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EDITORIAL: Pobres en Espíritu

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KANSAS CITY, Mo. (BP)–En los últimos meses hemos oído noticias tristes del sector económico en el mundo occidental. La economía esta fluctuante y los precios de la gasolina están subiendo a pasos astronómicos. A la misma vez, el valor de las propiedades, que es la inversión más significativa para muchos, ha menguado. El mundo se pregunta, ¿que vamos hacer?

Habiendo experimentado la conversión de 3,000 en un día y otros 2,000 en otro día, la Iglesia en Jerusalén “eran todo de un solo corazón y una sola alma (Hechos 4:32).” Estos no estaban controlados por sus posesiones sino que consideraban todo lo que tenían como de Dios. Que diferencia al mundo presente. Uno de los dioses poderosos de nuestro mundo es el “materialismo.”

Solo una persona que es radicalmente transformado por Dios puede identificarse con los cristianos del primer siglo. Explore usted conmigo las enseñanzas de Hechos 4:32-37:

— Primero, vemos el amor entrañable de los hermanos. Estos hermanos siendo de diversas edades, condiciones y cualidades naturales y espirituales tenían el mismo amor, los mismos criterios y eran de un mismo pensar (Hechos 4:32).

— Segundo, la Palabra era predicada. Estos hermanos eran fieles en la proclamación de la palabra de Dios. No te dejes llevar por las corrientes culturales de hoy y persiste en ser un proclamador de la Palabra de Dios cada dia (Hechos 4:33).

— Tercero, gozaban de la abundante gracia de Dios. Los frutos de estos discípulos eran evidencia que la gracia de Dios estaba siendo derramada sobre todos ellos (Hechos 4:33).

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— Cuarto, eran muy generosos con los necesitados. Estos hermanos no dejaban que sus posesiones controlaran sus vidas y creencias que es un defecto común de la humanidad que hasta en los niños se puede ver y escuchar en la frase “esto es mió.” Al contrario, ellos consideraban todo lo que tenían no de ellos sino de Dios. El apóstol Pablo lo demostró con sus acciones “considero como perdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo (Filipenses 3:8).

El erudito bíblico Matthew Henry define “pobre en espíritu” de esta manera:

“El que tiene corazón de pobre, que se siente pequeño, mendigo, insuficiente, dependiendo siempre y en todo de Dios (Sofon?as 3:12). Toda persona que no pone su corazón en las riquezas de este mundo y que, teniendo así su corazón desapegado de lo temporal, vive contento, como Pablo, lo mismo en la abundancia que en la escasez (Filipenses 4:12).”

Amigo, medita en estas palabras durante la semana y permite que Dios te hable a través de ellas. “No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban, mas bien acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón (Mateo 6:19-21).
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Gustavo Suárez es profesor de iniciación de iglesias y director del centro Nehemías para Iniciación de Iglesias en Norte América en el Seminario Bautista Teológic de Midwestern.