SAO PAULO (BP)–Pasajes de la Biblia, oraciones y pensamientos incidentales — garabateados en tinta blanca — cubren las paredes negras del cuarto de oración.
“Porque nada es imposible con Dios.”
“Cueste lo que cueste.”
“Intencional.”
“Espontáneo.”
“Muéstranos tu gloria.”
“Danos las naciones.”
“Úsame.”
Las palabras reflejan algo grande que Dios está haciendo en Sao Paulo, Brasil — con una población de 23 millones. Los estudiantes cristianos que las escribieron comparten la visión de alcanzar para Cristo al millón de estudiantes universitarios de Sao Paulo.
Hace casi tres años, en el vecindario Marajoara de Sao Paulo, los misioneros de la JMI Chris y Melody Julian comenzaron la “Igrega Zoe Marajoara” (Iglesia Zoe Marajoara). Sus miembros simplemente la llaman “Zoe,” la palabra griega para “vida abundante.”
“Nunca me vi como iniciador de iglesias, pero Dios lo hizo,” dice Chris, cuyo trasfondo es en estudiantes y ministerio juvenil. “Solamente dimos un paso de fe y dijimos: ‘Comencemos esto.'”
Los Julian, oriundos de Memphis, Tennessee, han tratado de alcanzar estudiantes a través de estudios bíblicos en diferentes campus de Sao Paulo. “Pero realmente nunca vimos ningún fruto,” dice Melody.
Sin embargo, en una conferencia en Moscú, Dios le mostró a Chris cómo alcanzar a la gente donde esté. Luego, los Julian y tres estudiantes brasileños comenzaron a estudiar el Libro de los Hechos. Cuando oramos acerca de cómo alcanzar a los estudiantes de Sao Paulo, “Dios puso en nuestro corazón iniciar una iglesia en nuestro hogar,” relata Melody. “Así, con mucho temor y temblor — porque no teníamos ni idea de lo que estábamos haciendo — comenzamos Zoe. Dios nos ha bendecido más allá de lo que hubiéramos podido soñar.”
Cuando el trabajo del equipo se puso en camino, invitaron a algunos jóvenes bautistas del sur para que los ayudaran a establecer relaciones con los estudiantes brasileños.
“El Señor nunca dijo: ‘Inviten [a los perdidos] a venir y luego hagan discípulos de todas las naciones.’ Él nos dijo que fuéramos,” dice Chris Black, 24 años, quien comenzó sirviendo en Zoe en el 2009. Black recientemente completó su servicio en Brasil a través del programa Journeyman (Aprendiz) de la Junta de Misiones Internacionales, una oportunidad de dos años en el extranjero para estudiantes solteros graduados de una universidad comunitaria, de entre 21 a 26 años.
“Jesús no… se sentó en las gradas del templo y esperó a que la gente fuera a él. Salió y se mezcló con la gente,” dice Black, procedente de Toccoa, Georgia.
Durante cualquier día, usted encontrará a Black y a los colegas de Zoe “pasando tiempo” con estudiantes brasileños en los campus universitarios, en cafeterías, en buses o en el subterráneo.
“Dondequiera que haya estudiantes, ahí es donde vamos. Y solamente somos nosotros mismos. Somos auténticos,” dice Chris Julian.
“Se trata de gente. Se trata de relaciones. Se trata de dejar a Dios hacer lo que él quiera hacer,” añade Sean Nestor, también de Toccoa, quien sirvió varios mese en Zoe a través del programa Hands On (Práctico) de la JMI. Hands On es un programa de misión de corto tiempo para estudiantes universitarios y adultos jóvenes.
“Sao Paulo es una ciudad muy grande, pero también puede ser una ciudad muy solitaria,” añade Colby Sledge de Nashville, Tennessee, otro voluntario de Hands On cuyo período terminó en el 2009. “Creo que muchos estudiantes buscan cierto tipo de relación en cualquier lugar que la puedan encontrar, porque es difícil… mantener una relación en esta ciudad.”
Parte de la dificultad se relaciona con la logística de vivir en una gran ciudad. Debido al tráfico y al gran número de personas, los estudiantes a menudo viajan dos o tres horas solamente para llegar a la escuela o al trabajo en Sao Paulo. La mayoría de los estudiantes trabajan — muchos de ellos tiempo completo — además de tomar clases.
“Ellos trabajan, van a la escuela, duermen, estudian — esa es su vida,” dice Chris Julian. “Y así están buscando. Están vacíos. Están solos. Quieren propósito. Están buscando un propósito en sus estudios pero después de eso… ¿qué hay después de eso?”
Los estudiantes que han contestado esa pregunta — y otros que todavía están a la búsqueda — se juntan para adorar en el patio trasero de los Julian y tener la noche temática mensual de Zoe. Esta noche es noche de comida hawaiana. Antorchas polinesias decoran el césped y sillas plásticas blancas rodean la piscina inflable de los niños. Los estudiantes universitarios brasileños — algunos con guirnaldas de flores y camisas tropicales — se entremezclan cerca de la mesa que tiene la comida.
Pronto todos toman asiento y comienzan a cantar. Hay mucho porque alabar a Dios este sábado en la noche; siete estudiantes serán bautizados.
Pero antes de los bautismos, Orlando Soares Jr. — uno de los cinco miembros fundadores de Zoe — relata la historia del bautismo de Jesús.
“El bautismo no es una garantía de salvación,” dice Soares, de 27 años, quien trabaja tiempo completo en el banco de inversión de Sao Paulo, “así que no podemos bautizarnos y decir: ‘¡Yujuu! ¡Soy libre! ¡Gracias, Dios!’ y se terminó. El bautismo es el símbolo de que usted le entregó su vida a Jesús. De hoy en adelante, usted trata de seguir su voluntad.”
Entre los candidatos al bautismo está Roberto Campos, un estudiante de tecnología informática de 21 años. “Me consideraba agnóstico. …Sentía que mi vida estaba como vacía, sin propósito, como si solo estuviera viviendo,” recuerda.
Sin embargo tres meses después de que Campos comenzó a asistir a los compañerismos de Zoe, se hizo cristiano. “Comencé a llorar,” dice Campos. “Tuve un verdadero toque de Dios en mi vida. …Ahora puedo honestamente decir que Dios existe. Me bautizo esta noche para mostrar que él es parte de mi vida.”
Reflexionando en los bautismos de esa noche, Soares expresa sobrecogimiento ante lo que Dios ha hecho.
“Los bautismos [12 en total desde que la iglesia comenzó] son un regalo de Dios, que nos muestra que estamos haciendo su trabajo, de acuerdo a su voluntad,” dice Soares.
Otra señal: Los miembros de la iglesia están dando el 100 por ciento de sus ofrendas a las misiones. Los nuevos líderes de Zoe están recibiendo un entrenamiento profundo en discipulado. Y en otras partes de Sao Paulo, los miembros de Zoe Marajoara han comenzado tres nuevos grupos de “guaridas” de estudiantes.
“Todo vuelve al principio de Zoe,” dice Black. “Es solamente salir… mostrar a Cristo, amar a la gente donde usted esté. Si somos creyentes, nuestra vida no es nuestra. Estamos comisionados a ir y hacer discípulos. Y esta historia de redención es una historia tan increíble para nosotros como para no salir y contarla.”
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Maria Elena Baseler es escritora de la Junta de Misiones Internacionales con base en las Américas. El ministerio de los misioneros Chris y Melody Julian de la JMI es posible gracias a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon para las Misiones Internacionales y al Programa Cooperativo. Para ver un video de “Vida Abundante” sobre el alcance a la comunidad de la iglesia Zoe, vaya a la sección de Student Videos de imb.org/LMCOvideo. Para saber más sobre el servicio de misiones de corto tiempo Hands On, vaya a thetask.org.