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EDITORIAL: Pensamientos sobre el alcoholismo

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NASHVILLE (BP) — El Año Nuevo trae a la mente muchas cosas, pero dos sobresalen. Primero, la víspera de Año Nuevo es una de las noches del año en la que se toma más. Segundo, no es un secreto que algunas de las personas que estuvieron tomando son, o serán, alcohólicas.

A la luz de esas realidades, parece un buen momento compartir algunos pensamientos sobre el alcoholismo.

Posturas sobre el alcohol entre los evangélicos

Parece que las posturas sobre el alcohol entre los evangélicos están cambiando. Probablemente la gente le prestó atención a esto cuando el Instituto Bíblico Moody cambió sus políticas sobre el alcohol, pero va más allá que eso. He tenido conversaciones sobre esto con metodistas en Canadá, bautistas en Texas y pentecostales en Oklahoma. Todos ven un cambio en la actitud.

Muchos conservadores evangélicos han sido moderados por mucho tiempo, así que el sentimiento anti-alcohol no es universal entre los evangélicos. Algunos observadores verán a los “evangélicos del norte” como moderados, mientras que a los “evangélicos del sur” como abstencionistas, y hay mucho de verdad en esa realidad geográfica. Sin embargo, es todavía un poquito más complicado ya que los metodistas, por ejemplo, están concentrados en el norte, y usted no puede ser miembro de pacto de una iglesia metodista si usa alcohol como bebida.

Siempre he sido muy explícito al decir que no tomo bebidas alcohólicas. Parte de eso viene de una herencia de alcoholismo que inspira este artículo. Lo he visto de cerca y conozco el poder destructivo del alcoholismo – sin embargo, muchos evangélicos no. Más evangélicos pueden estar expuestos a la destructividad del alcoholismo si la aceptación crece.

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Creo que esta columna no sería necesaria si todos compartieran mi punto de vista, pero no es así. Así que mi propósito es señalar un efecto secundario del crecimiento de la aceptación del alcohol, y nadie podría estar en desacuerdo con la importancia de este tema (a menos que usted no crea en el alcoholismo).

Necesitamos hablar más del alcoholismo.

Después de leer en la revista RELEVANT el artículo “5 Asuntos incómodos de los que la iglesia necesita comenzar a hablar,” me convencí más de que necesitaba escribir esto. En él, Zach Perkins explica: “En las reuniones de AA y en las sesiones de terapia, hablar de las adicciones tiene sentido, pero por alguna razón, no es un tema del que la mayoría de las iglesias quiera oír. Ciertas adicciones son definitivamente más socialmente aceptadas para hablar de ellas. Por ejemplo, está bien fastidiar a Francisco sobre su fumado, pero el alcoholismo de Juan es más confidencial.

“Y sí, en muchas iglesias, las adicciones de una persona pueden convertirse en material de chisme,” dijo Perkins. “Sin embargo, si en la iglesia se acercaran primero los unos a los otros como una familia, entonces los adictos en la iglesia se sentirían seguros de ser vulnerables acerca de sus luchas. Frecuentemente, ellos solamente necesitan sentirse amados y sentirse lo suficientemente seguros para saber que pueden exponer esa parte de sí mismos en una comunidad donde la adicción no los está aplastando a cada segundo.”

Ciertamente.

La historia de un amigo

Recientemente tuve en una conversación con un viejo amigo que a través de los años había cambiado su percepción sobre el alcohol, pasando de la posición de abstencionista a una más moderada. Sin embargo, encontró que, semejante a un consistente porcentaje de personas que intentan tomar con moderación, él no pudo. Luego él le llamaría a eso “alcoholismo.”

Algunos estudios muestran que el 30 por ciento de los estadounidenses luchan con el alcohol de alguna manera. Eso no significa que sean alcohólicos, pero hay asuntos reales que necesitan ser hablados. Si más evangélicos van a aceptar bebidas alcohólicas, necesitamos tener esta conversación. Inclusive si los puntos de vista no cambian, todavía hay muchos alcohólicos secretos. Así que de cualquier manera tengamos la conversación.

A continuación hay una entrevista con un pastor evangélico anónimo que es un alcohólico en recuperación. Espero que pueda ayudar a alguien a ver el problema que pudiera estar ignorando de sí mismo o de un amigo.

P: Díganos cómo veía usted el alcohol y cómo esas perspectivas cambiaron con el tiempo.

R: Crecí en el sur. Se me enseñó que el alcohol era “del diablo” pero que el tabaco era un regalo de Dios.

Mi familia no tomaba. Nunca bebí alcohol hasta que fui a la universidad, nunca fiesteaba mucho allí, pero descubrí en la escuela de postgrado que era bueno para relajarse.

Fui pastor de jóvenes por un tiempo y nunca tomé durante ese tiempo. Tenía suficiente tiempo difícil impidiendo que algunos de los jóvenes manejaran bajo los efectos del alcohol como lo hacían. Luego, inicié una iglesia que creció rápidamente, y, de nuevo, una copa de vino se convirtió en la manera de relajarme en la noche.

P: ¿Cómo y cuándo podría usted decir que se dio cuenta de que tenía un problema?

R: El alcohol se volvió más una necesidad que un deseo. A medida que el éxito y el stress crecían, la necesidad de usarlo para relajarme se volvía más un hábito que una cosa ocasional. Comencé a esconderlo de mi familia. Hice promesas de no tomar durante “el tiempo de trabajo,” que por supuesto comenzó a reducirse. Mi familia y una pareja del personal expresaron preocupación de una manera amorosa, pero dije que podía manejarlo – una señal de alerta.

P: ¿Qué es lo singular de ser un pastor evangélico alcohólico?

R: Nunca pensé que me pasaría a mí, y para comenzar la mayoría de los evangélicos ven cualquier forma de alcohol como mala. Sin embargo, esa actitud ha cambiado de alguna manera, y la mayoría de las personas de la iglesia que conozco toman socialmente. Sin embargo, yo tenía un temperamento/constitución física que no me permitía hacer eso.

Creo que tendemos a ver el alcoholismo como un pecado, que lo es, pero también tiene otros factores que lo hacen único, como la mayoría de las adicciones. Sin embargo, la clave para cambiar es cambiar de adentro hacia afuera. Este [mi alcoholismo] también me da una sensibilidad especial hacia aquellos que sufren de una adicción, sea una sustancia, sexo, gastar, etc.

He podido mirar directamente muchos ojos y decir “Lo entiendo. Hay una respuesta.”

P: ¿Cómo respondieron los líderes de la iglesia?

P: Muy amorosa y compasivamente. Un líder dijo: “Usted nos ha enseñado a no maltratar al caído. No vamos a comenzar con usted.”

La gente sabe si “necesita saber.” Sé que suena críptico, pero no me identifico primero como alcohólico. Esa no es mi verdadera identidad.

Soy un seguidor de Cristo que lucha (luchaba) con la enfermedad del alcoholismo.

P: ¿Cómo deberían los cristianos ver Alcohólicos Anónimos?

P: Yo no puedo hablar por AA. Todo lo que sé es que a mí me funcionó, y muchas veces veo más de Dios y más milagros en los salones de AA que en la mayoría de las iglesias.

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Aquí hay algunos recursos si usted está luchando con la adicción al alcohol:

— Una útil hoja informativa del Instituto Nacional de Salud (http://www.niaaa.nih.gov/alcohol-health/overview-alcohol-consumption/alcohol-use-disorders)

— Una publicación de Ray Ramos de Recovery House of Worship (http://www.christianitytoday.com/edstetzer/2013/december/thursday-is-for-thinkers-ray-ramos-on-12-step-recovery-and-.html)

— Alcohólicos Anónimos (AA.org)

— Celebrate Recovery [Celebre la Recuperación] (CelebrateRecovery.com)
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Ed Stetzer es presidente de LifeWay Research (www.lifewayresearch.com), una división de LifeWay Christian Resources de la Convención Bautista del Sur. Este artículo apareció primero en www.edstetzer.com.