
Por tanto id y haced discípulos de todas las naciones Mateo 28:19
KANSAS CITY, Mo. (BP) — Escribo estas líneas desde la Convención Bautista del Sur reunida esta semana en la ciudad de New Orleans, Louisiana. Nosotros pertenecemos a una fuerza misionera grande y poderosa. Estamos formados por varios grupos étnicos siendo los hispanos el pueblo mayoritario. Sin embargo, nosotros como hispanos tenemos una parte muy importante en la misión global que Dios nos ha dado. De tal manera, tenemos ciertas responsabilidades misioneras muy importantes. Déjame mencionar algunas de estas.
La responsabilidad bíblica. La Biblia es la palabra de Dios. En ella encontramos las preciosas joyas de salvación. En la biblia vemos a un Dios que le enseña a cada persona como vivir y adorar a Dios. Como embajadores somos representantes del Rey de reyes y Señor de señores. Es nuestra responsabilidad de llevar las palabras de Rey a toda persona que está a nuestro alrededor.
La responsabilidad evangelística. La biblia nos enseña, desde sus tempranas páginas, que Dios es un Dios misionero. En Génesis 12, Jehová llamo a Abram y le dijo, “hare de ti una nación grande… (verso 2).” En Génesis 11, Dios confunde la lengua de los hombres pero en Hechos 2 los diferentes idiomas eran entendidos para cada persona (Hechos 2:1-6). Jesús nos dio la gran comisión en Mateo 28 con un mandato y no una sugerencia — “por tanto, id. Mi querido amigo, el mandato de Dios no termina solo con id sino que también nos exhorta a haced discípulos (Mateo 28:19).” El hacer discípulo implica que tenemos que establecer relaciones sólidas con otras personas.
La responsabilidad sociológica. Nosotros tenemos que desarrollar este mandato de Dios en el contexto de relaciones entre personas. La palabra de Dios nos dice que tenemos que “id” y “haced discípulos” de “todas las naciones.” En este verso la palabra “naciones” se refiere a grupos étnicos o diferentes etnias. A través de los años, esta fuerza misionera –- Bautistas del Sur — ha mantenido la filosofía de alcanzar a cada etnia individualmente. Sin embargo, esta filosofía, en nuestros días, está cambiando a la creencia que solo necesitamos una iglesia donde las diferentes lenguas adoran a un Dios. Esta responsabilidad sociológica nos reta a usar una misiología correcta.
La responsabilidad misiológica. Un principio misiológico, usado con mucha eficacia por la fuerza misionera Bautista del Sur, lo fue el “principio de unidad homogénea.” Este principio usaba personas autóctonas para alcanzar a personas de su cultura con el evangelio de Jesucristo. A la vez, retaba a cada persona a hace un esfuerzo para cruzar barreras culturales con la Palabra de Dios.
Hoy, en los Estados Unidos, tenemos un mundo con diferentes culturas, idiomas, y retos misiológicos. Amigos, comienza siempre tu jornada diaria estudiando la Palabra. Id a través de las ciudades y aldeas en tu área con el mensaje evangelístico de Su palabra. Y, comienza nuevas iglesias entre aquellos grupos que son similares a ti. Pero, no ignores aquellas etnias que son muy diferentes sino cruza las barreras culturales que se puedan presentar.
Oíd las palabras del Salvador, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones (Mateo 28:19).”
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Gustavo Suárez es profesor de iniciación de iglesias y director del centro Nehemías para Iniciación de Iglesias en Norte América en el Seminario Bautista Teológic de Midwestern.