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El apoyo de los bautistas a los judíos precede al nacimiento de la nación


NASHVILLE, Tennessee. (BP)–En noviembre de 1977 un grupo de líderes cristianos conservadores firmó una página entera pagada en el New York Times que expresaba su preocupación por las negociaciones internacionales que rodeaban las fronteras permanentes de Israel y la aparente inclinación a favor de los árabes de la política exterior de los Estados Unidos de América.

Para los líderes evangélicos, entre ellos el afamado pastor de First Baptist Church de Dallas (Primera Iglesia Bautista de Dallas), W.A. Criswell, toda la tierra al oeste del Jordán pertenecía a Israel. La tierra era de ellos por “derecho divino,” no solamente porque se hubieran apoderado de ella en las guerras de los Seis Días y del Yom Kippur. Dios le había prometido la tierra al pueblo de Israel.

Esta no fue la primera declaración en apoyo a Israel de Criswell, y tampoco sería la última. En 1988, fue honrado por el primer ministro israelí Menachem Begin por su firme apoyo al pueblo judío.

Casi inmediatamente después de la publicación pagada de 1977, Criswell y otros líderes evangélicos fueron exhortados por el principal colaborador del Christian Century (Siglo Cristiano), el diario de tendencia dominante protestante que se había opuesto al levantamiento del fundamentalismo en los años 1920 y el evangélico en los años 1950. Aunque el diario decía que la publicación evangélica era una adición bienvenida al diálogo político entre los cristianos, ya que muchos habían guardado silencio durante la guerra de Vietnam, era todavía descrita como un descaminado intento de legitimar Israel.

“El uso de validación religiosa para establecer conflictos seculares es un mal uso de la religión y un perjuicio a la política,” escribió el editor de la revista, James Wall. “No había ventaja política de largo alcance que ganar a través de un esfuerzo para envolver la seguridad de Israel en una cobija de exactitud bíblica evangélica.”

“Con un bautista del sur laico como presidente, la comunidad judío americana tiene un mejor amigo en la Casa Blanca de lo que realmente se da cuenta,” concluyó Wall. Ese presidente, Jimmy Carter, tres décadas después acusaría en un libro bien publicitado a Israel de practicar apartheid. También se reuniría con el líder de Hamas, una organización terrorista dedicada a la destrucción de Israel y del pueblo judío.

UN SIGLO DE APOYO

En realidad, el apoyo de Criswell a Israel no era nada nuevo entre los bautistas del sur en 1977. El nacimiento de la nación hace 60 años el 14 de mayo de 1948, pudo haber iniciado una discusión política, pero el pueblo judío fue el foco de la convención Bautista del Sur desde 1873.

En esa reunión anual en Mobile, Alabama, los bautistas del sur notaron la creciente ola de antisemitismo y proclamaron su “indescriptible obligación con la semilla de Abraham.” También reconocieron “la peculiar demanda de los judíos por las simpatías y oraciones de todos los gentiles cristianos,” y al mismo tiempo registraron los “intensos deseos de la convención de tomar parte en el glorioso trabajo de acelerar el día cuando la inscripción de la cruz sea la confesión de todo Israel: ‘Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos.'”

Dos años después en Charleston, Carolina del Sur, una resolución sobre evangelismo señaló el deseo de la convención de designar misioneros a los judíos. Y en mayo de 1896 en Chattanooga, Tennessee, la convención señaló como “eminentemente importante y deseable el establecimiento de una misión bautista representativa en Palestina, con sede en Jerusalén.”

Jim Sibley, director del Instituto Pasche de Estudios Judíos en el Colegio Superior Criswell en Dallas (Pasche Institute of Jewish Studies at Criswell College) y un veterano durante 14 años del trabajo de los bautistas del sur en Israel, dijo que tales descripciones de interés por los judíos y su tierra reflejaban el compromiso de los bautistas del sur con las visiones proféticas que incluían a Israel aún antes de que la nación fuera concebida.

“La mayoría de los laicos bautistas del sur eran en ese entonces premilenialistas, aun si su entrenamiento de seminario no lo fuera,” dijo Sibley. “Eso significa que ellos esperan que los judíos, como lo leen en la Biblia, regresen a la tierra como señal literal del fin del tiempo, anterior al regreso de Cristo y antes de su reinado de 1.000 años en la tierra. Verdaderamente, los bautistas del sur han visto el regreso de los judíos a Palestina y el nacimiento de Israel en 1948 como el movimiento de la mano de Dios y el cumplimiento de la profecía.”

Para Richard Land, sin embargo, la concienciación de que la fundación de Israel era el cumplimiento de la profecía llegó tarde para algunos. La mayoría de sus compañeros de seminario eran amilenialistas, o sea que ellos no creían en un reino literal de 1.000 años de Cristo en la tierra después de su segunda venida. No cambiaron de opinión hasta después de la guerra de Seis Días en 1967, dijo él.

“Para los bautistas del sur, el regreso en gran número de judíos a la tierra prometida después de la Segunda Guerra Mundial ha ayudado a promulgar el premilenialismo entre los bautistas del sur,” dijo Land. “Pero muchas personas con las que fui al seminario en los tardíos 1960s y tempranos 1970s eran amilenialistas en su punto de vista escatológico. El ataque sobre Israel ayudó a cambiar eso, y hoy en día la mayoría de los bautistas del sur ?probablemente la vasta mayoría? son premilenialistas.”

En muchos aspectos, ese cambio de un punto escatológico a otro en la vida de los bautistas del sur no fue un fenómeno nuevo. La Primera Guerra Mundial probó el anuncio de muerte del postmilenialismo entre los profesores del seminario y clérigos entrenados del seminario. El postmilenialismo era la postura que decía que la iglesia guiaría al mundo hacia los 1.000 años de paz y prosperidad, seguidos por el regreso de Cristo.

Cada vez que el cambio ocurría, las “actitudes positivas” de los bautistas del sur hacia los judíos y luego hacia Israel, dijo Sibley, pueden ser vistas a través de la historia de la convención, aunque los misioneros no fueran enviados a Palestina hasta 1921, 76 años después de que la Junta de Misiones Extranjeras fuera fundada.

La tradición de apoyar a los judíos continuó en 1972 y en 1981 cuando los bautistas del sur de nuevo adoptaron resoluciones dirigidas al antisemitismo, el cual se dijo que crecería en el medio oriente y en todo el mundo cuando Israel rehusó rendir la tierra que había reclamado ?el Banco del Oeste, la Franja de Gaza y las Colinas de Golán? durante la guerra de defensa con sus vecinos árabes. Esas declaraciones de apoyo fueron bien recibidas por los líderes israelíes y, durante años, también por los judíos de los Estados Unidos de América.

Pero fue una expresión de amor hacia los judíos en 1996 la que amenazó con hacer fracasar la relación de los bautistas del sur con ellos.

A LOS JUDÍOS PRIMERO

Los primeros trabajadores bautistas del sur deben haber sido designados a Jerusalén en 1921, pero fue 77 años antes que la convención designó a un misionero a los judíos en los Estados Unidos de América.

Para muchos en la vida de los bautistas del sur, los judíos, dijo Sibley, han sido considerados como un grupo entre otros mil que todavía se encuentran en la categoría de “pueblos no alcanzados”. Y por lo menos un director de la entonces Junta de Misión Local en los años 1920 también defendió una teología de “pacto doble”, que establecía que los judíos serían aceptados por Dios con base en el mantenimiento del pacto que Dios estableció con Moisés e Israel.

Pero Sibley dijo que siempre creyó que la Biblia era clara en su enseñanza de que la salvación pertenece “primero a los judíos, y luego a los griegos.” Luego de varios años de servicio como misionero de la Junta de Misión de Norte América a los judíos, escribió en 1996 una resolución que llamaba a predicar el evangelio a la oveja perdida de la casa de Israel en el país y en el extranjero.

Cuando la Convención Bautista del Sur adoptó la resolución de Nueva Orleáns, se encendió un fuego en los medios de comunicación en el New York Times y en otros periódicos. En realidad, la sustancia de la resolución no fue diferente de la más corta resolución de 100 años antes, pero ofrecía declaraciones más extensas acerca de la salvación de los judíos. Los bautistas del sur notaron que en gran parte habían descuidado al pueblo judío en sus esfuerzos evangelizadores. Irónicamente, fue un grupo de judíos mesiánicos bautistas del sur los que impulsaron la declaración.

Sibley dijo que la reacción de 1996 ilustró cuán volátil se habían vuelto las discusiones acerca de Israel, los judíos y la exclusividad del evangelio. El criticismo llegó de diferentes flancos, incluyendo al Comité Judío Americano y a la Liga Antidifamatoria de Abraham Foxman.

“Yo abrí la brecha de golpe de lo que los medios de comunicación tenían que decir debido a que escribí la resolución,” dijo Sibley. “Varios grupos judíos dijeron que rehusarían el diálogo con los bautistas del sur hasta que anunciáramos que los judíos no necesitaban a Jesús, y que los judíos que aceptaban a Jesús ya no eran judíos. No creí y todavía no creo que esas sean demandas que los bautistas del sur acepten.”

Pero algunos judíos escucharon, y oyeron y aceptaron el mensaje de Cristo como resultado de los esfuerzos de los bautistas del sur en el país y en el extranjero. Hoy en día, un pequeño pero vibrante compañerismo mesiánico se reúne en cada reunión anual de la CBS. Para Sibley y para otros, las congregaciones mesiánicas representan todo lo que es el evangelismo para los judíos.

Ellos también pueden servir como prueba de que Dios no ha abandonado a los judíos, o de que la iglesia ha “sobrexcedido” a Israel. De acuerdo a Sibley, la idea de que la iglesia ha reemplazado a Israel le crea barreras al evangelismo entre los judíos.

“El supersesionismo no está atado a ningún punto de vista escatológico, pero creo que no es bíblico y ha resultado en más antisemitismo y dolor para el pueblo judío que cualquier otra doctrina concebida por la iglesia,” dijo Sibley. “No estoy implicando que todo el que sostiene esa postura es antisemita, pero sí tiene un efecto enfriador en el evangelismo judío.”

‘BENDECIRÉ A LOS QUE TE BENDICEN’

En los tempranos 1900s, los teólogos bautistas del sur pasaron poco tiempo en escatología, o el estudio del fin de los tiempos, y en cómo se relaciona con el renacimiento de Israel. Teólogos famosos como E.Y. Mullins del Seminario Teológico Bautista en Louisville, Kentucky., y W.T. Conner del Seminario Teológico Bautista Southwestern en Fort Worth, Texas, dedicaron pequeñas secciones de su trabajo teológico al tema, pero sin enfocarse en los judíos.

Cuando Israel fue fundado en 1948, la conexión entre el regreso de los judíos y la profecía bíblica parecía clara, y los bautistas del sur estaban determinados a apoyarlos en su esfuerzo por establecerse en su tierra. Land dijo que los bautistas del sur apoyan a los judíos, correlacionando las promesas de Dios hechas a ellos y la profecía bíblica acerca del fin de los tiempos, debido a que ellos entienden lo que la Biblia dice como literalmente verdadero.

Dios le prometió a Abraham en Génesis 12:3, “Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!”

Aunque la promesa que le hizo Dios a Abraham es una promesa hecha específicamente para él, muchos creen que el versículo encapsula a todo el pueblo judío, ya que Dios reveló que toda la tierra sería bendecida a través de la semilla de Abraham.

“Estas dos cosas tienen que ser entendidas como partes iguales, como una melodía y una armonía,” dijo Land. “Ustedes tienen la melodía en la promesa que Dios bendecirá a aquellos que bendigan a los judíos, y maldecirá a aquellos que maldigan a los judíos. Bendecimos a los judíos apoyando el derecho de Israel a existir en su tierra en paz y seguridad. La armonía es el cumplimiento de la profecía bíblica.”

En el 2002, los mensajeros a la convención en St. Louis adoptaron una resolución sobre el terrorismo la cual llamó a orar por la paz de Israel. La resolución afirmó que el amor de Dios tanto por el pueblo judío como por el pueblo palestino afirmaba el derecho de Israel a existir, clamó por el fin de actos de venganza por los errores pasados y se refirió a las promesas de Dios para los judíos.

Sobre todo, la resolución reconoció el final de la profecía bíblica para Israel. “Oramos que la verdadera paz de nuestro Señor reine en la vida del pueblo israelí y palestino y que esta paz traiga bendiciones a esta tierra desgarrada por la guerra.”
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Gregory Tomlin es corresponsal nacional para Baptist Press.

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  • Por Gregory Tomlin