- Baptist Press - https://www.baptistpress.com -

EDITORIAL: ‘Y gracias Dios, por mi’

[1]

SAN ANTONIO, Texas (BP)–Rodolfo Urías González es nuestro hijo y nuestro único niño. Le dimos el apodo de “Rudy Chico” cuando llego a nuestras vidas hace 12 años, después de 20 años de matrimonio. Seria algo moderado decir que Virginia y yo anticipábamos grandemente la llegada de Rudy chico.

La realidad de su serio retardo de desarrollo también hace de él nuestro miembro de la familia mas apreciado. Es literalmente un gozo cuando oímos a Rudy chico orar. Ya ven, nunca ha tomado una clase de Biblia, ni ha estudiado teología bajo su papa, pero hay un bello fondo bíblico en la manera que él se expresa en oración a su Padre Celestial. No importa si le esta dando gracias al Señor por los alimentos que va a tomar, o “por un buen día” antes de acostarse a dormir, Rudy chico nunca falla en darle gracias a Dios por su mama, su papa, y luego agrega, “… y por mi.”

No creo que jamás he oído a alguien, adulto o niño, ponerlo de esa manera: “Gracias, Dios, por mi.” La oración de mi hijo me da gran ánimo.

La oración de Rudy chico me ha ayudado a aceptar la dura realidad de su condición. Es bien frustrante que los doctores hasta el momento hayan fracasado en identificar el síndrome actual del cual sufre. Hoy sabemos que nuestro hijo no tiene Rubinstein Tabies, ni tiene Frágil X, ni tampoco tiene Apraxia. Sabemos lo que no tiene; pero no sabemos lo que es, y este “vació en nuestro conocimiento de su condición” es lo que hace más difícil el saber como ayudarle.

Como lo han de imaginar, ha habido muchas veces cuando mi esposa y yo hemos estado emocionalmente abrumados al contemplar el prospecto de nuestro hijo único con estas desventajas en su vida. ¿Cuál será su futuro cuando sus padres ya no puedan o no estén allí para él, y él todavía este relativamente joven?

¿Conoce el ciclo de dolor o pesar? No es solamente los que pierden un ser querido que cuestionan a Dios, o se enojan, o tratan de negociar con él. Yo he ido hasta el punto de ofrecer mi vida con tal de darle una oportunidad de vida normal a Rudy chico. Yo he hecho todo esto, pero también le he dado gracias a Dios por el niño que Dios nos dio, y la oración de mi hijo me ha ayudado a ser genuinamente sincero. Después de todo, si él le da gracias por como Dios lo permitió nacer, ¿podré yo hacer algo menos?

[2]

El profeta Malaquías profetizó que vendría un tiempo cuando “Elías…hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres.” (Malaquías 4:5-6) Casi todo erudito interpreta este pasaje como una profecía de Juan el Bautista quien tornaría Israel a su Dios, y sin duda que lo es. La oración de mi hijo, no obstante, me ha ayudado a apreciar esta profecía de una manera más personal. Ya ven, Rodolfo Urías Gonzalez es como mi propio “Elías.” Aunque nunca me he rebelado en contra de Dios por la condición de mi hijo, tengo que confesar que han sido sus oraciones las que Dios ha usado poderosamente para retar mi actitud en veces y voltear mi corazón en plena certidumbre de fe en él. Yo se y creo que tanto el futuro de Rudy chico como su presente, esta firmemente en el cuidado de Dios. Siempre lo ha estado.

Hace un par de años mi hijo vino a mí queriendo recibir a Cristo en su corazón. Fue un domingo por la noche después de los servicios vespertinos que yo fui bendecido en guiarlo a tener fe en Cristo como su Salvador. Cuando eso paso, Dios también me dio algo extra esa misma noche: la seguridad que un día yo veré a Rudy chico puesto de pie, perfecto y completo, glorificado en esplendor ante el trono celestial de Dios. ¡Que día glorioso será ese día!

Cada día es un buen día para darle gracias a Dios por las muchas maneras en que nos bendice, y nuestros hijos son el pináculo de su bondad hacia nosotros. Pero recuerde; la bendiciones de Dios también son vehículos de su voz ha nosotros. Y si esto es así, ojala tengamos oídos para oir como Dios a menudo nos habla a través de nuestros hijos. El ciertamente me ha hablado a mí en la oración inocente pero de corazón de mi niño. No es por nada que Cristo dijo: “porque de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19:14).
–30–
Rudolph D. González es el decano de la Southwestern Baptist Theological Seminary William R. Marshall Center for Theological Studies, San Antonio, Texas. Estudios hispanos, Southwestern Baptist Theological Seminary: http://www.swbts.edu/hispanicstudies/sp/.