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Falta amor para los musulmanes en las Islas Canarias

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FUENTEVENTURA, Islas Canarias (BP)–Los transeúntes ni notan la mezquita en la activa esquina de la isla española de Fuerteventura. No hay lunas crecientes, no hay escritura árabe, no hay un minarete que atraviese el cielo-sólo unos departamentos polvorientos y despintados.

Pero las apariencias engañan. Detrás de la puerta metálica negra, las escaleras descienden a algo que parece un viejo departamento de tres recámaras. Al pie de las escaleras hay un estante del techo al piso para colocar zapatos. A la izquierda hay una entrada a dos grifos de agua donde los seguidores lavan sus pies como preparación para las oraciones del viernes.

El aire está quieto y caliente en la mezquita de Fuerteventura, una de las que hay en las Islas Canarias. Los fieles que van llegando provocan un poco de brisa, alborotando el fuerte olor a zapatos y cuerpos sudorosos. Nadie parece notarlo. Descalzos, cada hombre cruza el umbral sagrado cubierto con tapetes de oración rojos. “Salaam alaikum” (la paz sea contigo), dice cada uno al entrar. Aquellos que ya están dentro contestan con el saludo correspondiente.

Esta es la primera vez que Pepe López, un misionero bautista del sur, asiste a un servicio en este lugar. Omar, uno de los estudiantes musulmanes de Pepe, lo ha invitado. Lo que sucede es que muchos de los estudiantes de Pepe en su clase de español vienen a esta mezquita cada semana.

Omar no se ha perdido una lección de español desde que comenzaron las clases hace más de un año. Pepe comenzó a enseñar una clase gratis luego de que una nueva ley [española] exigía que cualquier persona que estuviera en pos de convertirse en un residente permanente debería de leer y escribir en español básico. Esto hizo imposible que un inmigrante del norte de África como Omar pospusiera el aprendizaje del idioma nacional.

Pepe cree que se ha ganado el respeto de su clase porque no fuerza sus creencias sobre ellos. Tan sólo este gesto le otorga la aprobación de sus estudiantes, en particular la de Omar.

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“Él sabe que yo soy cristiano… él siente que está intentando alcanzarme. Él no sabe que yo estoy tratando de alcanzarlo a él,” cuenta Pepe con una carcajada.

Pero hay algo más en la amistad entre Pepe y Omar que alcanzarse el uno al otro. Omar ha confiado en Pepe porque le ha comprobado ser honesto y digno de confianza—características muy importantes para Omar.

“Aunque en público Omar habla muy bien de sus padres, su fe, en privado me ha dicho cómo su padre, en particular, ha sido duro con él,” dijo Pepe. “Él es una persona muy solitaria… y tiene pocos amigos” ya que le cuesta mucho confiar en las personas.

Para construir una amistad con sus estudiantes fuera del salón, Pepe dice que primero les muestra que es un amigo cariñoso.

“Prácticamente eso es algo desconocido en su cultura o fe,” dice. “El amor es un ingrediente que hace falta en su vida. Simplemente el amor de hermanos… va más allá de cualquier cosa que hayan conocido.”

Mientras florece su amistad, Pepe encuentra oportunidades para compartir la verdadera razón por la cual le ama. “Jesús me ha amado incondicionalmente,” dice. “Él siempre me perdona cuando se lo pido, incluso cuando a Él no le gusta lo que hago. Eso también es algo desconocido para ellos.”

En contraste, la fe de Omar le exige compensar sus faltas. Si no hace una oración cuando debe, entonces debe hacer algo para regresar a las gracias de Alá.

“El saber que Dios nos perdona cuando nos arrepentimos y le pedimos perdón es algo sorprendente,” dice Pepe acerca del cristianismo. “Pero en cuanto a ellos, siempre es un ‘quizás’ Alá escuche mi oración, ‘quizás’ Alá recuerde mis buenas obras, ‘quizás, quizás, quizás.'”

No hay “quizás” con el Dios de Pepe.

“Puedo hablar con una profunda convicción sobre la seguridad del perdón, de un amor constante, firme, y una convicción de que a la hora de mi muerte moraré con Dios. Eso deja [a Omar] con la boca abierta.”

En más de una ocasión Omar ha compartido su admiración por la fuerte fe de Pepe y cómo está seguro de su propia vida después de la muerte. “Cuando comienzo a detectar esa mirada deseosa, melancólica,” dice Pepe, “sé que estoy conectándome con él.”

Esa mirada hace que todo valga la pena para Pepe. Ese es el pago suficiente que necesita a cambio de enseñar español a los jóvenes musulmanes y cultivar relaciones con ellos.

La esposa de Pepe, Shari, también dio una clase por algún tiempo, aunque no esperaba tener que dar cierta clase. Su pasión es dirigir campamentos para niños, pero al ser nueva en la isla, sabía que primero tenía que construir relaciones en la isla.

Cuando se le presentó a Shari la oportunidad de dirigir una clase de [el programa de dieta] Weight Watchers, tuvo sus dudas. Ella sabía que el programa funcionaba — ella misma había bajado 20 libras en un compromiso reciente — pero le preocupaba que ello infiriera con su nuevo ministerio.

Después de orar y hablar con su esposo, aceptó dar la clase aún con ciertas reservas.

Entonces comenzó a aparecer un plan mayor. “Sentí que Dios quería que lograra conocer gente,” dice Shari.

Las amistades que Shari hizo durante la clase de Weight Watchers le mostraron áreas de servicio disponibles en la comunidad que antes hubieran parecido casi imposibles. Varias mujeres en la clase eran maestras escolares provenientes de diversas partes de Fuerteventura. Ellas ayudaron a decirles a otros acerca de los campamentos infantiles que Shari estaba comenzando en la isla.

La mayoría de los camperos no venían de hogares cristianos. Aunque los campamentos de Shari no anuncian abiertamente un tema cristiano, muchos de los padres ven la diferencia entre estos y otros campamentos a los que sus hijos han asistido.

Pepe y Shari saben la razón del éxito de los campamentos. No se trata de ellos, si no de Jesús. Esperan que sus relaciones con los niños los ayuden a desarrollar una amistad con los padres para compartirles lo que realmente hace únicos a estos campamentos.

Y tienen tiempo de sobra. Pepe y Shari se van a jubilar en Fuerteventura. La isla está comenzando a desarrollar más oportunidades de empleo, infraestructura y turismo.

“¿Qué mejor lugar para comenzar y continuar el ministerio, que verlo crecer junto con el resto del desarrollo de la isla?

España continental tiene dos puertos con transporte regular hacia Maruecos vía ferry. Dada la cercanía, Fuenteventura se convirtió recientemente en la tercera ruta de ferry hacia Marruecos. Este nuevo puerto trajo un aumento significativo en el número de visitantes y nuevos residentes.

“Espero y oro porque podamos comenzar una iglesia bautista de habla árabe en las Islas Canarias antes de que vaya a la presencia del Señor,” dice Pepe, “y eso pudiera ser un punto de partida para que muchos hermanos y hermanas marroquíes y del oeste del Sahara lleven el mensaje a sus familias y a sus amigos en la parte continental del norte de África.”
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*Los nombres han sido cambiados. Emilee Brandon cubrió esta historia para la Junta de Misiones Internacionales.