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EDITORIAL: Mes de la Hispanidad — ¡Celebra a Cristo y nuestra cultura!

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NASHVILLE, Tenn. (BP)–Desde el 15 de Septiembre hasta el 15 de Octubre se celebra el mes de la Hispanidad en los Estados Unidos. Hoy, la iglesia hispana en nuestro país es una iglesia multicultural. En ella encontramos representada una variedad de diferentes nacionalidades y culturas. Es una iglesia que crece a la sombra del Omnipotente combinando culturas, tradiciones y mezclas idiomáticas que la hacen única y muy especial. Cristo se complace al ver tanta diversidad cultural en medio de nuestro pueblo. Nos une la salvación que en Él hemos encontrado y eso es motivo para celebrar.

Siento que la iglesia hispana de hoy es un ejemplo de lo que será el cielo. Allí gente de todas las naciones alabaremos al Cordero inmolado por nuestros pecados eternamente. Cuando visito una de nuestras congregaciones y veo hermanos de otras nacionalidades, siento que Dios me está preparando para el cielo. ¡Qué hermoso privilegio! Descubro que la presencia de tantas naciones en un cuerpo local, sencillo y en proceso, es un regalo providencial de Dios. Aunque no puedo negar los desafíos que esto implica a nivel de liderazgo, esta realidad constituye una oportunidad inmensa en el área de la evangelización, la mayordomía y las misiones.

Nuestro pueblo hispano evangélico en los Estados Unidos representa hoy por hoy el grupo de creyentes hispano parlante más grande en todo el mundo. Somos herederos y deudores de algo inmenso que Dios está haciendo con Su iglesia. Este es un momento propicio para hablar de lo incluyente del evangelio y de la unidad que podemos encontrar en Cristo. Ninguna otra generación ha visto o experimentado algo así. En medio de un mundo tan necesitado y en busca de respuestas, podemos proclamar a los corazones necesitados que si es posible encontrar salvación y satisfacción en Cristo.

Agarrados de Él, la iglesia puede responder con esperanza a los tantos retos y desafíos que hoy enfrenta. Podemos estar seguros que la presencia hispana en nuestra nación y su diversidad es una bendición para Su cuerpo y la nación entera. Esto debe impregnar nuestra adoración y evangelización. Somos un pueblo que Dios está formado que comprende y celebra la diversidad cultural. Esto debe identificar nuestra forma de trabajar y el alcanzar a la gente con el mensaje redentor del evangelio. Celebrando nuestras raíces diversas, podemos mirar el futuro con optimismo porque Dios ya está allí. Nos ha capacitado para ser portavoces de Su evangelio a todas culturas. Nuestras iglesias locales son un buen ejemplo de ello. Esto debe ayudarnos a comunicar abiertamente las buenas nuevas a personas de otras culturas.

Nuestra diversidad multicultural es una bendición también porque refleja el crecimiento tan explosivo que la iglesia cristiana está teniendo en estos tiempos. Hoy cientos de hispanos en nuestro país conocen a Cristo y experimentan Su salvación. Es una realidad que nos recuerda que el evangelio es para todas las personas, para todas las nacionalidades y para todas las etnias. Cristo está empeñado en salvar a gente de todos los trasfondos sociales y culturales. Somos deudores porque el evangelio que recibimos de otros es algo que debemos compartir. Nos enseña que somos diferentes y que Dios no solo usa a personas que piensan o tienen mi propio trasfondo cultural.

Es una bendición porque Dios, en Su gracia, ha escogido crear un cuerpo tan diverso en donde sus miembros tienen diferentes formas de ver y hacer las cosas. Me enseña que Cristo ama la diversidad cultural.
Dios está formando un pueblo, el verdadero Israel. ¡Qué alegría pertenecer a ese pueblo! El nuevo Israel es un pueblo que transciende las culturas y las barreras lingüísticas, un pueblo que incluye gente de todas partes.

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Es un gozo experimentar la dicha de no ser discriminados porque nacimos o vivimos en un lugar. El reto es pensar que estamos llamados a proclamar Su amor a todos los pueblos y que pertenecemos a una gran familia mundial debido a su gracia y su poder.

Al celebrar el mes de la hispanidad en nuestra nación, Dios ensanche nuestras mentes y las puertas de nuestros templos para abrigar a todos aquellos que entran sedientos y deseosos de adorar al Cristo resucitado. Es testimonio del poder de Dios el que la iglesia hispana en los Estados Unidos incluya tantas naciones y culturas. ¡Celebremos este regalo! Esta diversidad provee una nueva modalidad para el cumplimiento de la Gran Comisión en este siglo. Es menester recordar que somos peregrinos en esta tierra con una misión divina en camino a una nación eternal.
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. http://www.LifeWay.com/espanol.