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Escuela de Oración de IMB gradúa clase inaugural


RICHMOND, Va. (BP) — Hace 30 años, las oraciones de Scotty Tipper nunca pasaban del cielo raso.

En ese entonces, Tipper era diácono de su iglesia en el sur de Georgia; enseñaba la clase de Escuela Dominical e inclusive servía como director de entrenamiento de discipulado. Solo había un problema: Tipper no era cristiano.

“Yo sabía que estaba perdido,” dijo, “pero había estado en la iglesia toda mi vida.”

Esa verdad le corroía el interior a Tipper hasta que no pudo ignorar más al Espíritu Santo. Cuando el pastor hizo la invitación en la iglesia un domingo en la mañana, se puso de pie en el coro, caminó llorando hacia su pastor y le dijo que necesitaba a Jesús.

Fue un momento que me cambió la vida, dijo Tipper. Hoy en día el educador pensionado está experimentando de nuevo la misma clase de transformación espiritual — esta vez en su tiempo de oración.

Tipper, ahora de 63 años, estaba entre los 15 estudiantes que se graduaron de la clase inaugural de la Escuela de Oración por Todas las Naciones (SPAN por sus siglas en inglés), del 29 de julio al 2 de agosto, en la instalación de entrenamiento de la Junta de Misiones Internacionales cerca de Richmond, Virginia. La clase representaba una amplia sección de la vida bautista del sur, que atrajo a laicos como Tipper, pastores e inclusive exmisioneros de estados tan lejanos como Indiana y Texas.

“Antes de llegar aquí, yo hubiera dicho que podía orar con los mejores de ellos,” dijo Tipper. “Pero ahora, no quiero orar con los mejores de ellos, quiero orar de la manera que Jesús oraba. Esa es la transformación de la que hablo.”

Fue tal el impacto que Tipper le telefoneó a su pastor para decirle que él personalmente le pagaría la inscripción en SPAN si él asistiera. “Él me dijo: ‘¿Es tan bueno?’ y le dije: ‘Cambiará su vida.’… Ahora la única razón para que él no venga es que no quiera,” añadió Tipper con una sonrisa.

Para Ashley Allen, directora de misiones y ministerio de mujeres de la Convención Bautista de Carolina del Norte, venir a SPAN fue un asunto de números.

“Durante los últimos años, el Señor realmente me ha puesto una carga en el corazón por todos esos grandes números — 258 millones de personas perdidas en EE.UU., 6 billones de personas perdidas en el mundo,” dijo Allen, y añadió que hay un estimado de 5.8 millones de personas perdidas solamente en su estado de Carolina del Norte. “Algunas veces olvidamos que cada número está atado a un alma — personas que están eternamente separadas de Dios, quienes, si murieran hoy irían al infierno.”

Marty Sampson,* pastor asociado de Auburn, Alabama, dijo que se sintió atraído a SPAN por la profunda convicción personal de que los bautistas del sur han olvidado la importancia de la oración. (Él pidió no usar su nombre verdadero porque frecuentemente viaja a áreas del mundo que pueden ser hostiles hacia el cristianismo.)

“La mayoría de la gente no sabe cómo orar por el cumplimiento de la Gran Comisión debido a que ni siquiera saben cómo orar por sí mismos,” dijo Sampson. “Estoy convencido de que la iglesia se ha quedado atrás en esparcir el evangelio porque dependemos de nosotros mismos, de nuestras estrategias y de nuestros planes contrariamente al poder de Dios en respuesta a la oración intercesora.

“He estado en un peregrinaje personal en mi vida espiritual aprendiendo a depender de él; y la clave para eso es la completa rendición. Todo en mi vida, todo lo que valoro, lo voy a poner en el altar de manera que nada le quite la prioridad a Dios.”

¿Qué es SPAN?

SPAN comenzó en 2012 cuando el presidente de IMB, Tom Elliff apeló a las iglesias bautistas del sur para que reconocieran el papel indispensable de la oración en la Gran Comisión y para que redoblaran esfuerzos en sumergir los esfuerzos internacionales de misiones de la denominación en un “alto horno” de oración por las naciones. Elliff dijo que era necesaria una “escuela de oración” para que ayudara a soplar el fuego, y en julio esa visión se volvió realidad cuando SPAN sostuvo su primera sesión de entrenamiento.

La escuela es dirigida por Gordon Fort, primer vicepresidente de movilización de oración y entrenamiento de IMB, quien dijo que el propósito de la escuela es enseñar a los estudiantes a caminar cerca de Dios, a orar más fervientemente por un despertar espiritual, a interceder por los misioneros y las naciones y a movilizar a otros a unirse en oración.

Los discípulos no le pidieron al Señor que les enseñara cómo sanar a la gente, sacar demonios o alimentar a 5.000, dijo Fort. “La única cosa que le pidieron fue que les enseñara a orar. En esta disciplina espiritual de orar, creo que hay cosas que pueden ser enseñadas.”

Cosas como la guerra espiritual, cómo escuchar a Dios mientras oramos, el papel del ayuno en la oración, cómo orar usando pasajes bíblicos y cómo orar por las naciones son algunos de los temas que los estudiantes de SPAN cubren.

Solamente estudiar el significado de algunas palabras griegas y hebreas para orar impactó a Tipper.

“La cosa que me golpeó más fuertemente fue que una de las palabras para orar significa ‘gritar desesperadamente, con lamentos,'” dijo. “¿Por qué no oramos de esa manera todo el tiempo? ¿Orar a gritos por los misioneros? Que la presencia de Dios esté sobre ellos mientras el Espíritu Santo los guía, que tengan un ministerio fructífero, y que la gente venga a su reino.”

Las clases de SPAN están diseñadas para que sean íntimas, con no más de 21 estudiantes. Las sesiones se ejecutan mensualmente; la inscripción por la experiencia de cinco días es de $250 por persona o $450 por pareja, que cubre hospedaje, comidas y materiales de las conferencias. Los estudiantes deben completar la tarea antes de asistir, incluyendo enlistar a por lo menos cinco intercesores que se comprometan a orar por ellos, durante y después de su tiempo en la escuela.

Experiencia de inmersión

Sin embargo, SPAN no está enfocada en conferencias y notas. Los estudiantes pasan tanto tiempo experimentado lo que han aprendidos como lo que hacen en las clases.

Largos períodos de oración están incluidos en el horario diario. Aunque algunos son de oración a solas, los estudiantes también son asignados a pequeños grupos de tres llamados “tríos de oración.” A estos grupos se les dan asignaciones diarias de oración, frecuentemente sobre algo que fue enseñado en la clase. Una noche, a los estudiantes se les pidió que oraran durante la noche y se anotaron en turnos de 20 minutos para proveer apoyo de oración en tiempo real por los misioneros que trabajan en otros husos horarios alrededor del mundo.

“Todo ha sido interactivo,” dijo Allen. “No ha sido como: ‘De 8 a 5 los vamos a llenar con un montón de información, vamos a tomar un montón de notas, y luego buena suerte con eso cuando regresen a casa.’ Ha sido: ‘Les vamos a enseñar cómo hacerlo para que cada uno de ustedes pueda salir de aquí al final de la semana diciendo: ‘Puedo enseñarle a la gente de mi iglesia cómo hacer esto.'”

Allen también fue pronto en señalar que SPAN no es la palabra “R.”

“Esto no es un retiro,” dijo ella. “Este es un negocio serio del Reino en el que nos hemos envuelto. Mucha gente podría decir: ‘Por favor, ¡ellos solamente están orando!’ [¿Cuán serio podría ser eso?] Pero estamos constantemente postrados ante el Padre intercediendo por los perdidos y por los misioneros alrededor del mundo.”

Alojar la escuela en el Centro de Aprendizaje Internacional de IMB también trae el beneficio añadido de la proximidad de docenas de misioneros. La oportunidad de regularmente conectarse y orar con ellos durante la semana dejó una profunda impresión en Tipper, quien dice que los misioneros son sus héroes.

“Conocí a una familia que tenía tres hijos, todos probablemente menores de 5 años, y ellos van al Cuerno de África,” dijo. “No me pueden decir cuándo van, pero están renunciando a todo, a TODO el sueño americano — casa, carro, dinero en el banco — todo lo que decimos que tenemos que tener; están renunciado a ello en obediencia a Jesús diciendo: ‘Heme aquí Señor, envíame a mí.'”

Concierto de oración

En su última noche juntos, los estudiantes de SPAN se reunieron para un final único que Fort llamó el “concierto de oración,” dos horas de adoración enfocada en la oración. Mientras la tormenta retumbaba afuera, el salón de clase de SPAN resonaba con el murmullo de suaves voces levantadas al cielo. Algunos estaban conmovidos hasta las lágrimas; otros mostraban pliegues de profunda preocupación y concentración en sus rostros cuando le pedían a Dios que suavizara corazones al evangelio. Fue un momento íntimo con el Padre y los unos con los otros.

“Quizá…podemos ser portadores de ese fuego que él está implantando en nosotros y lo podamos llevar de regreso para encender nuestras iglesia con ese fuego,” dijo Sampson. “Y quizá nuestras iglesias puedan encender otras iglesia con ese fuego. Y quizá toda la denominación se encienda… Y quizá el reavivamiento en nuestra nación que mucha gente ansía venga y las ondas expansivas se sientan hasta lo último de la tierra. Esa es mi esperanza.”
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*El nombre ha sido cambiado. Don Graham es escritor de la Junta de Misiones Internacionales. Para saber más de SPAN o para inscribirse en una sesión venidera, visiten imb.org/span. Pueden enviar preguntas al correo electrónico [email protected].

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  • Por Don Graham