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EDITORIAL: ¡Las claves de la gratitud para terminar y comenzar un año!

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[2]Dejamos atrás un año más y nos encontramos en el comienzo de un nuevo año, 2022. El año 2021 fue también un año lleno de retos, de dificultades, pero un año que nos ha enseñado muchas cosas, pero lo más importante es que estamos descansando en la promesa de lo que dice el apóstol Pablo en Romanos 8:28, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.  Estas palabras nos ayudan a tomar fuerza y seguir adelante en la nueva etapa que Dios nos permite vivir, un año de esperanza; y la palabra esperanza nos habla de la espera pero con confianza; esperanza-confianza, sabiendo de que las cosas pueden ser mejor, pero para que las cosas sean mejores debemos nosotros tener la mejor disposición porque lo que hay alrededor nuestro depende mucho de cómo pensamos, cómo hablamos y cómo actuamos.

El apóstol Pablo nos da un consejo que él le dio a los cristianos de tesalónica para que se prepararan para vivir con la mejor actitud, para seguir viviendo, luchando y construyendo una vida agradecida. 1 Tesalonicenses 5:18 dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. Aquí tenemos un consejo que nos van a ayudar a tener una mejor actitud para el nuevo año.

El consejo es, den gracias a Dios en todo.  Lo primero que tenemos que decir al terminar un año y comenzar otro es, gracias Señor por lo que vivimos en el año 2021 y de lo que vendrá en el año 2022.  Tenemos que estar agradecidos con Dios no importa las circunstancias que nos encontremos.  En medio de una pandemia terrible, y la amenaza ahora de la variante del omicrón, la economía de la familia difícil, enfermedades, pérdida de un ser querido, etc; en medio de todo damos gracias a Dios que estamos vivos, a pesar de todo tenemos todavía fuerza para seguir adelante. Aun en las dificultades y el sufrimiento, aun en la más amarga desilusión, aun cuando maltratados, los cristianos deben saber que Dios obra en medio de esas situaciones; para que se cumplan sus buenos propósitos en sus hijos. Puede que Dios cambie o no la situación directamente, pero aun si se mantiene difícil, Dios garantiza buenos resultados al final, inclusive una mayor madurez a quienes conforme a su propósito son llamados.  Ahora más que nunca hay que agradecer por el don de la vida, el don de la salud que hemos tenido, tenemos todo lo necesario espiritualmente hablando para seguir adelante a pesar de las dificultades que hemos tenido que vencer y así ser agradecidos.

Ser agradecido es una actitud del carácter que se va dando cuando reconocemos que lo que tenemos y lo que somos viene de Dios.  Cuando aprendemos a depender totalmente de Él y a darle todo el reconocimiento, eso nos mantiene con paz en nuestro corazón. Ser agradecido es mirar todo lo que tenemos, todas las bendiciones que Dios nos ha dado, en lugar de estar quejándonos por lo que no tenemos y por lo que no somos.  En el agradecimiento está el secreto de la felicidad.  La gente feliz no es la que agradece porque tiene todo lo que quiere; la gente feliz es la que agradece por lo que ya tiene, sea mucho o poco. La felicidad no es algo que te va a ayudar a lograr cosas, la felicidad es algo que te ayuda a valorar las cosas que ya tienes, y por ende eres agradecido.  Cuando somos agradecidos entendemos que los problemas y obstáculos son parte de la vida.  Siempre han estado y siempre estarán.  Muchas personas no saben qué hacer con ellos, algunos se turban, se paralizan y dejan que los problemas los ahoguen.  Jesús dijo en Juan 16:33, “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. 

La gratitud tiene varios aspectos claves.

La primera clave de la gratitud es entender que las situaciones cambian constantemente por lo tanto no puedo depender de ellas. Si algo es seguro es que las circunstancias cambian. Será grande mi frustración si vivo de acuerdo a ellas.

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La segunda clave de la gratitud es que en cualquier situación, la prioridad absoluta, lo realmente esencial, es mi relación con Dios.  Siempre podemos y hemos de hacerlo, poner a Dios en primer lugar, y cuidar nuestra amistad con El.  Como dice Mateo 6:33, “….mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas serán añadidas”.

La tercera clave de la gratitud es entender que Dios se interesa en mí como Padre, y que jamás me puede suceder algo que está fuera de su soberanía. Verdaderamente nada escapa del cuidado y control de Dios. Eso me permite descansar porque no tengo que estar en control de todas las cosas.

La cuarta clave de la gratitud es entender que la voluntad y los caminos de Dios son muchas veces un misterio, pero a la vez se que todo lo que Él quiere y permite en mi vida es para mi bien.  Sus caminos y maneras son diferentes a los míos, aun puedo permitirme dudar de varias cosas, pero algo es seguro, el fin último será siempre feliz.

La quinta clave de la gratitud es entender que en cada situación de la vida, siempre se despliega algo del amor y bondad de Dios. Esto me compromete a buscar esa manifestación y estar preparado para recibir sorpresas y bendiciones.  Esta actitud será una poderosa ayuda contra la duda y la fatalidad.

La sexta clave de la gratitud es considerar las circunstancias no como un fin en sí mismas, sino como parte del trato de Dios conmigo. Su propósito de moldearme  para ser la persona que Él quiere que sea, y el modelo siempre es Jesús.

La séptima clave de la gratitud es entender que cualquiera que sea mi situación en este momento, es pasajera, temporal y no puede robarme el gozo y la gloria que finalmente tengo en Cristo. Pablo afirma que la tribulación es leve y momentánea cuando la comparamos con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada. (Romanos 8:18).

Que en este nuevo año 2022, nuestra gratitud se enfoque en que Dios puede resolver cualquier obstáculo en nuestras vidas, pero primero es necesario aceptar su voluntad y seguirlo fielmente.  Dijo Pablo en Filipenses 4:13, “…todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Comience desde hoy a practicar una actitud de gratitud primero a Dios y luego a la gente (padres, maestros, pastores, hijos, familiares), y a todas aquellas personas que hacen algo por ti y descubrirás que una nueva luz iluminará tu sendero. Vivir agradecidos es una bendición de Dios y Dios anhela que todos seamos agradecidos. La gratitud le agrada a Dios porque dar gracias a Dios significa ser agradecido. Todo lo que soy y todo lo que somos se lo debemos a Dios, quien nos brinda un nuevo amanecer en Su luz y así ver un nuevo despertar cada día.