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EDITORIAL: ¿Estarán los bautistas del sur a la altura del reto?


RICHMOND, Va. (BP) — Mil millones es un número grande. Tomaría 37 años contar mil millones a un número por segundo. Siete mil millones es aun un número más grande y más significativo. Ese es el número de personas que actualmente habitan el globo. En 1804 el mundo alcanzó su primer mil millón en población. Ahora estamos añadiendo cerca de mil millones a nuestra población cada 12 años.

Esta es la cosecha a la que Jesús quiere que levantemos los ojos y miremos…. 7 mil millones de personas, 330 millones en EE.UU. y 6.67 mil millones fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, más de la mitad de la población del mundo tiene solamente una escasa oportunidad de escuchar el evangelio. De hecho, ¡1.7 mil millón de personas tienen probabilidades de morir sin escuchar el nombre de Jesús!

¡Y están muriendo! Dos personas mueren por segundo. El equivalente a una ciudad de 150.600 personas desaparece hacia la eternidad cada 24 horas. Sin Cristo entrarán al infierno, perdidos por siempre. Es por esto que Jesús dijo que los campos están blancos para la cosecha.

Los simples hechos anteriores son la razón por la que estoy tan profundamente preocupado acerca del dar de nuestros bautistas del sur al Programa Cooperativo y a nuestra Ofrenda de Navidad Lottie Moon (LMCO por sus siglas en inglés) para las misiones mundiales. La LMCO del año pasado fue la cuarta más alta en la historia, sin embargo, el declive en el dar al PC eclipsó eso de nuevo, lo que resultó en una pérdida neta.

¿Es así como los bautistas del sur serán recordados? ¿Se dirá de nosotros que a la hora de mayor necesidad para el evangelio no estuvimos a la altura del reto? ¿Se dirá que cuando las etnias se acercaban cada vez más al evangelio y los países se hacían más difíciles de entrar, simplemente nos volvimos a nuestros propios intereses? ¿Hemos simplemente concluido que podemos lograr más por nosotros mismos que lo que podemos lograr juntos?

IMB busca proveer la mejor filtración, entrenamiento, envío y sostenimiento disponibles dondequiera en el mundo evangélico. Sin embargo, IMB no determina el número de misioneros que desplegamos. Los bautistas del sur hacen esa decisión cada vez que dan. Las iglesias y las convenciones estatales hacen esa decisión cada vez que aprueban sus presupuestos.

¿Tiene cualquiera en las más oscuras esquinas de este mundo roto una razón legítima para creer que, si pueden resistir solamente un poquito más, llegaremos allí con un mensaje de esperanza y salvación? Esta es la pregunta a la que cada individuo bautista del sur, iglesia y convención estatal debe aferrarse. Compartí esto recientemente cuando estaba al frente de un grupo de misioneros que habían regresado del campo misionero por un breve tiempo de respiro, entrenamiento y conexión con iglesias y familias.

¡La gente está ansiosa de ir a los confines de la tierra! Cada año tengo el privilegio de hablar a miles de estudiantes universitarios. Ellos responden con pasión, dedicación y sacrificio… ansiosos de ir con las Buenas Nuevas. En numeroso record, parejas jóvenes, muchos con familias, con entrenamiento de seminario y experiencia, nos cuentan de su llamado a las misiones. Adultos maduros, luego de haber disfrutado del éxito y ahora con el deseo de intercambiar el mero éxito por el impacto al Reino, preguntan si tenemos una manera de entrenarlos y enviarlos hasta los fines de la tierra.

La asignación de IMB de “ayudar a las iglesias” a través de una gran empresa misionera significa que estamos invitando a todos a la mesa de la Gran Comisión. A través de “Abracemos,” las iglesias y entidades están siendo movilizadas para llegar a las etnias no comprometidas y no alcanzadas. A través de Global Strategic Mobilization (Movilización Global Estratégica), los profesionales en negocios están descubriendo cómo unir fuerzas con nosotros en sitios en todo el mundo. Ready Reserves (Reservas listas) ahora moverán estratégicamente a ex personal de IMB a áreas clave cuándo y dónde se requiera de habilidades especializadas y experiencia. Estamos ahora entrenando a otros alrededor del mundo en evangelismo, discipulado e iniciación de iglesias. Pronto nuestra “Escuela de oración por todas las naciones” generará un “horno alto” de oración constante.

Pero la pregunta permanece: ¿Cómo les contestaremos al Señor, a los perdidos y aquellos ansioso de compartir a Jesús con ellos? Hagámoslo personal. ¿Alguien en la más oscura esquina de este mundo roto tiene una razón legítima para creer que porque a usted le importa alguien pronto va a estar allí con el evangelio?
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Tom Elliff sirve como presidente de la Junta de Misiones Internacionales.

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  • Por Tom Elliff