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El Papa dice que la homosexualidad no es un delito

El papa Francisco habla durante una entrevista con Associated Press en el Vaticano, el martes 24 de enero de 2023. (Foto de AP/Andrew Medichini)


CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El papa Francisco criticó las leyes que penalizan la homosexualidad por ser “injustas”, dijo que Dios ama a todos sus hijos tal como son y pidió a los obispos católicos que apoyan las leyes que acojan a las personas LGBTQ en la iglesia.

“Ser homosexual no es un delito”, dijo Francisco durante una entrevista exclusiva el martes con Associated Press (Prensa Asociada).

Francisco reconoció que los obispos católicos de algunas partes del mundo apoyan leyes que penalizan la homosexualidad o discriminan a las personas LGBTQ, y él mismo se refirió al tema en términos de “pecado”. Pero atribuyó tales actitudes a antecedentes culturales, y dijo que los obispos en particular necesitan someterse a un proceso de cambio para reconocer la dignidad de todos.

“Estos obispos tienen que tener un proceso de conversión”, dijo, y añadió que deben aplicar “la ternura, por favor, como Dios la tiene con cada uno de nosotros”.

Los comentarios de Francisco, aclamados por los defensores de los derechos de los homosexuales como un hito, son los primeros pronunciados por un papa sobre este tipo de leyes. Pero también son coherentes con su enfoque general hacia las personas LGBTQ y su creencia de que la Iglesia Católica debe acoger a todos y no discriminar.

Unos 67 países o jurisdicciones de todo el mundo penalizan las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo, 11 de los cuales pueden imponer o imponen la pena de muerte, según The Human Dignity Trust, que trabaja para acabar con este tipo de leyes. Los expertos afirman que incluso allí donde las leyes no se aplican, contribuyen al acoso, el estigma y la violencia contra las personas LGBTQ.

“Desde el punto de vista ético, el papa Francisco tiene razón al diferenciar entre pecados y delitos. También tiene razón, sin duda, en que el cristianismo debe tratar a todos los seres humanos, independientemente de sus inclinaciones sexuales, con respeto y dignidad”, dijo Andrew Walker, profesor asociado de ética cristiana y apologética en el Seminario Teológico Southern.

“Pero cuando estos comentarios más recientes se toman dentro del contexto más amplio de la opinión del papa Francisco de que las cuestiones de la guerra cultural son una distracción, es difícil no interpretar estos comentarios como un paso en la misma dirección”, dijo Walker en comentarios escritos a Baptist Press.

Francisco citó el Catecismo de la Iglesia Católica al afirmar que los homosexuales deben ser acogidos y respetados, y no deben ser marginados ni discriminados.

“Todos somos hijos de Dios, y Dios nos ama como somos y por la fuerza con la que cada uno de nosotros lucha por la dignidad”, dijo Francisco, en declaraciones a la AP en el hotel del Vaticano donde vive.

Las declaraciones de Francisco se producen antes de un viaje a África, donde este tipo de leyes son habituales, al igual que en Oriente Medio. Muchas datan de la época colonial británica o se inspiran en la ley islámica. Algunos obispos católicos las han defendido con firmeza por considerarlas coherentes con la doctrina vaticana, mientras que otros han pedido que se deroguen por constituir una violación a la dignidad humana básica.

“A pesar de la clara enseñanza bíblica de que la homosexualidad es un pecado, los cristianos tienen desacuerdos de buena fe sobre si el estado puede o debe criminalizar la homosexualidad”, dijo Walker.

En 2019, se esperaba que Francisco emitiera una declaración oponiéndose a la criminalización de la homosexualidad durante una reunión con grupos de derechos humanos que realizaron investigaciones sobre los efectos de tales leyes y las llamadas “terapias de conversión”.

Al final, tras filtrarse la noticia de la audiencia, el Papa no se reunió con los grupos. En cambio, el número 2 del Vaticano sí lo hizo y reafirmó “la dignidad de toda persona humana y contra toda forma de violencia”.

“Desde el comienzo de su papado, el papa Francisco ha parecido avergonzado por lo que su propio magisterio enseña sobre este tema”, dijo Walker. “Comentarios anteriores también han sembrado confusión que dan impulso a las fuerzas que desean ver a la Iglesia Católica alterar su enseñanza”.

El martes, Francisco dijo que era necesario distinguir entre delito y pecado en relación con la homosexualidad. La doctrina de la iglesia sostiene que los actos homosexuales son pecaminosos, o “intrínsecamente desordenados”, pero que los homosexuales deben ser tratados con dignidad y respeto.

Dan Darling, director del Land Center del Seminario Teológico Bautista Southwestern, afirmó que los bautistas “creen que la única expresión válida de la sexualidad es el matrimonio entre un hombre y una mujer, y que todas las demás expresiones son pecaminosas”, pero añadió: “Los bautistas han creído históricamente que hay una diferencia entre pecados y delitos”.

“Aunque creemos en el matrimonio bíblico como lo mejor para el florecimiento humano en la nación, también creemos que es el papel de la iglesia predicar la Buena Nueva del Evangelio que rescata a las personas de la esclavitud del pecado sexual y no el papel del estado”, dijo Darling en comentarios escritos para Baptist Press.

Bromeando consigo mismo, Francisco articuló la postura: “No es un crimen. Sí, pero es un pecado. Bien, pero primero distingamos entre un pecado y un crimen”.

“También es pecado la falta de caridad unos con otros”, añadió.

Francisco no ha cambiado la doctrina de la iglesia, que durante mucho tiempo ha irritado a los católicos homosexuales. Pero ha hecho del acercamiento a las personas LGBTQ un sello distintivo de su papado.

Uno de los cardenales nombrados recientemente por el Papa, Robert McElroy, obispo de San Diego, es uno de los católicos a los que les gustaría que la iglesia fuera más allá y acogiera plenamente a las personas LGBTQ en la iglesia, incluso si son sexualmente activas.

“Es un misterio demoníaco del alma humana por qué tantos hombres y mujeres tienen una animadversión profunda y visceral hacia los miembros de las comunidades L.G.B.T.”, escribió McElroy el martes en la revista jesuita América. “El principal testimonio de la iglesia frente a este fanatismo debe ser el del abrazo y no el de la distancia o la condena”.

Empezando por su famosa declaración de 2013, “¿Quién soy yo para juzgar?” – cuando le preguntaron por un supuesto sacerdote gay-, Francisco ha seguido atendiendo repetida y públicamente a las comunidades gay y transexual. Como arzobispo de Buenos Aires, se mostró a favor de conceder protección legal a las parejas del mismo sexo como alternativa al matrimonio homosexual, que la doctrina católica prohíbe.

A pesar de este acercamiento, Francisco fue criticado por la comunidad gay católica por un decreto de 2021 de la oficina de doctrina del Vaticano que decía que la iglesia no puede bendecir uniones del mismo sexo.

En 2008, el Vaticano se negó a firmar una declaración de la ONU que pedía la despenalización de la homosexualidad, quejándose de que el texto iba más allá del alcance original. En una declaración de entonces, el Vaticano instó a los países a evitar la “injusta discriminación” contra los homosexuales y a poner fin a las penas contra ellos.

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  • Por Nicole Winfield