FORT MYERS, Fla. (BP) — Algunas veces no vemos con claridad el obrar de Dios en nuestras vidas y en las circunstancias que nos rodean. Eso casi es normal, debido a que nosotros no podemos comprender a plenitud la mente de Dios. Un buen ejemplo de esto son los últimos meses en los que hemos estado sufriendo los efectos de la crisis creada por el COVID-19.
A muchos, esta situación les ha forzado a usar herramientas que han estado a nuestro alcance por años, sin que quisiéramos arriesgarnos a usarlas, bien fuera por temor o por apatía. Un ejemplo de esto son las plataformas digitales y lo que se conoce hoy como los “medios sociales”. Desde hace años nos lanzamos a la aventura digital aplicando al ministerio todos los recursos gratuitos que están disponibles. Solo hace falta una computadora de cualquier tipo, una tableta o un teléfono inteligente, una conexión a Internet y el deseo de intentarlo.
Recuerdo que estaba dando un estudio bíblico sobre el libro de Daniel y algunos hermanos no podían asistir todas las semanas, pero querían recibir lo que habían perdido. Cuando les prometí que iba a crear un blog para escribir semanalmente el estudio bíblico que había impartido ese miércoles en la noche, algunos me miraron con incredulidad y desconcierto mientras otros se mostraron recelosos y desconfiados. Pero a la larga, la idea prendió y obtuvimos muy buenos resultados, ampliando el número de participantes al sumar a personas que se encontraban a muchos cientos de millas de distancia de nosotros. Terminé el estudio de Daniel y siguieron otros estudios bíblicos que impartí; y seguí escribiendo y subiendo los estudios a ese blog. Hasta hoy, según Google (Blogger) que fue la plataforma que usé, más de 370,000 personas han entrado y leído algunos de los estudios bíblicos publicados en estos años, desde 26 países diferentes, incluyendo a Estados Unidos.
A partir de aquella experiencia inicial creamos otros blogs usando WordPress y Blogger en los que regularmente publico estudios bíblicos. También creamos grupos de estudio bíblico en FB y en páginas de FB, algunas de la cuales se han mantenido por años, sin requerir ningún mantenimiento técnico ni costar un centavo obteniendo resultados realmente sorprendentes. En verdad, nunca hubiéramos podido alcanzar y ayudar a tantas personas usando los métodos tradicionales. Hoy, incluso existen otras nuevas plataformas como Zoom, Messenger Groups o Google Groups, que nos dan la posibilidad de poder interactuar con personas de manera virtual, dándonos la oportunidad de crear clases de la Escuela Dominical, grupos pequeños de discipulado y grupos de estudio bíblico virtuales. No para sustituir a la iglesia, sino como un apoyo a la misma, para ampliar su proyección y alcance.
En Brentwood Baptist Church en Brentwood en Tennessee, se traducía al español uno de los cultos de adoración del domingo en la mañana y se usaban audífonos para que las personas que preferían usar el español pudieran participar del culto de adoración en inglés y escuchar el mensaje de la Palabra en español. Esto se había hecho por muchos años con excelentes resultados, pero hace unos seis años se trató de incorporar la técnica de video-streaming (transmisión de video simultáneo) para poner la predicación doblada al español en el internet, sin embargo, se enfrentaron muchas dificultades técnicas y se optó por grabar la predicación con el doblaje al español y subirlo a una cuenta de Vimeo, lo cual permitió crear un archivo de videos en el que están todos los cultos de adoración con la predicación doblada al español. Estas grabaciones están disponibles en el internet en las plataformas digitales de la iglesia: en el website, Facebook, el blog del Ministerio Hispano y en YouTube. Muchas personas han podido escuchar el evangelio en diferentes partes del mundo gracias a esta iniciativa, que tuvo una inversión inicial de menos de mil dólares y no más gastos adicionales.
Un buen ejemplo de lo que se puede hacer en este sentido lo podemos ver en la First Baptist Church de Dallas (Primera Iglesia Bautista de Dallas) que debido a los problemas creados por el COVID-19 para reunirnos, creó un iCampus en el que realizan todas las actividades regulares de la iglesia durante toda la semana para todas las edades desde la Escuela Dominical hasta los tres cultos de adoración de los domingos en la mañana, incluyendo grupos de discipulado, cultos de oración, reuniones de damas y caballeros, niños, jóvenes, estudiantes, adultos jóvenes, etcétera, reportando que están alcanzando semanalmente a más de 170,000 personas como promedio. Ellos también han estado realizando los miércoles, a la misma hora de costumbre, el ensayo del coro y de la orquesta, virtualmente. Este es realmente un ejemplo digno de ver e imitar ya que muchas veces las limitaciones las establecemos nosotros en nuestras mentes asumiendo la falta de recursos que muchas veces, en realidad no son necesarios. Aunque no lo sepamos, hay más recursos gratuitos de los que podemos usar.
Estoy convencido de que cuando se descubrió y desarrolló el Internet, en los planes de Dios estaba que lo usáramos para la expansión y propagación del evangelio. Es cierto que hay peligros en el internet, y son iguales a los que hay en las calles en cualquier ciudad, porque el diablo es hábil y astuto. Pero en lugar de replegarnos, pienso que tenemos que lanzarnos al asalto de todos los medios que nos permitan difundir el evangelio y llevalo hasta lo último de la tierra.
Esta pandemia nos ha forzado a usar el internet para presentar el mensaje de la Palabra en las iglesias, a lo menos los domingos, y nos ha mostrado que esta es una oportunidad para que cada uno de nosotros pueda usar de manera virtual los dones que Dios le ha dado. Lo podemos hacer creando páginas y grupos en Facebook, blogs en Blogger y WordPress y usando Google Group, Zoom o Messenger Room para iniciar grupos interactivos para estudiar la Palabra. Nuestras iglesias están llenas de amantes a la tecnología que tal vez no estén siendo muy utilizados en la obra y que se pudieran beneficiar y ayudar a otros para expandir el mensaje de la salvación en toda América y por otras tierras del mundo. Qué pudiera pasar si todos los pastores en activo, los pastores jubilados, y todos los líderes y maestros de la Escuela Dominical se lanzaran a publicar estudios bíblicos, mensajes de la Palabra, devocionales, tiempos de adoración y a crear grupos interactivos de estudio bíblico y grupos de discipulado. Tal vez ese pudiera ser el inicio del avivamiento que necesita nuestra tierra.
Casi es normal que sintamos temor ante los grandes desafíos, pero leamos una vez más Marcos 6:30-44 para recordar que no debemos subestimar el poder de Jesús, y que nunca debemos tener en poco el poder de los recursos que Dios ha puesto a nuestra disposición por pequeños que parezcan. Los discípulos pensaron que, con tan pocos peces y panecillos, ni uno de ellos podría saciar el hambre, pero Dios podía hacerlo y lo hizo. Y el mismo señor que pudo alimentar a una multitud con tan poco, también puede hoy multiplicar nuestros esfuerzos y recursos para que el evangelio sea propagado en nuestra Judea, en nuestra Samaria y hasta lo último de la tierra. Él ha provisto las herramientas necesarias, ahora nos toca a nosotros usarlas con oración y siguiendo Su dirección.
Muy pronto nuestros templos se van a abrir nuevamente, no echemos a un lado lo que logramos desarrollar en este tiempo de cuarentena en el campo digital, mantengamos y ampliemos lo logrado como una forma de ampliar nuestra área de alcance con el evangelio y de servir y ministrar a aquellas personas que no podrán vacunarse por tener trasplantes de órganos y otras condiciones que les impedirán asistir a los lugares donde haya muchas personas reunidas. Definitivamente el mundo ha cambiado y debemos estar listos para enfrentar los nuevos retos.