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ESTUDIO DOCTRINAL: ¿Qué acerca del bautismo?

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BIRMINGHAM, Ala. (BP)–La enseñanza del bautismo en agua es una de las doctrinas que cada creyente tiene que conocer, para practicar lo que la Escritura establece.

El término “bautismo” es la transliteración del griego “baptisma que significa introducir o sumergir; se deriva de “baptw” que significa sumergir en o debajo de, mojar, empapar; además se refiere a hundimiento. Los griegos usaron este término cuando tomaban una ropa o pieza de tela que era sumergida en un recipiente con una sustancia para ser teñida. De esa manera la ropa con su nuevo tinte o color era usada como si fuera nueva. Cuando creemos para salvación, somos sumergidos por el Espíritu Santo en Cristo para ser limpios de pecados y ser cambiados.

El bautismo es un acto de obediencia del que debe participar todo creyente (véase Hechos 2:41), como cumplimiento del mandato de la Gran Comisión (Mateo 28:19). Además, es un acto público con el que se da testimonio de la salvación que ya se tiene (véase Hechos 8:36–38).

Simbólicamente, el bautismo es una identificación del creyente con Cristo en tres aspectos: con su “muerte” (hemos muerto con Cristo al pecado), con su “sepultura” (hemos sido sepultado con Cristo en su muerte) y con su “resurrección” (hemos resucitado con Cristo). Ese simbolismo promueve el andar del cristiano en una vida nueva (véase Romanos 6:3–4).

EXISTEN TEORÍAS ERRÓNEAS QUE DEBEMOS EVITAR

— Primero, es imposible aprobar el bautismo por rociamiento o aspersión, ya que el término en sí lo niega; además la misma Escritura afirma que el bautismo es por inmersión (Mateo 3:16; Hechos 8:38).

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— Segundo, creer en el bautismo de niños es un grave error doctrinal, pues un infante o inocente no tiene convicción de pecado. Cuando el niño esté consciente de que es pecador y que necesita a Jesucristo para el perdón de sus pecados, y decide aceptar a Jesús, entonces siendo informado del significado bíblico del bautismo, deberá ser bautizado. No hay ningún versículo en la Biblia que hable del bautismo de infantes.

— Tercero, el bautismo no es un acto de gracia con el que se logra la limpieza de pecados ni mucho menos la obtención de la salvación. Considerarlo así sería hacer vana la doctrina de la fe para salvación. El único medio de gracia para la salvación y el perdón de pecados es la fe en Cristo (Efesios 2:8; Romanos 3:28).

— Cuarto, el bautismo no es el paso para ser salvo; es el testimonio de que ya fui salvo. Creer lo contrario ofende la doctrina de la redención obrada por Cristo. Un análisis serio de Marcos 16:16; Hechos 2:38 y 22:16 anula los errores en que muchos han caído afirmando que el bautismo es el requisito para la salvación. La Escritura es determinante al afirmar que el requisito para ser salvo es creer (Hechos 8:36-38; Juan 3:18, 36; Hechos 8:12). El requisito de creer en Cristo por fe es universal y absoluto; al ladrón que pidió misericordia a Jesús, estando crucificado a su lado, no se le exigió que fuera bautizado, y el mismo Jesús le dijo: “hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).

— Cuando somos bautizados, practicamos la obediencia, testificamos de Cristo y gozamos del privilegio de la membresía de la iglesia local. El creyente que no quiere bautizarse está en desobediencia ante Dios y se está avergonzando de dar testimonio público de su salvación; por lo tanto, debe ser amonestado con la Escritura.

— La iglesia es responsable de enseñar la verdad bíblica del bautismo, y cada creyente debe reaccionar cumpliendo con este mandato de Jesucristo.
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Daniel Cerda es iniciador de iglesias en la Asociación Bautista Northwest, en Arkansas. Vive en Centerton, Arkansas.
Originalmente publicado en Nuestra Tarea, revista de misiones y ministerios de WMU, tirada de mayo/junio 2007.