Dios siempre es fiel. Jesucristo es la única esperanza del mundo y de nuestras vidas. Con tantas preguntas, dudas, y preocupaciones en la actualidad es bueno recordar y proclamar que Dios siempre obra en Su fidelidad en el cumplimiento de Su voluntad, tiempo, y propósitos. Cuando parece que la vida es interrumpida con cambios inesperados podemos buscar Su corazón de amor y mano de gracia en los planes eternos en los cuales nos ha incluido en Jesus. En la primera Navidad fue el cumplimiento de los tiempos y plan de Dios al enviarnos a Su Hijo como el único Salvador del mundo. (Gal. 4:4) En estos, y todos los tiempos, El sigue obrando fielmente.
Para el mundo entero, el 2020 ha traído cambios alarmantes que sorpresivamente nos han detenido y afectado. Planes hechos con anticipación tuvieron que ser adaptados, pospuestos o descartados. Noticias difíciles y desafiantes siguen llegando en muchos frentes distintos. Perdidas de rutinas y previsibilidad han traído inseguridad a niveles crecientes. Dolor personal en vidas, familias, iglesias, comunidades y países enteros son evidentes y reales. Pero podemos escoger más que nunca anticipar y estar seguro en plena fe que Dios sigue obrando Sus propósitos eternos. No ha sido sorpresivo para Dios en Su fidelidad y Soberanía. El sigue estando en control desarrollando Su avance eterno en todo tiempo y era con Su evangelio y reino. ¡Dios sigue reinando sobre todo!
En los momentos y condiciones del nacimiento de Jesus, vemos la historia de Dios desarrollándose fielmente. Desde la perspectiva humana de Jose, María, y sus familias habría preguntas, dudas, confusión y temor. En medio de todo eso, Dios les envía la Palabra. No debieran temer. Dios estaba obrando e interviniendo en la condición humana enviando al Salvador del mundo. Las promesas de Dios seguían vigentes y se estaban cumpliendo en manera precipitada y cierta. Dios estaría con ellos en medio de todo. Dios lo sigue haciendo con todo aquel que cree y confiesa a Jesus como el único Salvador del mundo y de su vida.
Cuando queremos saber en que maneras debemos resolver asuntos de la vida o como y cuando El lo hará, el mejor lugar de comenzar es descansando en Su Palabra y promesas eternas. El nos recuerda que Su carácter fiel, gracia sostenedora, y mano providencial serán suficiente. Podemos confiar absolutamente en El “porque para Dios no hay nada imposible.” (Lucas 1:37)
Ese mismo mensaje de Navidad sigue resonando hoy al igual que en aquellos tiempos. El corazón humano y el mundo entero sigue teniendo grandes necesidades. Sobre todas las cosas está el conocer a Jesucristo y Su gracia redentora. El sigue interviniendo en la humanidad para que conozca la esperanza que solo se encuentra en Jesus dándonos perdón y vida eterna. Es un Dios que no está ausente sino presente y activamente obrando en esos propósitos fieles. A pesar de todo podemos siempre estar seguro en ese carácter eterno. Aun cuando todo cambia, recordemos que Jesus nunca cambia- sigue siendo el mismo ayer, hoy y por todos los siglos. (Hebreos 13:8) Tenemos la gran oportunidad de proclamar y dar a conocer esas buenas noticias del evangelio eterno. El mundo entero lo necesita desesperadamente. Por eso oramos y debemos hacer nuestra parte uniéndonos a Su misión cumpliendo la Gran Comisión.
Decidamos en plena fe, gozo y esperanza en Dios celebrar ese mensaje de Navidad. Intencionalmente demos a conocer que Jesucristo el Salvador y única esperanza del mundo nació, vivió, murió, resucito y regresará de nuevo. Dios sigue obrando Sus promesas y propósitos fielmente en el 2020, y más allá, todo para Su gloria. ¡En nuestro Señor Jesucristo y Su Palabra eterna podemos siempre estar confiados teniendo plena seguridad y toda esperanza porque Dios siempre es fiel!