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EDITORIAL: Vacaciones de primavera, un debacle feminista

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DALLAS (BP)–Una estudiante universitaria que conozco pasó las vacaciones de primavera en Panama City, Florida. “Me sentí fuera de lugar,” me dijo luego. “El próximo año haré un viaje de misión.”

La columnista de Los Angeles Times Meghan Daum ha hecho algunas investigaciones del fenómeno llamado vacaciones de primavera. Una reportera del Diario del Colegio Americano de la Salud (The Journal of American College Health) confirma lo que observó de primera mano en Cancún. “Las mujeres enfiestadas en sitios de diversión durante las vacaciones de primavera consumen un promedio de 10 bebidas alcohólicas al día, y los hombres consumen un promedio de 18,” escribió ella. La señorita se maravilla de que las mujeres que se encuentran en el proceso de búsqueda de educación superior se involucren en actividades tan degradantes como “chicas contra chicas en juegos de lucha libre llevados a cabo en tinas gigantes de pudín” y otras actividades que no se pueden describir en una publicación familiar.

En entrevistas hechas a estas estudiantes, la señorita Daum aprendió lo que realmente buscan ellas: Confianza. Muchas de ellas ven estos destinos vacacionales de playa como campos de prueba para su atractivo sexual. Se broncean; se depilan; algunas hasta se hacen cirugías plásticas para prepararse para las vacaciones de primavera. Pero no es solamente una semana alocada. La señorita Daum concluye que el “factor excitación” es el componente más importante de la autoestima de estas jóvenes mujeres — más que un trabajo o un postgrado.

El movimiento feminista se suponía que liberaba a las mujeres de ser meros objetos sexuales. Pero estas universitarias buscan esta indignidad. Las mujeres buscaban, y han alcanzado igualdad educacional con los hombres. Pero algunas también han adoptado un comportamiento aún más vergonzoso que el de los hombres, el cual se hace posible por el ampliamente disponible y bastante eficaz control natal. Hoy en día, estudiantes universitarias a lo largo de la nación viven en una cultura de enganche. No se requieren relaciones cercanas. El joven ya no tiene que pagar la cena. ¿Y se supone que esto edifica la confianza en sí misma de la mujer?

Afortunadamente, hay un contragolpe.

Recientemente, el periódico New York Times publicó una historia acerca de la estudiante de Harvard Jane Fredell quien es la líder de la Revolución del Amor Verdadero, un movimiento célibe secular en esa universidad. En un ensayo que se publicó en el periódico universitario Harvard Crimson, la señorita Fredell escribió: “la virginidad es extremadamente atractiva.” Ella dijo al New York Times “Se necesita ser una mujer fuerte para ser abstinente, y esa es la clase de mujer que quiero ser.”

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Hay otro club de abstinencia en la Ivy League (grupo de ocho prestigiosas universidades de los Estados Unidos de América). El profesor de leyes Robert George aconseja al grupo de la universidad de Princeton, y dice que las estudiantes involucradas son algunas de las más talentosas de la universidad. Ellas discuten argumentos que apoyen su creencia de que “la promiscuidad compromete profundamente la dignidad humana” y que el sexo casual lleva a “infelicidad personal y a daño social,” reportó el periódico.

Este es demasiado sentido común para la administración de más de 30 colegios mayores y universidades donde predominan las políticas de dormitorios mixtos. No estamos hablando solamente de dormitorios, pisos y aun suites. Hablamos de una habitación, dos camas, un chico y una chica.

Alguna gente supuestamente inteligente ha resuelto la manera de tratar con la presencia de hombres y mujeres en el campo universitario. Simplemente pretenden que son iguales. Académicos liberales en escuelas como Dartmouth, Clark, y Brown ?que han cambiado a dormitorios mixtos? están incluyendo el movimiento unisexo el cual insiste que reconocer las diferencias de género es una forma de opresión. Ah. Entonces los hombres universitarios se supone que no se den cuenta que son diferentes a las mujeres universitarias. Dígales eso a las chicas que se encuentran en la playa durante las vacaciones de primavera.

A propósito, las vacaciones de primavera en Panama City resultaron ser una verdadera faena para mi joven amiga. Se encontró a sí misma haciendo varios viajes de ida y vuelta para llevar a sus amigas ebrias de vuelta al hotel. Pero tuvo alguna ayuda del grupo BeachReache. BeachReach es un ministerio de Recursos Cristianos LifeWay que capacita a los estudiantes con inclinaciones ministeriales a ofrecer paseos gratis en camioneta, desayunos y una saludable dosis del evangelio a los fiesteros de vacaciones de primavera. Si las bronceadas jóvenes que buscan autoestima escucharan con cuidado, podrían oír a Cristo llamándolas hacia él. Sin embargo, son los miembros de BeachReache los que están ganando verdadera confianza cada vez que comparten su fe.
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Penna Dexter es miembro de la junta administrativa de la Comisión de Libertad Religiosa y Ética de los Bautistas del Sur, activista conservadora y locutora del programa sindicado de radio “Vida en la Línea” (hay información en inglés en www.lifeontheline.com). Ella sirve actualmente como consultora de Comunicaciones en Directo KMA Plano, Texas, y como co-anfitriona de “Jerry Johnson Live,” una producción de Comunicaciones Criswell. Fue co-anfitriona del programa sindicado de radio de Marlin Maddoux “Punto de Vista” (“Point of View”).