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El retrato del Salvador, Quietud


Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Isaías 53.6

NASHVILLE, Tenn. (BP)–En el primer día de mi escuela secundaria mis padres, por primera vez, me dejaron tomar el autobús sola. Me sentí muy contenta, ya que por fin habían escuchado mis súplicas para dejarme ir a la escuela sola. Pero ese día hubo una tormenta tan grande que cuando salí de clases las calles estaban inundadas y la lluvia caía torrencialmente. El paradero de autobuses me parecía confuso, nada estaba funcionando como mi papá me había dicho, el agua me llegaba a las rodillas y casi no veía por la lluvia. En ese caos tomé el autobús equivocado. Pero amablemente, el chofer me dijo que esperara a que volviera a la escuela al completar la ruta alrededor de la ciudad, y entonces me indicaría el autobús que debía tomar. Para cuando por fin llegué a mi casa después de recorrer la ciudad y caminar varias cuadras con el agua ya llegándome a la cintura era medianoche, mi mamá estaba muy feliz de verme, pero mi padre aún estaba recorriendo los alrededores de la escuela buscándome desesperadamente. Unas horas más tarde llegó completamente abatido porque no me había encontrado, sin darse cuenta que ya estaba en mi cuarto. Nunca olvidaré su cara de alivio y felicidad cuando por fin me vio y me abrazó.

Si mi padre terrenal recorrió por horas las calles de San Fernando, Argentina, buscando a la única de sus hijas que estaba perdida, se imagina lo que nuestro Padre celestial fue capaz de hacer por buscarnos y volvernos a su camino. Él nos ama tanto que envió a su Hijo unigénito que soportó humillaciones, dolores, desprecios y cargó con todo el pecado del mundo por amor a nosotros. Tal vez Él no necesite buscarnos en medio de una ciudad inundada con agua, pero sí nos busca en medio de un mundo perdido e inundado de pecado. Ahí es donde los cristianos cada día recibimos más ataques, donde una vez más Él enfrenta al enemigo para darnos la victoria sobre el pecado. Él siempre esta allí para llevarnos al camino correcto, cuando nos desviamos.
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Este escrito fue publicado originalmente por la revista Quietud® en el número correspondiente al otoño de 2011.Si desea saber más sobre la revista Quietud visite www.lifeway.com/espanol

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  • Por Elizabeth Díaz-Works