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En India, comparte el Evangelio a pesar del peligro

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NOTA DEL EDITOR: La Ofrenda de Navidad Lottie Moon suplementa las donaciones al Programa Cooperativo para así apoyar a más de 5,600 misioneros bautistas del sur que comparten el Evangelio en otros países. Este año, la meta de la ofrenda son $175 millones. El tema de la ofrenda Lottie Moon 2009 es “¿Quién falta? ¿Quién irá?” y se enfoca en vencer las barreras que impiden que se escuche y se acepte el Evangelio en varias partes del mundo y en la misión que la Gran Comisión nos dio a todos los cristianos para “id y haced discípulos a todas las naciones.” La Semana de Oración por las Misiones Internacionales 2009 está programada del 29 de noviembre al 6 de diciembre. Puede encontrar recursos en inglés sobre la ofrenda yendo a www.imb.org/offering y en español yendo a www.hispanos.imb.org/lottie.

NUEVA DELHI, India (BP)–Mientras el sol se pone en India, las preparaciones ceremoniales aumentan. Se escuchan más fuerte las voces cantando y se unen al ritmo de los golpes en los tambores. Las llamas consumen las hierbas y las especias a la vez que los quemadores dorados de incienso van pasándose entre los adoradores hindúes. Una diosa de mármol se impone en el Río Ganges, frente a las multitudes. La oscuridad –física y espiritual- ronda entre la muchedumbre.

En medio de los feligreses está Moisés –un indio creyente en Cristo. No está aquí para participar en los rituales de alabanza para la diosa. Está aquí para compartir el Evangelio.

“Hermano, hay Uno que te ama y es mayor que cualquier cosa que el hombre haya creado. ¿Puedo contarte sobre Él?

A los 17 años, Moisés sufría de artritis debilitante. Al igual que muchos devotos hindúes, les pidió a varios dioses y diosas que le ayudaran. Mientras su condición empeoraba, comenzó a perder la esperanza. Un día un desconocido le dio un folleto evangelístico y Moisés comenzó a leer acerca del Gran Médico. Comenzó a ir a la iglesia y pronto puso su fe en Jesucristo. Quince días después, desapareció su artritis.

Los años pasaron y Moisés se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Siguió yendo a la iglesia, pero Dios lo convenció de que tenía que hacer más. “El Espíritu Santo le habló a mi corazón, pidiendo, ‘¿Jesús te sanó sólo para que fueras un hombre rico?'”

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Dejando atrás su cómodo estilo de vida y a sus padres incrédulos, Moisés viajó con su esposa e hijos a unas remotas poblaciones Himalayas en el norte de la India para compartir allí el Evangelio. Cambió sus trajes de negocios y almuerzos energéticos por una vida de pobreza y servicio.

Pero ser cristiano en India puede ser peligroso. La persecución de creyentes a través del sureste de Asia va en aumento. Muchos creyentes sufren discriminación e incluso abuso físico.

Moisés entiende el peligro para su familia así como para sí mismo, pero algo más fuerte lo impulsa a tomar el riesgo.

“Mi verdadero miedo es que si estas personas no escuchan el nombre de Jesús, van a ir al infierno,” dice, llorando. “Entonces tengo que rendir cuentas a Dios por ellos.”

Moisés ha sido capacitado por obreros de la Junta de Misiones Internacionales para usar unos dibujos sencillos y hechos a mano para compartir el Evangelio, discipular creyentes y comenzar casas culto. Mientras visita los pueblos, le dice a sus residentes acerca del verdadero Dios que los ama. En contraste con lo que la mayoría de los hindúes practican- adorar ídolos por miedo u obligación- el Evangelio es realmente Buenas Noticias.

“Dios se está moviendo,” dice Moisés. “Y cuando quiera que estoy visitando los pueblos, la gente está recibiendo el Evangelio. La gente está viniendo a Jesús. [Yo] les digo que tienen que ser valientes en su fe. Desde el primer día, tienes que comenzar a compartir el Evangelio. Tienes que comenzar a compartir con la gente acerca de lo que Cristo ha hecho por ti en la cruz.

“Delante de nuestro Dios, delante de nuestro llamado y delante de nuestra misión, no importa la persecución,” dice Moisés. “Hay poco tiempo. Yo debo ir, orar y predicar el Evangelio.”
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Martha Richards escribió esta historia para la Junta de Misiones Internacionales.