- Baptist Press - https://www.baptistpress.com -

EDITORIAL: Un vaquero mexicano

[1]

NASHVILLE, Tenn. (BP)–Entre las primeras personas que conocí cuando vine a este país está el hermano Jake, a quien sus amigos llaman “el vaquero mexicano.”

Él es hispano de segunda generación, veterano de la guerra de Corea, entrenador de caballos, jubilado de la Compañía de electricidad” dueño de un pequeño negocio, padre de pastor, buen cristiano, y como podrá apreciar, no tenía algo que ver con la tecnología.

Él me ayudó mucho enseñándome acerca de la cultura y sociedad norteamericana, y compartiendo conmigo lo que tenía, incluyendo una casa que me rentó, cuyo alquiler era solo para enseñarme a pagar por lo que yo recibía, pues le costaba más a él que lo que yo le pagaba.

Nunca escatimó tiempo ni recursos conmigo en los tiempos en los que yo aguardaba por mi permiso de trabajo, y me encontraba sin familia, dinero ni amigos. Cuando iniciamos el ministerio hispano en la Iglesia Girard Baptist Church en Albuquerque, Jake fue uno de los primeros en venir a enseñar una clase de estudios bíblicos y de los primeros en ayudar a los inmigrantes recién llegados, proveyendo también para que estableciéramos un lugar para entregar ropas y zapatos a los necesitados de la comunidad.

La casa que me rentó Jake está junto a la suya, de manera que viví junto a la familia de él durante casi todo el tiempo que viví en Albuquerque. Jake también trató de abrirme puertas para iniciar una misión en el llamado South Valley, al sur de la ciudad de Albuquerque, una zona conocida por la gran cantidad de inmigrantes de primera generación que viven allí.

Todo este editorial no me alcanzaría para mencionar todas las cosas que Jake hizo por mí y por el ministerio hispano de la Misión Hispana de Girard y luego de la Iglesia para la Comunidad Internacional, por lo que no le extrañará que le diga que cada año, en el día de Navidad, Jake es una de las personas que yo llamo, por considerarlo a él y a su familia como a un verdadero familiar.

[2]

Este año, al llamar a Jake, luego de los saludos y de alguna que otra lagrimita, Jake me dijo algo que me dejó electrificado: “Visita mi página web, me dijo. Guao, ¿el “vaquero mexicano” en el Internet?” ¡No lo podía creer! Entonces al colgar el teléfono me dije: Los principios no cambian, pero decididamente estamos viviendo en otra era, esta es en verdad una revolución digital. El Evangelio es el mismo, nuestro Dios es el mismo, la Biblia es la misma, pero la sociedad que nos rodea ha cambiado y está cambiando.

Podemos asumir la actitud de ignorar la realidad y seguir como si nada estuviera ocurriendo, haciendo las cosas de la misma manera que las hacíamos hace veinte o treinta años. Y esto tal vez sea la explicación de por qué parece como si las cosas se detuvieran. Es que están “congeladas en el tiempo”. O podemos enfrentar el reto, aprender nuevos sistemas, tratar de entender el entorno que nos rodea y adaptar la forma de presentar el mensaje Atemporal del evangelio a las nuevas condiciones.

Los principios bíblicos y teológicos son los mismos, nuestro Dios no cambia, la Biblia no cambia, pero la forma en la que nos relacionamos y presentamos el mensaje tiene que estar a tono con el tiempo. Tenemos que usar y aplicar las ventajas de los avances tecnológicos y servirnos de ellos.

Si mi amigo Jake ya no tiene que ir al flee market (“pulguero”) a vender, sino que lo hace electrónicamente por el Internet, esto quiere decir que hasta los “vaqueros mexicanos” están viviendo en esta revolución digital y que nosotros también tenemos que sumarnos o seremos echados a un lado por la corriente. No podemos ignorar a los jóvenes, y a los no tan jóvenes con sus Iphones e Ipads y tenemos que buscar la forma de proveer y ministrar a sus necesidades de la manera más adecuada. No es cambiar la Biblia, es tal vez usar un nuevo medio para leerla. No es cambiar lo que creemos, es simplemente que hay que actualizarse, sin tener que hacer concesiones doctrinales.

Mi querido amigo Jake sigue siendo el mismo de siempre, sigue comiendo sus taquitos, usando su mecedora y calentando sus tortillas en el microondas, pero ahora tiene email y una página web. No es posible que en nuestra familia ignoremos esta realidad como tampoco es posible que lo hagamos en la iglesia. El reto es poner a la revolución digital a nuestro servicio para alcanzar a los perdidos. Jake es un buen ejemplo de lo que se puede hacer y otra prueba de que sin importar la edad que se tenga, se puede ser mentalmente joven y abierto a los cambios o retrogrado y cerrado a todo lo nuevo.
–30–
Óscar J. Fernández es el Editorial Project Leader para Leadership and Adult Publishing, en LifeWay Christian Resources en Nashville, TN, es además escritor independiente y estudioso de la Biblia. Su blog http://estudiandolabibliaconoscar.blogspot.com tiene seguidores de 20 países hispanos.