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Ex finqueros fomentan iglesias andinas

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NOTA DEL EDITOR: La Semana de Oración por las Misiones Internacionales de este año, del 30 de noviembre al 7 de diciembre, se enfoca en misioneros que sirven en América del Sur además de las iglesias que participan con ellos, ejemplificando el alcance global apoyado por las ofrendas de los bautistas del sur a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon. El tema de este año es “VE DI la historia de Jesús,” la meta nacional de la ofrenda es $170 millones.

LA RINCONADA, Ecuador (BP)–Darrell Musick cambió su camioneta Chevy color café claro por un transporte de tracción total para comenzar sus viajes en terreno abierto por los caminos montañosos de los Andes ecuatorianos. Luego de conducir su camión hasta donde el camino se lo permitió, el misionero y tres creyentes locales recorrieron a pie el camino hasta una pequeña casa en el linde del pueblo La Rinconada — una pequeña comunidad quechua que se rumoraba quería tener estudio bíblico.

Dos mujeres que estaban en el pórtico de un taller de carpintería les permitieron al misionero y a sus amigos poner una grabación de la historia de la creación. Las mujeres escucharon la historia bíblica y exclamaron que era la segunda vez ese día que escuchaban las Escrituras en su propia lengua. A las 5 a.m., escucharon al mismo hombre en la radio –- la primera emisión hecha en la estación quechua.

“Hemos estado orando diligentemente por una iglesia en nuestra comunidad,” dijo una de las mujeres con los ojos llenos de lágrimas. “Inclusive con mucho esfuerzo, hemos comenzado a construir un edificio con la esperanza de que alguien viniera y nos dirigiera.”

Al cabo de un año, una pequeña iglesia comenzó a reunirse en La Rinconada. Otra ha comenzado en un pueblo vecino. A través de los programas de radio, historias de la Biblia, proyectos agrícolas y ferias de salud, más de 40 iglesias casa y estudios bíblicos ahora se reúnen en pueblos quechuas esparcidos en las crestas de las montañas de la provincia de Imbabura en la parte norte del Ecuador.

“Los quechuas parecen estar hambrientos del evangelio,” dice Rogene la esposa de Musick. “Ellos ven esperanza en nosotros.” Solamente buscar el sustento les es difícil, dice ella. “Ellos necesitan la esperanza del evangelio.”

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Los quechuas tienen razones para sentirse desesperanzados. Los agricultores rurales a menudo son pobres y tienen muy poca educación — como resultado de cientos de años de dominio de los españoles sobre los incas. Solamente el 2 por ciento de los 300.000 quechuas tienen su confianza puesta en Jesucristo.

LEVANTANDO COLABORADORES

Cada esfuerzo — desde el ministerio radial para la narración de la Biblia hasta las clínicas agrícolas — provee una oportunidad a los Musick para compartir el evangelio a los quechuas.

Los Musick utilizan sus raíces ganaderas para ayudar a los quechuas a mejorar su ganadería y cultivos. Antes de ir al campo misionero en el 2004, Darrell, 54 años, y Rogene, 52 años, administraban un rancho en Nuevo México, donde crecieron. La iglesia de Darrell es la Iglesia Bautista Jackson Avenue en Lovington y la de Rogene es la First Baptist Church en San Jon.

Ahora la pareja lleva a cabo inspecciones en vacas y cerdos, curan parásitos o enfermedades y aconsejan en la producción de cultivos a los agricultores quechuas.

Aunque los Musick llegaron como especialistas en agricultura, su principal tarea es la de establecer iglesias. Sus colaboradores estaban ya en el lugar — los líderes de dos iglesias bautistas establecidas que han trabajado con otros dos misioneros bautistas del sur. Aun incluso cuando los Musick intentaban animar, entrenar y ayudar a organizar a los creyentes, había un escollo para el trabajo misionero que desde el principio querían evitar — la dependencia.

De maneras prácticas, los Musick han establecido relaciones en la provincia entrenando líderes nacionales de la iglesia a través del ejemplo y fortaleciéndolos a liderar en esfuerzos para llevar a sus semejantes quechuas a Cristo.

Muchos ecuatorianos cuestionarían la habilidad de los quechuas para dirigir, dice Rogene, debido a que muchos de ellos no pueden leer, les faltan dientes y carecen de educación. No obstante, nota ella, ellos viven una vida de obediencia con una tenacidad que motiva a comenzar iglesias casa, aun cuando los misioneros estén lejos.

La mejor parte para Darrell es cuando un quechua creyente llega hasta él tímidamente y dice: “Espero que le parezca bien, pero cuando ustedes estuvieron fuera tuvimos la oportunidad en tal y tal comunidad, y comenzamos un grupo ahí.”

APOYO DE VOLUNTARIOS

Tomar el papel de apoyar el ministerio de los indígenas es una función que los Musick les enseñan a los voluntarios que tienen un importante papel en el establecimiento de iglesias.

La iglesia de Rogene en los EE. UU. envió un equipo de misión de corto tiempo al norte del Ecuador en el verano del 2006. El equipo trabajó en pueblos escogidos por los creyentes quechuas. Pasaron las mañanas en caminatas de oración apoyando a los nacionales cuando ellos ministraban y en las tardes ayudaban en una feria de salud.

Mientras los miembros del equipo montaban un área para los niños y una estación de información acerca de nutrición, parásitos e higiene dental, los creyentes quechuas repartían material evangelizador, contestaban preguntas y sondeaban en busca de una oportunidad para comenzar un estudio bíblico en el pueblo. En el 2006, equipos voluntarios trabajaron en 12 comunidades quechuas.

“La comunidad quechua inmediatamente dio seguimiento y trató de obtener un tiempo para comenzar un estudio bíblico,” relata Rogene. “De 12 comunidades, comenzamos grupos de estudio bíblico en 10. Muchos de ellos ahora son iglesias casa.”

COSECHANDO LOS RESULTADOS

Cuando una comunidad quechua comienza a cambiar para Cristo, los resultados son notables, dice Rogene. El pueblo está más limpio, los caminos están mejor y el crimen disminuye.

Los Musick quieren cambiar la cara de las comunidades alrededor del volcán Imbabura. Sin embargo, para alcanzar cada grupo aislado, necesitan el apoyo de las iglesias bautistas del sur. Necesitan creyentes latinos que tengan la capacidad de comunicarse con los quechuas y con los voluntarios estadounidenses que puedan relacionarse con las similitudes de la cultura quechua. También quieren que estudiantes de agricultura lleguen en viajes misioneros para enseñarles a los quechuas y entrenarlos.

Aunque algunas necesidades son especializadas, Dios puede usar las manos y el corazón de cualquier creyente para hacer un impacto en el Ecuador, dice Darrell.

“No somos jovencitos y no hemos asistido al seminario,” dice él. “Sin embargo, Dios nos ha permitido trabajar en maneras que nunca siquiera hubiéramos imaginado. Nunca, nunca es demasiado tarde para ser obediente. No todos necesitan ser misioneros, y Dios no les pide que lo sean. Él puede pedirle a usted que se ofrezca como voluntario.”
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Dea Davidson escribe para la Junta de Misiones Internacionales. Para saber más cómo los voluntarios pueden ayudar a los quechuas de América del Sur a alcanzar a sus semejantes quechuas para Cristo, visite samregion.org. Vaya a going.imb.org para ver oportunidades generales de voluntariado. Ofrendas a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon pueden hacerse a www.imb.org/offering para apoyar a los más de 5.300 misioneros de la Junta de Misiones Internacionales, incluyendo a Darrell y Rogene Musick en Ecuador.