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EDITORIAL: La persona correcta, en el lugar, en el momento y en la tarea correcta


Algunos pastores y líderes tomamos hace unos días un curso sobre Globalización y Estrategias Misioneras ofrecido por el Seminario Teológico Bautista del Suroeste (SWBTS) a cargo de la Dra. Amanda Dimperio y Dr. Roy Cooper, ambos misioneros y especialistas de la Junta de Misiones Internacionales (IMB). El mismo fue excelente y quisiera compartir algunos principios aprendidos. Durante los últimos años, el Equipo de Globalización de la IMB ha identificado barreras comunes en el envío de misioneros y desarrolló ocho pasos para ayudar a las iglesias en el desarrollo y envío de los misioneros. A pesar de todos los esfuerzos para cumplir la Gran Comisión, aún quedan muchísimas etnias y lugares no alcanzados en el mundo.

Me considero como la mayoría de los pastores: ¡decimos que amamos misiones y tenemos una iglesia involucrada en misiones!, pero al enfrentarnos a nuestras propias realidades, nos vemos como en un espejo que nos muestra la verdad y ¡eso es bueno!, porque entonces podemos empezar a tomar acciones para envolver a mi iglesia estratégicamente en las misiones internacionales o globales.

Como pastores, tenemos la responsabilidad de ayudar a establecer la visión misional, y lo podemos hacer a través de cuatro pasos: Mirar hacia arriba, buscando la voluntad de Dios. Mirar hacia adentro, ¿cuales son los potenciales reales que tiene la iglesia? Mirar hacia atrás, reconociendo la historia de la misión, los obreros que nos antecedieron porque sabemos que estamos trabajando sobre la visión y tarea de muchos otros. Y finalmente mirar hacia adelante, ver lo qué quiere Dios de la iglesia para la presente y próxima generación.

Un pastor amigo me dijo, que “la movilización de la iglesia está en relación directa con el discipulado”, ya que las misiones no deberían ser un complemento del programa de la iglesia, sino el corazón de esta, pues esa es la Misión de Dios.

La Biblia nos anima a desarrollar una estrategia, y en Hechos 1:8 nos describe cómo hacerlo. A través de los cuatro campos geográficos, que también podríamos comprenderlos como etnográficos: Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra. Haciendo preguntas nos llevaran a definir la estrategia: ¿dónde lo haremos? (¿Cuál es nuestra descripción geográfica?), ¿a quienes iremos? (¿con qué etnia o región nos enfocaremos durante un tiempo determinado?), ¿cómo lo haremos? (¿cuáles estrategias utilizaremos?) y la última pregunta, ¿con quién o quiénes lo haremos? (las posibles alianzas).

Cada uno de los miembros de la iglesia debe encontrar el lugar donde sus dones son puestos en práctica, y cada miembro debe poder identificar su lugar estratégico en la visión de Dios a través del cuerpo de Cristo. Deberíamos ofrecer oportunidades únicas, en la medida de lo posible para que cada edad y grupo de la iglesia tenga ocasiones de servicio misionero local y global. El llamado misionero transcultural se desarrollará en algunos de los miembros a medida que estos se involucran en los proyectos misioneros. Debemos encontrar a las personas correctas, para el lugar correcto, en el tiempo correcto, para la tarea correcta.

Es cierto que muchos de nosotros podemos pensar que nuestras iglesias o nuestros presupuestos son demasiados pequeños para participar en misiones. Sin embargo, debemos reconocer que la Gran Comisión fue dada a toda la iglesia, y que el evangelio es de todas las naciones a todas las naciones, y confiar que el Señor de la mies es quien provee la dirección y los recursos.

Ninguna iglesia posee todos los recursos necesarios para realizar misiones por si solas. Como iglesia, y sobre todo como iglesia hispana comprendemos que las alianzas son claves para poder completar la tarea de la Gran Comisión. ¡Juntos podemos hacerlo, y lo haremos mejor! El desafío de las personas correctas en el lugar, en el tiempo y la tarea correcta también es válido para ayudarnos a encontrar las alianzas correctas.

La meta de estos ocho pasos es lograr que la tarea misionera se lleve a cabo, que incluye que el campo misionero se convierta en una fuerza misionera, y ver a todas las iglesias, incluso aquellas en áreas pioneras, abrazar su papel en la Gran Comisión.

Los que fuimos una vez, campo misionero, como lo fue nuestra América Latina, hoy podemos afirmar que somos una fuerza misionera y socios de la Gran Comisión con la Iglesia Global.

Como pastores, este recurso nos ayudará a evaluar lo que estamos haciendo, lo que estamos dejando de hacer, que cosas hay que dejar de hacer y planificar a futuro cuales serán nuestros próximos pasos para que… ¡Todos oigan!

    About the Author

  • Guillermo Mangieri

    Hace cinco años que Guillermo Mangieri es el pastor del campus en español de Istrouma Baptist Church, Baton Rouge, LA. Originario de Argentina, ha estado casado por 33 años con Fanny y tienen un hijo adulto. Guillermo posee un Doctorado en Ministerio de Midwestern Baptist Theological Seminary. Ha servido en los Estados Unidos desde el año 2004. Previamente sirvió en Argentina, Paraguay y México.

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