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El cristianismo ortodoxo crece en Europa gracias a África, Asia y Latinoamérica

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NASHVILLE, Tenn. (BP)–Somos testigos de un aumento repentino y global del cristianismo. Mientras que hubo un día en que parecía que el cristianismo desaparecería en la Europa Occidental, estamos en medio de una tremenda transformación de la fe cristiana en esa región. Y por sorprendente que suene, su origen se encuentra en lo que conocemos como el “sur del globo.”

Estuve en Europa en 1999 y vi una copia de la edición europea de la revista Time que de hecho hacía la pregunta, “¿Se está extinguiendo el cristianismo en Europa?” El escritor especificó Europa Occidental ya que el cristianismo parecía estar floreciendo en algunas partes de la Europa Oriental. Sólo en Europa Occidental — Francia, Bélgica, Luxemburgo, los Países Bajos, Alemania, Italia, Suiza y los países escandinavos — parecía que el cristianismo iba desapareciendo, literalmente hablando.

Pero una historia publicada el 16 de mayo en el diario Washington Post (Misioneros en el Norte de Virginia) indica que las cosas están cambiando. Hemos escuchado las noticias acerca del impacto que los inmigrantes musulmanes han tenido en la Europa Occidental, pero los cristianos también son inmigrantes, provenientes de África, Asia y América Latina.

“El intenso, incontenible cristianismo del sur del globo se está convirtiendo — junto con la Coca-Cola, el islamismo radical y Shakira — en una de las formas más potentes de globalización,” escribe Michael Gerson, ex oficial de la administración de Bush, para el artículo del Washington Post. Ahí mismo señala que hay más presbiterianos en Ghana que en Escocia. Lo que hoy se denomina como “sur del globo” es el conjunto formado por Latinoamérica, África, y el sureste de Asia.

En Dinamarca, donde uno menos se lo imagina, los inmigrantes cristianos han comenzado más de 150 iglesias, según una historia publicada el 11 de junio en el diario Washington Post (‘Misioneros extranjeros encuentra tierra fértil en Europa’). Los miembros de estas iglesias no sólo están ministrando y evangelizando en las comunidades locales de inmigrantes; sino que están saliendo de ahí y buscando maneras de evangelizar a cada persona, incluyendo a los oriundos de Dinamarca.

Hubo un día en que Europa era el “centro global del cristianismo” y los misioneros viajaban desde ahí para compartir su fe, dice el artículo mencionado. Pero lo que más recientemente ha sido una fe cristiana moribunda en Europa Occidental está siendo revigorizada por los inmigrantes cristianos — a quien el diario llama “misioneros en reversa” — quienes vienen de otros países del mundo.

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Chuck Colson, en un comentario reciente hecho en su programa BreakPoint, observó que la iglesia en Europa necesita a estas iglesias de inmigrantes porque traen un mensaje que los creyentes europeos ya habían olvidado. En Dinamarca, un obispo luterano denominó a las iglesias cristianas de inmigrantes “un regalo para nuestra iglesia luterana danesa” porque las iglesias están ayudando a los daneses a entender cómo deben vivir los cristianos.

Las iglesias en Nigeria, Guyana, Corea del Sur y las Filipinas han enviado miles de misioneros a Europa con el fin de establecer iglesias en hogares, edificios de oficinas y locales comerciales. Los obispos áfrico-anglicanos están alcanzando a las congregaciones conservadoras en los Estados Unidos las cuales se están separando de la apóstata Iglesia Episcopal de este último país, señaló Colson.

Son las iglesias ortodoxas conservadoras en la Comunión Anglicana en el segundo y tercer mundos las que están frenando la avanzada de los liberales en la Gran Bretaña, Canadá y los Estados Unidos. En este último, las iglesias episcopales aferradas a creencias tradicionales conservadoras están encontrando un refugio en las iglesias anglicanas lideradas por los obispos africanos.

El diario Washington Post reporta que un convertido a la fe revivida en Dinamarca dijo que la “iglesia estatal,” como se denomina a la iglesia luterana, puso un “valor mayor en el orden y las tradiciones antiguas que en atender las necesidades de sus feligreses.”

Colson menciona que Phillip Jenkins, un profesor de historia en Penn State University, escribió una crónica sobre el auge de lo que él llama “el próximo cristianismo” en su libro, The New Faces of Christianity: Believing the Bible in the Global South.

Señaló que por primera vez desde que la fe cristiana llegó a Europa y ésta suplantó el Cercano Oriente como la matriz de la vasta mayoría cristiana, el 60 por ciento de los dos mil millones de cristianos en el mundo vive en África, Asia o Latinoamérica. Para el 2050 habrá aproximadamente tres mil millones de cristianos en el mundo. Eso significa que la fe cristiana tendrá mil millones más de personas en los próximos 43 años, si la tendencia actual continúa.

Del cálculo de tres mil millones de cristianos que estarán vivos en el 2050, el 75 por ciento radicará en el “sur del globo.” Uno de los resultados será que por vez primera en la historia de la fe cristiana, la mayoría de creyentes en el mundo no serán de raza caucásica, sino de las otras.

Pero estos números son sólo una parte de la historia. Estos cristianos sureños, si me permiten llamarlos así, tienen una creencia mucho más fuerte en la autoridad de las Escrituras que sus homólogos en la Europa Occidental y América del Norte. Como lo dijo un obispo de Kenia, “Nuestro entendimiento de la Biblia es diferente al de ellos, somos dos iglesias distintas.”

Mientras que sus detractores les tachan de simples biblicistas, yo los veo como cristianos tradicionales ortodoxos que intentan reformar al mundo.

Hay una maravillosa historia sobre un obispo anglicano británico discutiendo con un obispo anglicano nigeriano hace un par de años en una conferencia mundial anglicana. El obispo británico decía, “Pero no puedes tomar la Biblia así tan simplemente. Tienes que usar el criticismo bíblico y la erudición, etc.” A lo que el obispo africano respondió, “Si ni tú creías en la Biblia, ¿entonces porqué nos la llevaste [a África]?”

El resurgimiento del cristianismo global también ha alcanzado las costas de los Estados Unidos. Este país tiene sus propias necesidades espirituales, con amplias secciones territoriales con una necesidad imperiosa de un testimonio bíblico vibrante. Los cristianos surcoreanos están enviando cientos de sus misioneros a los EE UU así como a Europa.

Un hermoso producto secundario de los sacrificios que hicieron aquellos que pelearon por la libertad de Corea del Sur en la Guerra de Corea es que ésta se ha convertido calladamente en la nación mundial más cristiana en términos del porcentaje de su población que profesa la fe cristiana. Sus misioneros no sólo están evangelizando las comunidades coreanas en los Estados Unidos, sino que buscan llevar las Buenas Nuevas a todos los estadounidenses.
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Richard Land es el presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur.