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EDITORIAL: ‘¡Gracias Señor!’

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SANTIAGO, Chile (BP)–“¡Gracias Señor!” puede ser la mención del año.

Eso fue lo que el estimado de 1 millón de personas alrededor del mundo escuchó el 12 de octubre cuando los mineros chilenos emergieron de las profundidades de la tierra — cuando retornaron de la muerte y la oscuridad. Ellos nos recordaron que la vida es el más precioso regalo que Dios nos ha dado. “¡Gracias Señor!” debiera ser un constante poema de gracias al que “tiene las profundidades de la tierra y la altura de la montañas en sus manos” — una paráfrasis del Salmo 95:4 que fue impresa en la espalda de las camisetas que los mineros llevaban puestas cuando fueron rescatados.

El rescate de los mineros es un evento histórico sin precedente, que trae a la mente el sacrificio de Jesucristo en la cruz. Él dio la vida como rescate por la humanidad, y ha demostrado que es un experto en liberar almas atrapadas en las profundidades de los abismos.

Esto está corroborado por el testimonio de Jonás en el fondo del mar, por Daniel en el foso de los leones, por la transformación de millones de personas a través de la historia y por la declaración del minero Mario Sepúlveda: “Yo estuve con Dios y con el diablo. Ellos pelearon por mí y Dios ganó. Me tomé de la mejor mano y nunca tuve miedo de que Dios no me fuera a sacar de esto.”

“¡Gracias Señor!” es aun más notable cuando pensamos que estos hombres estuvieron perdidos a 700 metros bajo tierra, en medio del desierto de Atacama. Nos han recordado que, como dice nuestro himno nacional: “…y tu campo de flores bordado es la copia feliz del Edén. Majestuosa es la blanca montaña que te dio por baluarte el Señor.” Chile hoy es un país agradecido que le ha recordado al mundo que pongan sus ojos en las cosas de Dios, quien sostiene el universo.

Asimismo, fue un humilde hombre, que no tenía relevancia pública o comunicativa antes del colapso de la mina, quien puso la mención del evento en la página frontal de los periódicos, en televisión en vivo, el Internet, Facebook, Twitter, y en todas las plataformas de los medios en todo el mundo. Sospecho que “¡Gracias Señor!” fue el sentimiento general de toda la población chilena. Fue un grito ahogado desde el día en el que supimos que ellos estaban vivos. Todos estuvimos sintonizados en la misma frecuencia — presidentes, artistas, actores, científicos, líderes religiosos, cantantes y muchos más. Todos ellos han expresado básicamente la misma cosa en diferentes partes del planeta.

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Seamos justos y agradecidos. Es verdad que el rescate ha presentado a Chile — su gobierno, ingenieros, compañías privadas y la sociedad — como un modelo sofisticado ante el mundo. Pero todos nosotros juntos no podríamos haber evitado la pérdida de vidas si la mina hubiera caído encima de ellos. Es un milagro; el milagro de Copiapó.

¡Gracias Señor!
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Christian Maureira es el director nacional en Chile de Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo.