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EDITORIAL: ¡Feliz cumpleaños, Jesús!

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FORT WORTH, Texas (BP)–Hace unos días mi hijo Darío cumplió un año de edad. La vida, de Angélica, mi esposa, y la mía ha cambiado totalmente durante el último año. La llegada de Darío reestructuró nuestras prioridades, nuestras agendas y literalmente nuestras vidas. Darío ocupa ahora la mayoría de nuestra atención tanto que entre bromas le llamamos el “rey” Darío. Celebrar su cumpleaños nos dio la oportunidad de agradecerle a Dios por su bondad a través del regalo de Darío.

Debido a que Darío es el primer nieto de nuestras familias, sus abuelos y tíos lo miman demasiado. Estas vacaciones en Guadalajara son diferentes porque ahora todos esperan con ansia poder disfrutar a Darío ya que vivimos bastante lejos de la familia y no podemos vernos con frecuencia. De hecho, en una mezcla de verdad con broma pensamos que nuestras familias ahora están más entusiasmadas por convivir con Darío que con nosotros. Aunque hayan pasado varios días, nuestras familias aprovecharán nuestra visita para festejar el cumpleaños de Darío. Su nacimiento cambió a toda la familia.

La navidad es la celebración del nacimiento de Jesús y, por lo tanto, el suceso más importante de la historia humana. Es través de Jesús que Dios nos dio la más grande muestra de su amor: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados” (I Juan 4:10). Jesús nació para darnos vida a través de su muerte. El nacimiento de Jesús cambió al mundo entero.

El enfoque de la navidad es el nacimiento de Jesús. En cierto sentido, la navidad es la celebración del cumpleaños de Jesús. La navidad no es un tiempo para estresarse por las relaciones familiares, para gastar dinero en regalos o incluso para llenarse de actividades. La navidad es un tiempo de alegría por Jesús y cómo ha cambiado nuestras vidas.

Sería absurdo pensar en celebrar el cumpleaños de mi hijo Darío sin que esté él presente. Desgraciadamente, en bastantes ocasiones Jesús nunca es invitado o siquiera mencionado en la festividad de su nacimiento. Todas nuestras actividades navideñas deben estar centradas en Jesús. ¡Él es la única razón de la celebración!

La única persona importante durante la navidad es Jesús. Los compromisos familiares, la comida y los regalos son totalmente secundarios. ¿Por qué no hacer de esta navidad una verdadera celebración por su nacimiento? Que nuestras actividades exclamen con alegría, ¡feliz cumpleaños, Jesús!
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Octavio Javier Esqueda es profesor de fundamentos de la educación del Southwestern Baptist Theological Seminary en Fort worth, Texas.

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Programa de Estudios Hispanos en el Southwestern Baptist Theological Seminary enlace: http://www.swbts.edu/hispanicstudies.