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EDITORIAL: El corazón de una madre

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FORT WORTH, Texas (BP) — Cuando yo era pequeña, muchas veces escuchaba a los adultos decir, “La madre es una, ¡pero padre puede ser cualquiera!” Ese refrán no es necesariamente cierto, pero, en verdad, no todas las mujeres nacieron para ser madres. Madres son muchas: hay madres casadas, solteras, adoptivas, voluntarias, temporáneas, madrastras y mujeres con espera de algún día ser madres.

Hay madres que aman, idolatran y dan sus vidas por sus hijos, y hay otras que solamente son mujeres las cuales abortan, maltratan, regalan y hasta matan a sus propios hijos. “Los hijos son un regalo! El Salmo 127:3 dice: Los hijos son una herencia del SEÑOR, los frutos del vientre son una recompensa.”1 Si creemos que nuestros hijos son un regalo de Dios, tenemos que cuidar de esos regalos con todo el corazón.
El corazón da vida y se conoce como el símbolo del amor, pero en el corazón puede haber pecado, malicia y amargura que sin el amor de Cristo no se puede curar. Para que una verdadera madre ame a sus hijos con todo su corazón, ella necesita que su corazón:
— Ame a Dios sobre todas las cosas y enseñe a sus hijos a hacer lo mismo (Deuteronomio 6:4-5, Juan 14:21). Los deseos de Dios necesitan ser prioridades en el corazón de una madre.
— Tenga el deseo de compartir su fe con sus hijos. Lo más importante que una madre puede hacer es compartir a Cristo con sus hijos.
— La dirija a disciplinar a sus hijos porque el Señor disciplina a aquellos a quienes el ama, (Proverbios 22:6, Hebreos 12:6, Éxodo 20:12)
— La lleve a enseñarle a sus hijos a obedecerla como madre y a obedecer a Dios como Padre y creador. De acuerdo con Efesios 6:1-3, “Si no enseñas a tus hijos a obedecerte como su madre, los estas traicionando e impidiendo que experimenten las bendiciones de Dios.”2
— Reciba la gracia de Dios para perdonar y pedir perdón a sus hijos, no importa la edad de tus hijos y la razón de la ofensa (Mateo 6:14). El perdón demostrado es la mejor manera de comunicarlo. Hay madres llenas de rencor hacia sus hijos y ese rencor se convierte en una barrera que los separan (Mateo 6:12, 13-14). La madre debe de amar incondicionalmente.
— La impulse a orar por sus hijos (Colosenses 4:2, también lea la historia de Ana en 1 Samuel 1:1-28, 2:1-11). “Si tú no oras por ellos, ¿quién lo hará? Nadie puede orar por un niño mejor que su madre”3
— La ayude a no tener favoritismo entre sus hijos ni a hacerlos ídolos, (lea la historia de Rebeca, Genesis 22:23, 24:1-67, 25:19-34, 26:7-11; 27; 49:31)
— La ayude a criar sus hijos a ser independiente. Llegó un tiempo donde Jesús se fue a su ministerio y dejó su madre y su familia. A veces las madres no dejan a sus hijos progresar por tenerlos siempre a su lado. La madre les da seguridad a sus hijos, pero, esta seguridad tiene que estar basada en su fe en Dios.
— No la lleve a aprovechar de sus hijos: sus hijos no le deben nada por haberlos tenido y criado. A ellos se les ama sin esperar nada a cambio.
— Mantenga su mente pura y libre de pecado (Salmo 51:10, 66:18, Mateo 5:8).
La palabra de Dios es pura y produce pureza de corazón. Si quieres tener un corazón de madre, sumérgete en la palabra de Dios diariamente y ora por tus hijos sin cesar. A continuación, encontrará un calendario para ayudarla a orar por sus hijos.
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1 Clara Molina, ¡Oh No! Mi esposo es el Pastor, (El Paso: Mundo Hispano, 2010), 85.
2 Ibid., 88
3 Clara Molina, ¡Oh No! Mi esposo es el Pastor, (El Paso: Mundo Hispano, 2010), 85.