- Baptist Press - https://www.baptistpress.com -

Empecemos a reconstruir: Un llamado a las iglesias y a todas las organizaciones bautistas

[1]

En este décimo mes de COVID-19, las iglesias, y las organizaciones bautistas como asociaciones, convenciones estatales, y entidades de la SBC han enfrentado enormes desafíos. Aunque han ocurrido cosas maravillosas y nos maravillamos de la actividad de Dios entre nosotros, hay necesidad de empezar a reconstruir.

Los pastores han buscado consejo ante la incertidumbre de llegar a ver sus iglesias un día regresar a las prácticas de antes de la pandemia y a la asistencia en persona. En días recientes, les he dicho a muchos que creo que la palabra clave para las iglesias en 2021 es: Reconstruir. Los pastores, los líderes de iglesia, y los líderes de nuestras organizaciones bautistas alrededor del mundo tendrán que empezar a reconstruir, día a día y centímetro a centímetro.

Hemos visto que la flexibilidad y la agilidad se han vuelto imperativas para la efectividad durante estos meses pasados. Mientras mantenemos esta actitud y práctica, cada uno de nosotros tendrá que repensar el progreso y el crecimiento. Reconstruir requiere que empecemos donde estamos y arranquemos de nuevo.

Nehemías llamó por esta mentalidad y acción cuando llegó a Jerusalén. La ciudad estaba en ruinas y las puertas habían sido quemadas. La muralla en ruinas significaba que su protección se había ido y los enemigos tenían fácil acceso a la ciudad.

La carga de Nehemías fue una llamada de atención divina para sí mismo y para el pueblo. Nehemías los llamó: “Vamos, reconstruyamos la muralla de Jerusalén.” Nehemías 2:17. Al testificar al pueblo cómo la mano bondadosa de Dios había estado sobre él, el pueblo declaró: “Levantémonos y edifiquemos.” Nehemías 2:18. La Escritura dice que las manos de ellos fueron fortalecidas para hacer la obra. Inclusive mientras se enfrentaban a múltiples obstáculos, la muralla fue reconstruida en cincuenta y dos días. La milagrosa mano de Dios fue evidente.

Sabiendo que Dios hace milagros y que su presencia está con nosotros, debemos declarar juntos: “Empecemos a reconstruir.” Es un llamado lleno de esperanza a la acción. También implica saber dónde estamos y dónde queremos estar trabajando intencional y estratégicamente. No fue fácil para Nehemías y el pueblo en Jerusalén, y no será fácil para nosotros. Sin embargo, si estamos dispuestos a enfocarnos en el futuro y comenzar a reconstruir, la claridad de nuestra visión regresará.

[2]

¿Qué nos diría Nehemías de la reconstrucción en medio de la adversidad y la desesperanza?

  1. A medida que entiendas dónde estás y hasta dónde tienes que llegar, desarrollarás una carga. Una carga es algo con lo que te vas a la cama en la noche, y te levantas en la mañana, y con la que vives durante el día. Cuando esta carga es grande, vamos a Dios con nuestro quebrantamiento y desesperación.
  2. Ayuna y ora por unos días derramando tu corazón delante de Dios. A través de esta experiencia, Dios aumentará la carga, pero también te dará su visión para ti mismo y para las personas a las que estás dirigiendo.
  3. Comparte tu carga y visión con tu gente. Pídeles que resuelvan juntos cuándo es el momento de comenzar a reconstruir, inclusive en medio de la adversidad. Esta llamada definitiva a otros activará una resolución: “Empecemos a reconstruir.”
  4. Recuerda que todos los líderes, iglesias y ministerios enfrentan las fuerzas del mal. Los obstáculos serán interminables y las tentaciones que te distraen de la obra de Dios nunca cesarán. Cuando Nehemías enfrentó amenazas e intimidación continua, respondió: “Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida” Nehemías 6:3. El progreso y el avance se detienen cuando personas tóxicas y divisivas establecen la agenda e influencian un ministerio.
  5. Comienza a reconstruir el ministerio que estás dirigiendo e incrementa tu enfoque e intencionalidad en llevar a cabo la Gran Comisión de Jesucristo. Estamos llamados a ir, a hacer discípulos de todas las naciones, a bautizarlos, y a enseñarles cómo vivir como Jesús. Limitamos la obra de la Gran Comisión que Cristo nos asignó cuando perseguimos cualquier otra cosa.

Cuando la reconstrucción inicia, recordemos cuál es la Gran Comisión en la cual cooperamos. Al estar fundamentados en nuestras profundas y perdurables creencias en Fe y Mensaje Bautistas, históricamente hemos trabajado juntos para cumplir una tarea importante: La Gran Comisión. La Gran Comisión es la única manera de unidad y cooperación. Esto es cierto para una iglesia, una asociación, una convención estatal, y para toda la Convención Bautista del Sur. Sabiendo esto, ¿Por qué no elegir hacerlo? ¡Empecemos a reconstruir!

Ahora es el momento de liderar.