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EDITORIAL: Una Mirada a los nacimientos navideños

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MAYFIELD, Ky. (BP)–Los nacimientos navideños, tal como éste al frente del edificio de la Suprema Corte de Justicia de los EE UU, constituyen un medio a través del cual la comunidad cristiana testifica acerca de la encarnación del Señor, ante una población estadounidense cada vez más diversa.

Los nacimientos navideños, ya sean actuaciones en vivo o usando figuras de los personajes bíblicos, pueden encontrarse en virtualmente todas las comunidades estadounidenses donde hay cristianos. Han existido desde los tiempos de la Colonia en los Estados Unidos y, antes de ella, en Europa por ya muchos siglos. La tradición le da el crédito a San Francisco de Asís, por crear el primer nacimiento navideño a inicios del siglo XIII.

Casi cada época de Adviento y cada Navidad está cubierta con ciertas controversias en conexión con los nacimientos navideños y su exhibición. El robo de ciertas figuras del nacimiento, tales como la del bebé Jesús, se han señalado en los últimos años. Algunas figuras sólo se han recuperado al ofrecer recompensas por ellas.

Otras escenas del nacimiento de Jesús se han calificado como ofensivas por la comunidad cristiana cuando los bromistas han insertado ahí otras figuras que no se relacionan con el nacimiento de Cristo (muñecos de nieve, San Nicolás, etc.). Hay un debate continuo centrado en poner o no los nacimientos navideños en propiedades financiadas con erarios públicos. Aunque es interesante que incluso la Casa Blanca sigue exhibiendo un nacimiento.

A pesar de tales controversias, los nacimientos navideños han sido una parte importante del paisaje estadounidense en diciembre, desde antes de la creación de la república. Al ser promovidos, la comunidad cristiana del país ha alertado a la toda la sociedad sobre la importancia de la primera venida del Señor a nuestra cultura.

Una escena navideña del nacimiento de Jesús, aunque no es un substituto de la testificación individual ante los ciudadanos del país, ha sido un testigo colectivo de los cristianos estadounidenses ante la gran comunidad nacional durante la época navideña. Ya que los nacimientos son tan aceptados por la población en general, la comunidad cristiana estadounidense encontrará los medios para continuar con esta tradición incluso si tales exhibiciones reciben más y más críticas por parte de aquellos que las encuentran cuestionables.

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Sin embargo, y a pesar de la importancia de su testimonio colectivo ante la sociedad estadounidense, internamente la comunidad cristiana debe reconsiderar seriamente algunos aspectos de la exhibición de nacimientos navideños. Por ejemplo, típicamente ellos muestran simultáneamente la visita de los pastores y la de los magos (sabios de oriente) en la misma noche, cuando en realidad, esos eventos pudieron haber estado separados incluso por dos años de diferencia (Mateo 2:16). Los nacimientos navideños, tal como se han hecho actualmente, compactan lo sucedido en dos años en tan sólo un evento de una noche, por ende presentando una imagen incorrecta de estos eventos bíblicos que sucedieron por separado.

Además, la visita de los Magos parece haber tenido lugar cuando Jesús y su familia tenían una “casa” en Belén (Mateo 2:11). Mientras que, en teoría, es posible que José pudiera haber convertido el establo en una “casa” –después de todo, él era carpintero—es cierto que la visita de los Magos tuvo lugar bajo condiciones muy diferentes que aquéllas que sucedieron la noche del nacimiento de nuestro Señor.

Si hay alguien que esté considerando cambiar la manera en que presenta el nacimiento ante la sociedad estadounidense en general, le ofrezco estas dos sugerencias acerca de las futuras exhibiciones de las escenas del nacimiento de Jesús. La primera, crear una verdadera escena del nacimiento que tan sólo involucre representaciones de la familia de Jesús y la visita de los pastores en la noche de su nacimiento (Lucas 2). La segunda, en un lugar cercano o quizás en un lugarcito solitario sin un nacimiento, colocar la “Visita de los Magos” mostrando a Jesús y su familia, a los Magos y a la “Estrella de Belén” (Mateo 2). Estas soluciones corregirán las malas impresiones perpetuadas por la configuración actual de la escena navideña.

Aunque estas sugerencias pudieran corregir las equivocaciones sobre la noche del nacimiento del Señor, es poco probable que cientos de años de tradición puedan deshacerse incluso con una conversación honesta sobre las escenas del nacimiento del Salvador. Además, el mantenimiento de dos posibles escenas puede ser sumamente costoso para aquellos que consideren una separación de la unidad de la escena navideña tradicional. En lugar de estas consideraciones, la comunidad cristiana puede conservar la escena navideña tradicional, e informar a los cristianos y al público en general, que la escena tradicional navideña del nacimiento de Jesús es una representación simbólica de dos eventos que sucedieron por separado durante la primera venida del Señor.

A final de cuentas el nacimiento navideño, aún con imperfecciones, sigue siendo un testimonio valioso ante la sociedad estadounidense, durante el Adviento y la época navideña. La revelación del hecho de que Dios tomó forma humana para salvarnos es un testimonio importante para esta sociedad y para el mundo entero.
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Stephen Douglas Wilson es un miembro del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur y vicepresidente para asuntos académicos en Mid-Continent University en Mayfield, Kentucky.