[1]WASHINGTON (BP) –- La visita de Russell D. Moore a un silencioso orfanatorio ruso hace más de 10 años le abrió los ojos a un nuevo entendimiento de su adopción espiritual. La experiencia intensificó su camino a volverse un defensor líder del involucramiento cristiano en el cuidado de los huérfanos.
El presidente de la Comisión de Libertad Religiosa y Ética (ERLC por sus siglas en inglés) de los bautistas del sur recuerda ese día en un nuevo video en el sitio web de la entidad.
Su esposa María y él caminaron hacia el orfanatorio para encontrarse con los dos niños de un año de edad que se convertirían en los primeros de sus cinco hijos, y fue el silencio –- no la escualidez o el hedor -– lo que los golpeó, dice Moore. Había muchos niños en el edificio, pero no había ruido. Los trabajadores les dijeron que eso era normal en el orfanatorio.
“Los niños lloran por una razón,” dice Moore en el video. “Lloran para alertar al padre: ‘Tengo hambre. Tengo frío. Tengo miedo. Estoy asustado.’ Pero un niño que no recibe respuesta finalmente deja de llorar.
“Fue en ese momento que me di cuenta de algo de lo que la Biblia denota cuando dice que nosotros clamamos: ‘Abba, Padre.’ Gemimos cuando nos encontramos en apuros. Gritamos, lo describe la Escritura, a un Padre que es capaz de liberarnos. Cada uno de nosotros [era] espiritualmente huérfano, y cada unos de nosotros a través del evangelio ha encontrado no solamente la reconciliación y la libertad de la condenación. Encontramos a un Padre, y encontramos un hogar, una mesa llena de hermanos y hermanas.”
Esta realidad espiritual demanda una acción práctica de parte de aquellos que han sido adoptados para la eternidad, dice.
[2]“Desde que recibimos eso, tenemos la responsabilidad, dicen las Escrituras, de amar y de demostrar ese amor por las viudas y los huérfanos en sus aflicciones,” dice Moore.
Moore es una voz líder en el crecimiento del movimiento pro-adopción entre los cristianos evangélicos. Su libro de 2009 – “Adoptado de por vida: La prioridad de adopción para familias e iglesias cristianas” — ha jugado un papel importante en esa causa. En su primer año como presidente, la ERLC está buscando ayudar a los bautistas del sur y a otros evangélicos a entender y a llegar a involucrarse en el cuidado y la adopción de los huérfanos -– especialmente cuando el Domingo del Huérfano se acerca.
Él reconoce que no todos son llamados al mismo rol de llenar el llamado bíblico de “atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones” (Santiago. 1:27).
“No todos son llamados a adoptar,” dice Moore en el video. “No todos son llamados a participar en la adopción temporal. No todos son llamados a dirigir un viaje misionero al extranjero. Pero todos somos llamados a tener cuidado de los huérfanos y de las viudas de alguna manera.
“… Solamente apelaría a que orara y le preguntara al Padre: ‘¿Cómo quieres que yo, cómo quieres que nuestra familia tenga cuidado de los huérfanos en el mundo, en mi comunidad, en mi vecindario que necesitan conocer la clase de amor que yo he recibido como hijo de Dios a través de la adopción en el evangelio?”
Kelly Rosati, defensora de la atención al huérfano, explica en una entrevista en audio con Moore en el sitio web de ERLC cómo los cristianos que no adoptan pueden ayudar a aquellos que sí lo hacen.
“Una de las cosas de las que me gustaría hablar es del hecho de que si usted puede cocinar, orar, manejar, cuidar niños o una gran cantidad de otras cosas, usted realmente puede tener un impacto significativo en la vida de un ex huérfano y en su nueva familia adoptiva,” dice Rosati, vicepresidenta de alcance comunitario de Enfoque a la Familia.
Ella dice que “acercarse a las familias adoptivas en su congregación” es una cosa simple que casi todos podemos hacer.
La necesidad es grande, dice Moore en un blog en el sitio web de ERLC: www.erlc.com.
“Ahora mismo, hay una crisis de ausencia paterna en todo el mundo,” dice. “Es muy posible que en su comunidad, el sistema de adopción temporal esté llenándose de niños, que se trasladan de casa en casa, sin raíces o permanencia a la vista.”
Además, escribe: “los niños están alcanzando la edad de salir de los orfanatorios en todo el mundo. Muchos de ellos se irán espiral abajo en la desesperanza de la drogadicción, la prostitución o el suicidio. Los niños de países subdesarrollados están languideciendo en hogares de grupo, porque ambos padres han muerto debido a enfermedades o han sido sacrificados en la guerra. La maldición está en marcha, y deja huérfanos en su estela.”
Los seguidores de Cristo “deben llenar la abertura dejada por una cultura de consumismo occidental contemporáneo que se extiende inclusive a la concepción y a la adopción de niños,” dice Moore.
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Tom Strode es jefe de la oficina de Baptist Press en Washington.