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EN SUS PROPIAS PALABRAS: El discurso de Barack Obama ante Planned Parenthood


NOTA DEL EDITOR: Este artículo forma parte de una serie que se enfocará en la elección y que Baptist Press publicará hasta el 4 de noviembre. Las historias serán publicadas los miércoles y viernes.

NASHVILLE, Tenn. (BP)–Ésta es la séptima parte de una serie que se enfocará en un asunto nacional específico y detallará la postura de los dos candidatos presidenciales principales. Bajo el título “En sus propias palabras,” las historias evitan hacer comentarios y en su lugar presentan las opiniones de los candidatos tal como ellos las han declarado en el pasado — ya sea a través de entrevistas, discursos, debates o su página de internet de campaña.

Hoy, BP está presentando la transcripción del discurso de Barack Obama ante Planned Parenthood dictado el 17 de julio del 2007. Una historia adicional en Baptist Press incluye el discurso de John McCain ante National Right to Life.

En seguida, el discurso de Obama:

“Han pasado un poco más de cinco meses desde que anuncié mi candidatura a la presidencia de los Estados Unidos de América y en todo lugar que he estado, he sido inspirado por estas enormes multitudes. Tuvimos 20,000 personas en Atlanta, 20,000 en Austin, Texas, 15,000 en Oakland, Calif. Y me encantaría tomar el crédito por estas multitudes, decirme a mí mismo que es sólo porque soy tan fabuloso, pero mi esposa no está de acuerdo con esto. Michelle, creo, confirma que estas multitudes no se enfocan en mí. Se enfocan en el hambre de diferencia que hay por toda América. Se trata de la sensación de que podemos mejorar—que estamos en una encrucijada, que estamos apuntando en la dirección correcta.

“Y cuando miro estas muchedumbres, y representan maravillosamente a nuestro país—hombres, mujeres, negros, blancos, hispanos, asiáticos, indios americanos, discapacitados, gays, heterosexuales, ancianos, jóvenes — lo que me anima es ver particularmente a los jóvenes que están teniendo su primera oportunidad de formar parte de un mayor movimiento de los estadounidenses. Veo mujeres jóvenes de la edad de Ariana y aún más jóvenes, y pienso en mis dos hijas, Sasha y Malia, y a veces eso me detiene y me pone a pensar: ¿En qué tipo de Estados Unidos van a crecer nuestras hijas? ¿En qué tipo de Estados Unidos van a crecer nuestras hijas?

“¿Crecerán con las mismas oportunidades que nuestros hijos? ¿Tendrán los mismos derechos nuestras hijas, los mismos sueños, las mismas libertades para buscar su propia versión de la felicidad? Me lo pregunto porque hoy hay mucho en riesgo en este país, y hay mucho en riesgo en esta elección, especialmente para nuestras hijas. Para apreciarlo, todo lo que tienen que hacer es revisar las decisiones más recientes emitidas por la Suprema Corte de los Estados Unidos. Por primera vez en Gonzales vs Carhart, la Suprema Corte sostuvo una prohibición federal en los abortos incluyendo multas criminales para los doctores. Por primera vez las cortes endosaron una restricción al aborto sin excepción para la salud de la mujer. La decisión suponía que la salud de la mujer está mejor protegida por la corte — no por los doctores y no por la misma mujer. Esta suposición está mal.

“Algunas personas argumentan que la prohibición federal sobre el aborto fue sólo un esfuerzo aislado con un propósito médico en la mira — que no forma parte de un esfuerzo concertado por hacer retroceder los derechos que las mujeres se han ganado con su duro trabajo. Esa suposición también está mal. A unas horas de la decisión, un legislador de Alabama presentó una medida para prohibir todos los abortos. Con una vacante más en la corte, podemos estar en miras a una mayoría hostil ante el derecho fundamental de una mujer para elegir por primera vez desde el caso Roe vs Wade, y eso es lo que está en riesgo en esta elección.

“La única cosa más preocupante que la decisión misma fue la razón de la mayoría. Sin ninguna evidencia sólida, el Juez Kennedy proclamó, ‘Es evidente que una mujer pudiera arrepentirse de su decisión.’ Citó incertidumbre médica acerca de la necesidad de proteger la salud de las mujeres embarazadas, incluso cuando el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos no encontró tal incertidumbre. El Juez Kennedy sabe muchas cosas; es mi entendimiento que no sabe cómo ser un doctor.

“Él desestimó como meras preferencias el juicio razonado de los médicos de la nación. Como lo hemos visto una y otra vez en estos últimos años cuando el presidente dice lo contrario, cuando la ciencia es inconveniente, cuando los hechos no se acoplan con la ideología, se echan fuera. Bueno, ya es hora que nosotros cambiemos eso. Ya es hora para una actitud diferente en la Casa Blanca. Ya es hora para una actitud diferente en la Suprema Corte. Ya es hora para cambiar de página y escribir un nuevo capítulo en la historia estadounidense.

“Sabemos que cinco hombres no saben lo que le conviene a la salud de las mujeres mejor que las mismas mujeres y sus doctores. Sabemos que no se trata de si las mujeres tienen o no igualdad de derecho ante la ley. Sabemos que la decisión de una mujer acerca de cuántos hijos tener y cuándo — sin que el gobierno interfiera — es una de las libertades más fundamentales que tenemos en este país. También sabemos que había otra voz que provenía desde el banquillo — una voz clara en razonamiento y apasionada en disentimiento. Una voz que rechazó lo que llamó, cito ‘Antiguas nociones del lugar de la mujer en la familia y bajo la Constitución, ideas que hace mucho han sido desacreditadas.’ Un comentador denominó la decisión de Gonzales, ‘Un ataque al trabajo de toda una vida de Ruth Bader Ginsburg.’ Y así fue. Pero escuchamos a la Juez Ginsburg y sabemos lo que ella estaba diciendo. Estaba diciendo, ‘Ya hemos pasado por ahí antes y no vamos a regresar. Nos negamos a regresar.’

“Sabemos que no es sólo una decisión. Es el golpe para nivelarse por el caso Ledbetter [vs Goodyear]. Es el golpe para la integración en el caso de la no segregación escolar. Es un golpe para la ideología sobre los derechos del individuo. No vemos a EE UU considerado en estas decisiones — eso no es lo que somos como pueblo. Somos un país fundado en el principio de la igualdad y la libertad. Somos un país que ha peleado generación a generación para extender poco a poco la igualdad para muchos y no restringirla a unos pocos. Ya hemos pasado por ahí y no vamos a regresar.

“Yo he trabajado en estos asuntos ya por décadas. Puse a Roe en el centro del plan de la lección acerca de la libertad reproductiva cuando enseñé ley constitucional –no simplemente como un caso acerca de la privacidad sino como parte de una lucha más amplia por la igualdad de las mujeres. Steve y Pam les dirán que hemos peleado juntos en el Senado del estado de Illinois en contra de la legalización de la elección restringida — leyes como la prohibición federal al aborto [de nacimiento parcial] que ya están proliferando. Me he mantenido firme por la libertad de elección en el Senado de los EE UU y reitero mis votos en contra de la confirmación de los Jueces Roberts y Samual Alito.

“Así que, ya saben cuál es mi postura. Pero esto va más allá de sostener una postura. Debe ir más allá de proteger las victorias del pasado. Estamos en una encrucijada ahora mismo en EE UU — y tenemos que mover al país hacia delante. Esta elección es más que jugar a la defensiva, también hay que jugar a la ofensiva. No se trata sólo de defender lo que ya es, sino de crear lo que este país pudiera ser. Y en eso es en lo que debemos trabajar juntos.

“Siempre habrá gente, muchos de buena voluntad, que no comparten mi punto de vista acerca de la libertad para elegir [tener o no un aborto]. Es este asunto fundamental, yo no voy a ceder y Planned Parenthood tampoco cederá… [L]a primera cosa que haría como residente es firmar la Ley de Libertad de Elección. Esa es la primera cosa que haría… Por eso creo que es importante para nosotros obviamente el lograr tener una Casa Blanca demócrata y también un Congreso más fuerte para proteger estos derechos.”
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Michael Foust es uno de los editores asistentes de Baptist Press.

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  • Por Michael Foust