[1]Es importante saber que, como cristianos, hemos sido llamados para producir buenas obras en nuestra vida y glorificar a Dios que está en los cielos. Pero sabemos que las buenas obras no nos dan la salvación eterna, sólo Cristo Jesús nos da la salvación eterna.
Mateo 5:16 – dice:
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
- Si somos salvos vamos a producir buenas obras.
- Si somos salvos vamos a obedecer los mandatos de Dios.
- Si somos salvos vamos a amarnos unos a los otros.
Vemos que este versículo viene después de las bienaventuranzas que Jesús dio en el Sermón del Monte. Allí Jesús les explica a los discípulos en el Sermón del Monte el corazón, la actitud, y el carácter que Él desea ver en ellos.
El primer paso para glorificar a Dios es aceptar a Cristo Jesús como Señor y Salvador en nuestras vidas. El segundo paso es hacer buenas obras.
En Mateo 5:13-15 Cristo les dice a sus discípulos y se aplica a nosotros también que somos y vivimos según el orden del Reino de Dios. Esto significa que nosotros somos la sal de la tierra y la luz del mundo.
[2]“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.” Vs. 13
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” Vs. 14
“Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.” Vs. 15
Alguien dijo: “Si un creyente sólo practica una religión; pero no pone en práctica los mandamientos de Dios, ni permite que Dios transforme su corazón y su alma, entonces su vida cristiana será tan insípida como la sal que ha perdido su sabor.”
Podemos decir que la sal representa los mandamientos de Dios y si ponemos en práctica los mandamientos de Dios vamos a dar un buen sabor con nuestras vidas y el mundo sabrá que somos hijos Dios.
Ahora, si una persona ha creído en Jesús, pero no obedece los mandatos de Dios y no vive como Dios manda; corre el riesgo de volver a contaminarse con las cosas malas de este mundo. Si estamos contaminados no servimos para nada.
Cristo explicó claramente que la luz va mostrando esas buenas obras que hacemos delante de los hombres. Cuando hablamos de buenas obras no sólo estamos hablando de actos de caridad o de beneficencia; sino estamos hablando de toda acción buena que proviene de nuestra obediencia a Dios y el cumplimiento a Sus mandamientos.
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10
- Al vivir como Dios manda, se hace posible por qué nuestras vidas han sido transformadas por Cristo; así nuestra vida refleja la luz divina. La luz divina revela, educa, da conocimiento y vence la oscuridad.
- Siendo nosotros la sal de la tierra y la luz del mundo, nos da la oportunidad de producir buenos frutos y glorificar a Dios que está en los cielos.
¡Comparta con alguien hoy las buenas nuevas de Cristo!