NASHVILLE, Tenn. (BP)–En medio de la sorpresiva y aún desconocida causa de muerte de Michael Jackson y el despliegue publicitario mundial que este acontecimiento ha recibido, nos podemos preguntar qué pasa cuando los hijos de este famoso artista lloran. Katherine Jackson, a quien Michael dejó el cuidado de sus hijos en caso de morir, recibió por parte de un juez la custodia temporal de los niños. Aunque no está muy claro si habrá una batalla por la custodia, seguramente seremos testigos de muchas polémicas y discusiones no muy gentiles o cordiales entre las partes involucradas.
Lo cierto es que las vidas de los hijos de Michael nunca pasaron desapercibidas. No tuvieron madre, usaban mascaras para esconder sus rostros y recorrían el mundo mientras los criaba una de las figuras más famosas del planeta.
Todo pareciera indicar que estamos ante una potencial batalla por su custodia. La muerte de Michael puede tener muchas lecciones. Algunas de ellas aún están por descubrirse. Una lección evidente es el impacto de la paternidad. Esta plantea las dimensiones profundas que tiene con los hijos, la familia, la comunidad y la sociedad en que vivimos.
Algunos han expresado preocupación de que los hijos de Jackson puedan sufrir con su familia extendida. El mismo padre de Michael, Joe, fue descrito en varias ocasiones por su mismo hijo como un padre quien lo había abusado física y emocionalmente.
Nuestro mundo necesita mejores padres. No padres perfectos, pero mejores padres y madres. Padres dispuestos a descubrir que por gracia recibimos el regalo de la paternidad. La sociedad necesita padres más dispuestos a reconocer nuestras limitaciones y buscar la ayuda del Creador en la aventura de la paternidad.
El servicio memorial del reconocido artista y que fuera trasmitido por diferentes canales de televisión mostró muchas cosas y personalidades. Durante el mismo, las cámaras revelaron como Paris-Michael se abrazó a su abuela Katherine mientras Prince Michael se sostenía de su tía Janet. Blanket se escondía detrás de los hermanos Jackson. Cuando el hermano de Michael, Marlon, no pudo contener las lágrimas al dirigirse al público en el Centro Staples, toda la familia Jackson, incluidos los niños se dieron un poderoso abrazo de grupo. Un punto culminante del servicio lo marcó la conmovedora declaración de amor de una de sus hijas, Paris-Michael, de 11 años de edad. La hija simplemente declaró su amor por su padre. Independientemente del legado de este conocido cantante, las palabras de esta hija conmovieron al mundo. Mientras muchos recordaban a un cantante, un ídolo o a un artista, sus hijos recordaban a su padre.
Hace 20 años que perdí a mi padre terrenal. Aún después de ese tiempo todavía lo extraño. Gracias doy a Dios por la ayuda y el apoyo de mi familia extendida ante este suceso. Mientras los hijos de Michael lloran, el mundo parece pasar por desapercibido las tremendas lecciones que podemos aprender sobre la importancia de la familia y del impacto de la paternidad.
Como creyentes sabemos que la paternidad, ser padre o madre, es un regalo inmerecido de Dios. Es un don que Dios nos otorga. Vivir para ayudar a levantar hijos que conozcan del amor de Dios y guiarlos a confiar plenamente en sus propósitos divinos es una tarea dura y extraordinaria. Los padres sabemos que cometemos muchos errores. Sin embargo, la aventura de ser un padre que depende de Dios puede dar tremenda satisfacción y propósito a la vida. Esto independientemente de las decisiones que ellos tomen más adelante. Es cierto, ser padre es difícil y a veces sentimos que tomamos el examen antes de haber estudiado suficiente para la prueba. Por eso digo que es una aventura.
Es propicio mirar los tiempos y reflexionar pidiendo sabiduría divina en un mundo confundido y en busca de verdaderas respuestas. La auténtica paternidad es la que celebra y busca a Dios y Sus propósitos. Es la que puede amar, afirmar, disciplinar y orientar a sus hijos con la clase de gracia que El le ofrece. Pareciera que la muerte de Michael ha ayudado a acercar más a toda la familia Jackson. Oro a Dios para que así sea. A veces, las pruebas y dificultades hacen que valoremos lo que Dios nos ha dado. ¡Bendita la familia que busca a Jehová! “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican. He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre” (Salmo 127: 1ª,3).
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. https://www.LifeWay.com/espanol.
