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El expresidente Jimmy Carter fallece a los 100 años


PLAINS, Ga. (BP)–El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, que habló de su fe más abiertamente que otros líderes modernos, enseñó en una clase de Escuela Dominical bautista durante décadas y se convirtió en el presidente más longevo de la nación, falleció el domingo 29 de diciembre a los 100 años.

Miembro de Maranatha Baptist Church en Plains (Georgia), Carter fue un bautista del sur de tercera generación y el primer presidente de EE.UU. que se autodenominó cristiano “renacido”.

A pesar de ello, su infructuosa candidatura demócrata a la reelección en 1980 alimentó el auge de la derecha religiosa, ya que los evangélicos llegaron a la conclusión de que no se posicionaba como ellos en políticas importantes, desde el aborto hasta la detención de la expansión del comunismo, que amenazaba la libertad religiosa en el extranjero.

Carter “ayudó a activar un ejército masivo de evangélicos con mentalidad política en las elecciones que siguieron, la mayoría de los cuales han votado por los republicanos desde entonces”, escribieron Michael Duffy y Nancy Gibbs en “The Preacher and the Presidents (El predicador y los presidentes)”.

Como 39º presidente de la nación, a Carter se le atribuye la consecución de los Acuerdos de Camp David, que llevaron a Egipto e Israel a firmar formalmente un tratado de paz que puso fin a 31 años de guerra entre ambos países. En el ámbito nacional, creó el Departamento de Educación y el Departamento de Energía.

Carter fue conocido en sus años posteriores a la presidencia por su mediación en conflictos internacionales y sus esfuerzos por dar vivienda a los empobrecidos a través de Hábitat para la Humanidad, y recibió el Premio Nobel de la Paz y la Medalla Presidencial de la Libertad.

La vida de Carter, primer presidente nacido en un hospital, comenzó en la pequeña localidad agrícola de Plains, Georgia, en 1924. Su padre era agricultor y empresario, y su madre, enfermera titulada. Carter se graduó en la Academia Naval de EE.UU. en 1946 y se casó con su esposa Rosalynn ese mismo año.

Carter sirvió en submarinos de la Marina antes de volver a dirigir la granja familiar en 1953. Rápidamente se convirtió en un líder comunitario y llegó a servir en el Senado de Georgia. En 1970 fue elegido gobernador de Georgia y en 1976 presidente.

Influenciado por la iglesia local

Más que ningún otro presidente moderno de Estados Unidos, Carter mantuvo estrechos vínculos con una iglesia local a lo largo de su vida. En 1991 concedió una de varias entrevistas a la Comisión Histórica de la SBC en las que explicó su fe.

“Formar parte de la vida de una iglesia era como respirar, como ser georgiano o ser humano”, declaró Carter a Bill Sumners, de la Biblioteca y Archivos Históricos Bautistas del Sur, durante una entrevista publicada en la revista Baptist History and Heritage en 1997.

Carter explicó que, hasta que regresó de la Marina, “tanto la iglesia metodista como la bautista en Plains eran de media tiempo”.

“Así que, los metodistas celebraban su culto el primer y tercer domingo y los bautistas el segundo y cuarto domingo, y gran parte de su congregación iba y venía de una iglesia a otra”, dijo Carter. “No había mucha distinción entre las denominaciones”.

Las tensiones raciales eran fuertes en la comunidad, y Carter adoptó algunas posturas impopulares como diácono a favor de la integración. Mientras fue presidente, la iglesia de Plains se dividió.

“Unos 25 o 30 miembros, que yo caracterizaría como más moderados en su actitud sobre la cuestión racial y demás, se separaron de Plains Baptist Church, la iglesia de mi infancia, y formaron una nueva iglesia llamada Maranatha”, contó Carter a Sumners. “Cuando volvimos a casa de la Casa Blanca, nos unimos a Maranatha Baptist Church”.

Carter impartió durante décadas una popular clase de Escuela Dominical en Maranatha, donde recibía a miembros de los medios de comunicación, turistas y otros curiosos. “También tenemos muchos menonitas y amish. A menudo vienen rabinos judíos a sentarse en la clase con católicos y otros”, dice Carter.

Un revés que sacude la fe

Cuando Carter empezó a referirse a sí mismo como nacido de nuevo en la campaña presidencial, no estaba pensando en su profesión de fe personal a los 11 años en Plains Baptist Church, según The Preacher and the Presidents (El predicador y los presidentes), un libro sobre las relaciones de Billy Graham con los líderes estadounidenses.

“Hablaba de su decisión en 1967, a la edad de cuarenta y dos años, de volver a comprometer su vida con Cristo tras un año particularmente difícil”, dice el libro. Su remota candidatura a gobernador de Georgia en 1966 lo había angustiado porque era la primera vez en su vida que fracasaba en un objetivo importante, dijo.

“Me alejé un poco de mi fe, de mí mismo y de Dios”, dijo Carter a los autores Duffy y Gibbs. Siguiendo el consejo de su hermana mayor, Carter lo dejó todo y se dedicó a Dios durante un tiempo como respuesta.

Cuando desde la sede de Billy Graham se hizo un llamamiento para que alguien de su condado dirigiera una cruzada, Carter se ofreció voluntario. Se enfrentó a algunas fricciones cuando se enteró de que la organización de Graham exigía cruzadas racialmente integradas, pero encontró la manera, dice el libro.

Ese mismo año, Carter se unió a su pastor y a algunos otros laicos bautistas en un viaje misionero pionero a Lock Haven, Pensilvania, donde pasaron una semana visitando a un centenar de familias sin iglesia.

“Tuvimos una maravillosa experiencia religiosa trabajando juntos”, dijo Carter a Sumners. “Tuvimos 18 personas que aceptaron a Cristo esa semana, y organizamos una iglesia en Lock Haven antes de irnos – incluso alquilamos un edificio para que lo usara la congregación de la iglesia”.

Carter se dio cuenta al principio del viaje de que no tenía mucho testimonio que dar, dijo a Duffy y Gibbs, pero fue “lo más cerca a Cristo” que se había sentido nunca, y señaló ese viaje como una experiencia que le cambió la vida.

Tensión con la SBC

Aunque se identificaba como bautista del sur, Carter se distanció repetidamente de la Convención Bautista del Sur en los últimos años, especialmente en 2000, cuando envió una carta a 75.000 bautistas de todo el país expresando su oposición a la declaración doctrinal revisada Fe y Mensaje Bautistas.

“He visto una creciente inclinación por parte de los líderes de la Convención Bautista del Sur a ser más rígidos sobre lo que es un bautista del sur y excluyentes de dar cabida a los que difieren de ellos”, dijo Carter a The New York Times.

Carter se identificó más estrechamente con los moderados de la Cooperative Baptist Fellowship y en 2008 convocó la “Celebración del Nuevo Pacto Bautista” en Atlanta, e hizo un llamamiento a los bautistas de todas las razas, inclinaciones políticas y posturas teológicas para que se unieran en torno a una creencia común en el Evangelio y dejaran a un lado las diferencias.

Su deseo de ver crecer ese movimiento no se cumplió, y en 2016 una cumbre similar con sólo 240 personas estimadas vio una disminución del 97 por ciento en la asistencia desde la reunión inaugural, informó Baptist Press.

Carter habló durante una hora por teléfono con BP en el año 2000, y expresó opiniones que parecían estar en desacuerdo con los evangélicos conservadores. Entre ellas, dijo que la homosexualidad es pecado pero apoyó la ordenación de homosexuales que “demuestran la esencia del cristianismo”. También dijo que “nunca creyó que Cristo aprobara el aborto”, pero Carter estaba dispuesto a administrar leyes que permitieran el aborto.

También en 2000, R. Albert Mohler Jr., presidente del Seminario Teológico Bautista Southern, escribió en The Atlanta Journal-Constitution: “El expresidente está sólidamente identificado con el ala liberal de la SBC y se ha opuesto al liderazgo conservador elegido por la convención durante las dos últimas décadas. En todo un espectro de cuestiones teológicas y morales, Carter se ha distanciado de la SBC”.

‘Cómodo con la muerte’

Carter solo faltó un domingo a Maranatha tras fracturarse la pelvis en 2019. Cuando regresó para dirigir su clase, se refirió a un diagnóstico de cáncer que recibió cuatro años antes y dijo de ese momento: “Asumí, naturalmente, que iba a morir muy rápido”.

“Obviamente, oré al respecto”, dijo Carter, según la CNN.” No le pedí a Dios que me dejara vivir, sino que me diera una actitud adecuada hacia la muerte, y descubrí que estaba absoluta y completamente cómodo con la muerte”.

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  • Por Erin Roach