vigilante espiritual significa mantenernos nuestra concentración espiritual de tal forma que podemos detectar los movimientos del enemigo. Es estar alerta a las amenazas que la iglesia, la familia y la nación enfrenta. Es estar listo para alertar a otros cuando ve el peligro acercarse.

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Bendita la familia que tiene a un padre vigilando los muros de su hogar. Bendita la iglesia que tiene fieles guardianes de oración intercediendo por ella. Bendita la nación que tiene centinelas de oración listos y dispuestos a alertar al pueblo y llevarlo continuamente ante el trono de la gracia del Todopoderoso.

Porque El vive.
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. http://www.LifeWay.com/espanol.